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Paleolítico y Epipaleolítico
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Mesopotamia [Una civilización entre ríos]
Historia del Antiguo Egipto
Occidente y China
Mitos de la Inquisición española
Biografía de Benito Mussolini [La juventud del padre del fascismo]
El fascismo de Mussolini y el nacionalsocialismo de Hitler
De la Conferencia de Múnich al pacto germanosoviético
El racismo de los nacionalsocialistas
Personalidad y discurso de Adolf Hitler hasta 1939 
Personalidad y discurso de Adolf Hitler durante la Segunda Guerra Mundial
Hitler y Stalin [Del pacto germanosoviético a la Operación Barbarroja]
Las bombas atómicas de Hiroshima y Nagasaki
La Guerra Sinojaponesa y la Segunda Guerra Mundial


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De Shackleton a Zelenski [Las claves del liderazgo]
El pacto germanosoviético y la invasión de Polonia
Conn Iggulden y la guerra de las Dos Rosas
Occidente y China [Civilizaciones paralelas]
La Segunda Guerra Mundial y la Guerra Sinojaponesa
Las bombas atómicas sobre Japón
La Inquisición española y los mitos del Santo Oficio
Benito Mussolini y el origen del fascismo italiano
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La evolución del Imperialismo
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La política racial del Tercer Reich
Adolfo Hitler, el líder voluble del nacionalsocialismo
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La plaga de Justiniano [Historia ficción]
Gavrilo Princip y la Mano Negra
¿Quién ganó la Segunda Guerra Mundial?
La Segunda República Española [Historia ficción]
Adolf Hitler y el nacionalsocialismo alemán
Grandes mujeres de la Edad Media [Juan Plantagenet]
Antonio Tejero y el golpe de Estado del 23F

Vídeos de historia [En formato breve]


LA PREHISTORIA Y LA EVOLUCIÓN HUMANA


El proceso de hominización
El pulgar oponible y otras características de los homínidos
Del homo habilis al homo sapiens
Las etapas de la Prehistoria
La Edad de Piedra [Paleolítico y Neolítico]
La Edad de los Metales [Cobre, Bronce y Hierro]
El Paleolítico [Inferior, Medio y Superior]
El Epipaleolítico [En 1 minuto]
Las Glaciaciones [La vida de los primeros humanos]
Tribus y clanes del Paleolítico
El arte mobiliar y el arte rupestre
La pintura de la zona franco-cantábrica y la pintura levantina
Las creencias religiosas en el Paleolítico


LAS PRIMERAS CIVILIZACIONES


El origen de las ciudades
El desarrollo de la agricultura
El gobierno de las ciudades
Los cambios sociales
El Código de Hammurabi
Geografía e Historia de Mesopotamia
La organización política del Creciente Fértil
Sumer y los sumerios
Sargón I y el Imperio Acadio
Hammurabi y Babilonia
Assurbanipal y el Imperio Asirio
Nabucodonosor y el Imperio Neobabilónico
Cultura y creencias en el Creciente Fértil
El río Nilo, la cuna de la civilización egipcia
Alto y Bajo Egipto
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Los funcionarios en el Antiguo Egipto
El Imperio Antiguo
El Imperio Medio
El Imperio Nuevo
De Ptolomeo I a Cleopatra VII


CHINA Y OCCIDENTE


Imperio Romano e Imperio Chino de los Han
La paz de Westfalia y el origen de las relaciones internacionales
La unidad de China
De Roma al Papado
El emperador de Occidente y el papa
La ruptura de Oriente y Occidente
El Cisma de Oriente
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Reforma protestante y religión del Imperio
Religión y Estado


MITOS DE LA INQUISICIÓN


Los judíos y la Inquisición española
Las muertes de la Inquisición española
La Inquisición española en América
La Leyenda Negra y la Inquisición
El proceso de la Inquisición española
El oficio de inquisidor
La brujería y la Inquisición


EL ANTIGUO RÉGIMEN


La monarquía absoluta
La sociedad estamental
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La economía agraria
Los gremios y la actividad artesanal
El sistema doméstico
El origen del capitalismo
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Los cambios demográficos


LA ILUSTRACIÓN


El Siglo de las Luces
Las características de la Ilustración
Montesquieu y “El espíritu de las leyes”
Voltaire y la Ilustración
Rousseau y la Ilustración
Las tertulias
La Enciclopedia


LAS REVOLUCIONES ATLÁNTICAS


La cuestión de los impuestos
El Primer Congreso Continental
El Segundo Congreso Continental
La Declaración de Independencia
La Convención Termidoriana
Napoleón Bonaparte y el Imperio Francés
El Congreso de Viena y la Restauración
El sistema de alianzas
¿Qué es el liberalismo?
La oleada revolucionaria de 1830
La oleada revolucionaria de 1848


EL NACIONALISMO DEL SIGLO XIX


¿Qué es el nacionalismo?
La Confederación Germánica
El Zollverein
La guerra de los ducados daneses
La guerra austroprusiana
La guerra francoprusiana


LA REVOLUCIÓN INDUSTRIAL


La revolución agraria
Enclosures y openfield
El sistema Norfolk
El arado Rotherham
La industrialización
La industria textil
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La máquina de vapor
La revolución de los transportes
El barco de vapor
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La segunda revolución industrial
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De Karl Benz al fordismo
Historia del teléfono y la radio


LOS CAMBIOS SOCIALES DEL SIGLO XIX


El origen de las clases sociales
La burguesía en la revolución industrial
Historia del proletariado
Los avances en la medicina
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BENITO MUSSOLINI Y ALEMANIA


El padre de Benito Mussolini
La madre de Benito Mussolini
Exiliado en Suiza
En el ejército italiano
Etapa como profesor
De periodista socialista a padre del fascismo
La Primera Guerra Mundial
Mussolini en las trincheras
La relación entre Hitler y Mussolini I
Nacionalsocialismo y fascismo
La relación entre Hitler y Mussolini II
La resistencia de Churchill y De Gaulle
Adolf Hitler vs Winston Churchill
Los regímenes fascistas en la Segunda Guerra Mundial
Hitler, Mussolini y Franco
Mussolini y la influencia de Hitler


EL PACTO GERMANO-SOVIÉTICO


La verdad sobre la Conferencia de Múnich
Ribbentrop-Molotov
Megalomanía en la historia
El origen del pacto germano-soviético
Adolf Hitler y Polonia
Stalin y el pacto germano-soviético


POLÍTICA RACIAL DEL TERCER REICH


La población alemana de los Sudetes
Estado, nación y nacionalismo
Los Sudetes y el nacionalsocialismo
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La presión alemana sobre Checoslovaquia y Polonia
Las alianzas de la Alemania de Hitler
La propaganda y agresiones de Hitler
El sistema de ocupación alemana
La natalidad en el Tercer Reich


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Un personaje wagneriano
Hitler y la Primera Guerra Mundial
El origen del nacionalsocialismo
El desempleo como modo de vida
El nacionalsocialismo en el periodo de entreguerras
Hitler y la Gran Depresión
Hitler es nombrado canciller
El gobierno de la Alemania nazi
La destrucción del Tratado de Versalles
Hitler y la Segunda Guerra Mundial
La alianza entre Hitler y Stalin
Hitler y la batalla de Inglaterra
La guerra racial contra la URSS
Franco y Hitler
Las potencias del Eje
La propuesta de Hitler a Stalin
El Ejército Rojo
La Operación Barbarroja


LA GUERRA EN EL PACÍFICO


Los contendientes y alianzas de la Segunda Guerra Mundial
El pacto de no agresión entre Japón y la URSS
La Guerra Civil española y la Segunda Guerra Mundial
La Guerra Sino-Japonesa y la Segunda Guerra Mundial
La potencia japonesa y la Segunda Guerra Mundial


LAS BOMBAS DE HIROSHIMA Y NAGASAKI


Ética situacional y Segunda Guerra Mundial
¿Por qué se lanzaron las bombas atómicas?
Harry Truman y las bombas atómicas
La Guerra Fría y las bombas de Hiroshima y Nagasaki
Las causas reales del lanzamiento de las bombas
El ataque atómico a Nagasaki
Los juicios de Tokio y los juicios de Nuremberg
La masacre de Nanjin y los crímenes de Japón
Japón y el Tratado de San Francisco

Nacionalismo | Unificación italiana y unificación alemana


En este episodio de la serie dedicada a la Historia de 4º de ESO se aborda el proceso de unificación italiana a partir del reino de Piamonte-Cerdeña y la unificación alemana protagonizada por Prusia. Además, a lo largo de la explicación se comentarán algunos de los principales conflictos bélicos de la época, como la guerra franco-austríaca, la austro-prusiana o la franco-prusiana.

DESCARGAR PDF: El nacionalismo y las unificaciones de Italia y Alemania

ESTRUCTURA DEL VÍDEO:

  • 0:29. La unificación italiana.
  • 1:50. El Risorgimento.
  • 3:32. Víctor Manuel II y Cavour.
  • 4:56. Garibaldi y el reino de Las Dos Sicilias.
  • 5:49. La incorporación del Véneto y Roma.
  • 6:38. La unificación alemana.
  • 7:47. El Zollverein.
  • 8:48. Guillermo I y Bismarck.
  • 9:47. La crisis de los ducados daneses.
  • 10:34. La guerra austro-prusiana.
  • 11:51. La guerra franco-prusiana.

BIBLIOGRAFÍA:

  1. Historia Contemporánea; Javier Paredes – Ariel.
  2. La era de la revolución; Eric Hobsbawm – Crítica.
  3. Historia 4º de ESO – Santillana.
  4. Historia del Mundo Contemporáneo – Oxford.

DIAPOSITIVAS DEL VÍDEO:

El sistema de alianzas y la Gran Guerra


En el verano de 1914 estallaba el que, hasta la Segunda Guerra Mundial, fue el conflicto más importante y destructivo de la historia de la humanidad. Más de treinta naciones de todo el mundo, así como sus imperio coloniales, se enfrentaron en una guerra que se cobró más de diez millones de muertos. Su final, en 1918, dio lugar a un nuevo panorama mundial, marcado por la decadencia de las potencias europeas, el ascenso norteamericano y el comienzo de una era de incertidumbre, crisis y miedo. En esta clase se resume el sistema de alianzas, quedando las restantes para cuestiones como la introducción a la Guerra, la Paz Armada, las tensiones internacionales, el estallido del conflicto, los contendientes y los principales frentes de la Gran Guerra. También hay apartados dedicados a su evolución (1914, 1915, 1916, 1917 y 1918) y consecuencias. Este repaso finaliza con un vídeo sobre los tratados de paz y otro sobre la fundación de la Sociedad de Naciones.

Los antecedentes y causas de la Primera Guerra Mundial


Las rivalidades económicas y coloniales.

Al empezar el siglo XX, cada país pretendía asegurarse mercados para elevar el rendimiento de sus capitales y asegurar el crecimiento de su producción industrial. Las colonias cumplían ese fin.

Reino Unido y Francia poseían en ese momento los más importantes imperios coloniales. A su vez, Alemania había superado al Reino Unido como potencia industrial y sus mercancías desplazaban a los productos británicos en Europa. Pero Alemania sólo poseía algunos territorios en África y en el Pacífico.

Los capitalistas alemanes, por tanto, deseaban un nuevo reparto del mundo, pero los británicos no estaban dispuestos a ceder. Las rivalidades entre el imperio británico y el alemán fueron una de las causas de la I Guerra Mundial.

Sistemas de alianzas y crisis internacionales.

En la guerra franco-prusiana de 1870, Francia había sido humillada y además había perdido los territorios de Alsacia y Lorena. Los franceses deseaban recuperarlos, por lo que cualquier pretexto, en caso de contar con aliados poderosos, serviría para intentar recuperarlos.

Los conflictos coloniales.

En 1904 el Reino Unido firmó un acuerdo con Francia, por el que esta última renunciaba a Egipto a cambio de obtener el apoyo británico en lo relativo al protectorado de Marruecos. En 1907 el Reino Unido repartió con Rusia las zonas de influencia en Persia y Afganistán.

El nacionalismo serbio.

Tras las crisis que estallaron en los Balcanes, los austríacos llegaron a la conclusión de que debían anular el nacionalismo serbio. El enfrentamiento no podía afectar sólo a Serbia y a Austria, la primera estaba aliada con Rusia (a su vez aliada a Francia) y Austria con Alemania.

Los sistemas bismarckianos


Entre 1872 y 1890, el canciller prusiano Bismarck impuso un potente sistema de alianzas, convirtiéndose en el árbitro de la política internacional. Esencialmente pretendía aislar diplomáticamente a Francia, su enemiga desde que Prusia le arrebatara Alsacia y Lorena en la guerra franco-prusiana.

El primer sistema bismarckiano.

Alemania pretendía, además de aislar a Francia, asegurar la neutralidad del Reino Unido y de Italia. Aprovechó los recelos de Víctor Manuel de Saboya, el primer rey de Italia, contra Francia por haber dificultado, con su apoyo al papa Pío IX, la incorporación a Italia de los Estados Pontificios.

Además, Bismarck deseaba la alianza con Austria y Rusia. En 1873 firmó con Rusia la Convención militar secreta ruso-alemana y con Austria el Acuerdo pruso-austríaco. Esto originará la Entente de los tres emperadores, a la que se unió Italia en 1874.

El acuerdo se rompió por los enfrentamientos entre rusos y austríacos sobre los Balcanes.

Tras la guerra ruso-turca de 1878, se creó la gran Bulgaria por el Tratado de San Estéfano.
Austria sintió perjudicados sus intereses y solicitó una revisión del pacto. El resultado fue la disolución de la gran Bulgaria, Austria recibió Bosnia Herzegovina y fortaleció su entendimiento con Alemania mediante la alianza secreta conocida como Dúplice Alianza.

El segundo sistema bismarckiano.

Comenzó a gestarse en 1881, cuando ocupaba el trono de Rusia Alejandro II, antiliberal y opuesto a la III República francesa. Bismarck consiguió renovar la alianza de los tres emperadores. Ese mismo año, Italia buscó el apoyo de Alemania contra Francia que le impedía su expansión en el norte de África.

En 1882, ambas suscribieron un acuerdo que incluía también a Austria, que fue conocido como la Triple Alianza. La Alianza de los tres emperadores se fue renovando hasta 1887, siendo cancelada por el zar como consecuencia de sus rivalidades con Austria en los Balcanes.

Sin embargo, se firmó el Tratado ruso-alemán, pro el cual Alemania se comprometía a mantener la neutralidad en caso de conflicto entre Austria y Rusia. A cambio, Rusia no intervendría en un guerra franco-germana.

Entre 1887 y 1889, el sistema resultó perfecto para Alemania, pues permanecían en vigor:

  • La Dúplice Alianza, suscrita por Alemania y Austria en 1879.
  • La Triple Alianza de 1882, firmada por Austria, Alemania e Italia.
  • El Tratado de Reaseguro de 1887 con Rusia.
  • Por último, el Reino Unido se acercó a la Triple Alianza a partir de 1887, por temor al papel preponderante que estaba adquiriendo Francia en el Mediterráneo.
En conclusión: Francia carecía de aliados para enfrentarse a Alemania con el fin de recuperar Alsacia y Lorena.

La Alemania de Bismarck


Al tiempo que se desarrollaba la expansión imperialista, cada una de las potencias europeas desarrolla su propia política internacional -rivalidades, alianzas y conflictos bélicos- dentro del Viejo Continente. A esa cuestión, así como a la situación interna de esos estados, está dedicado este conjunto de vídeos. Después de la introducción, en esta clase abordaremos la situación de Alemania e finales del XIX. Este apartado también incluye vídeos dedicados a la Inglaterra Victoriana, la Tercera República Francesa, la Rusia de los zaresRusia de los zares, el Imperio Austrohúngaro y el territorio otomano. Esto se complementa con otros vídeos dedicados a potencias no europeas, como los EE.UU., Japón y China.

 

La Tercera República Francesa


Al tiempo que se desarrollaba la expansión imperialista, cada una de las potencias europeas desarrolla su propia política internacional -rivalidades, alianzas y conflictos bélicos- dentro del Viejo Continente. A esa cuestión, así como a la situación interna de esos estados, está dedicado este conjunto de vídeos. Después de la introducción, en esta clase abordaremos la situación francesa e finales del XIX. Este apartado también incluye vídeos dedicados a la Inglaterra Victoriana, el Segundo Reich Alemán, la Rusia de los zares, el Imperio Austrohúngaro y el territorio otomano. Esto se complementa con otros vídeos dedicados a potencias no europeas, como los EE.UU., Japón y China.

¿Qué fue el Imperio Británico?


[IMPERIO] BRITÁNICO

Puede parecer en cierto modo paradójico que el mayor imperio de la época se constituyera en torno a una isla de territorio tan limitado. Sin embargo, su formación obedece a una política perfectamente calculada y llevada a la práctica de manera sistemática.

La colonización británica no se inició en esos momentos sino que, por el contrario, sus orígenes se remontan al siglo XVI, en dura competencia muchas veces con españoles y portugueses. Su primer imperio colonial se centró en el espacio americano, perdiéndolo en su mayor parte como consecuencia de la independencia de los EE.UU. en el último tercio del siglo XVIII.

Sin embargo, Inglaterra no iba a aceptar indiferente este descalabro. Casi inmediatamente comenzó a trazar nuevos puntos de referencia, que se convirtieron en el embrión de lo que sería su segundo y gran imperio colonial. A lo largo del siglo XIX, Gran bretaña actúa con una doble ventaja:

  • Abrió la marcha en el camino de la expansión colonial y al ser durante mucho tiempo la única potencia que se movía en ese terreno, pudo elegir sus zonas de interés.
  • El Imperio británico fue ante todo un imperio económico, es decir, no un imperio movido por fines económicos, sino fundado en el poderío económico.

Por todo ello, cuando en los años setenta se puso en marcha el proceso de la expansión europea, Inglaterra llevaba ya mucho camino recorrido. Había podido reservarse la mayor y mejor parte de los territorios, poseyendo un imperio enormemente dilatado y aún con posibilidades de crecimiento.

Al inicio del último tercio del siglo XIX, los ingleses dominaban:

  • La parte oriental del Canadá.
  • Algunas islas antillanas.
  • Zonas de África Occidental (entre ellas Gambia y parte de Sudáfrica).
  • Importantes territorios en La India.
  • Una enorme región en Australia.
  • Numerosas islas y enclaves de carácter estratégico.

A lo largo de los años siguientes, el Imperio británico continuó su desarrollo, hasta dominar la cuarta parte de las tierras del planeta. Al mismo tiempo fue diseñando la tipología colonial en función de las características de los territorios ocupados y de sus propias necesidades.

Importantes contingentes de población se desplazaron para instalarse, fundamentalmente, en lugares donde los habitantes indígenas eran poco numerosos o fácilmente dominables. Allí se establecieron colonias de poblamiento, de diseño absolutamente británico, en el que la población autóctona quedó suprimida o relegada por completo.

En otras regiones, donde no resultaba tan fácil o práctico llevar a cabo esta política, se pusieron en marcha auténticas colonias de explotación, basadas en sus posibilidades económicas.

En Asia, su gran centro de acción fue, sin lugar a dudas, la India.

La presencia inglesa en aquellos territorios puede estructurarse en tres etapas perfectamente diferenciadas:

  • Una primera, hasta 1773, protagonizada por la Compañía de las Indias Orientales y de explotación colonial privada.
  • Una segunda, hasta 1858, época de un gobierno conjunto de la Compañía y la Corona.
  • Una tercera, hasta 1947, con gobierno exclusivo de la Corona.

El cambio de situación fue motivado por una sublevación protagonizada por los cipayos, lo que hizo ver al gobierno inglés la necesidad de un control más estricto. Apareció entonces la figura del virrey, asistido por un consejo mixto de funcionarios británicos y magnates indígenas. Sin embargo, el nacionalismo hindú fue una cuestión latente que llevó, desde las reformas administrativas (1920) a la independencia (1947).

Hacia mediados del siglo XIX, la presencia inglesa en la India era ya suficientemente importante: desde Delhi hasta Cachemira y desde Bengala hasta la baja Birmania. A partir de la reestructuración habida entonces, se completaron las conquistas, buscando, en gran medida, cerrar el paso a la expansión de otros países. Así, Beluchistán y Birmania sirvieron de barrera a las ambiciones rusas o francesas, respectivamente.

En las dos últimas décadas del siglo XIX, Inglaterra se anexionó importantes y bien distribuidos territorios en el continente africano.

En él existía un importante enclave estratégico y político, con larga trayectoria histórica a sus espaldas: Egipto. Como es sabido, era este un territorio sometido a la soberanía del Imperio Otomano, lo que había dado lugar en más de una ocasión a tensiones de carácter internacional.

En 1867 el entonces bajá de El Cairo protagonizó un golpe de Estado, rompiendo sus vínculos de dependencia con Estambul. Su idea era convertir Egipto en un país moderno, dotado de infraestructura, desarrollado económicamente y con alto nivel cultural. Para ello necesitaba aproximarse a los países occidentales, especialmente por la ayuda económica que necesitaba Egipto. Francia fue la llamada a ejercer ese papel, dando esta colaboración algunos resultados positivos, como la construcción del Canal de Suez (1869).

En 1870 Francia sufría una importante derrota frente a Prusia, al tiempo que Egipto se veía impotente para hacer frente a sus deudas: había llegado la hora de Inglaterra. La mayor parte de las acciones del canal pasaron a su poder, abriéndole con ello la ruta hacia la India.
Suez se convirtió a partir de ese momento en punto vital del Imperio británico, implantando un fuerte dominio económico sobre el país.

A su vez, el fracaso del intento nacionalista de 1881 le dio pie para establecer también la tutela política, poniendo en marcha un protectorado sobre Egipto. Mientras los británicos afianzaban su control sobre Egipto, numerosos territorios de África pasaron a formar parte del Imperio: Sudán, Uganda, Kenia, Somalia, Rhodesia, Sudáfrica, Nigeria, Sierra Leona…

Poco a poco los británicos fueron cumpliendo su sueño de conectar sus territorios sudafricanos con Egipto, lo que les llevó a importantes roces con Francia.

[VÍDEO] SOBRE LA TEMÁTICA

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🔴 ¿Cuáles son las principales características de la segunda revolución industrial?
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🔴 ¿Qué diferencia hay entre el marxismo y el anarquismo?

El proceso de unificación de Italia


Italia antes de la unificación

Antes de la invasión napoleónica, el territorio italiano se hallaba dividido en varios Estados. En 1815, tras el Congreso de Viena, volvió a quedar fragmentado en ocho países:

  • En el norte, el reino de Piamonte-Cerdeña o reino sardo y el reino de Lombardía-Véneto, este último bajo dominio austríaco.
  • En el centro los ducados de Parma, Lucca, Módena y Toscana, más los Estados Pontificios, divididos a su vez en Marcas, Legaciones y ciudad de Roma.
  • En el sur, el reino de las Dos Sicilias o reino de Nápoles.

La influencia austríaca se extendía por el norte de Italia y alcanzaba también a los Estados del Centro.

Hacia mediados del siglo XIX, la burguesía italiana, influida por la creciente oleada nacionalista, se vio obligada a actuar en la clandestinidad (en sociedades secretas como los carbonari).

Paralelamente surgió una corriente cultural de tendencia moderada y ligada a los sectores intelectuales de la burguesía, era el llamado Risorgimento. Este movimiento estaba integrado por historiadores (Cantú, Balbo), escritores (D’Azeglio, Leopardi) y músicos (Verdi, Rossini), que reflejaban en sus obras:

  • Un especial interés por el pasado histórico italiano.
  • Un deseo de independizarse del dominio de Austria.

A raíz de las revoluciones de 1848 se habían forjado las principales posturas nacionalistas en Italia. Unos, como Mazzini y su organización “Joven Italia”, defendían la creación de un república democrática, unitaria y centralista. Otros eran partidarios de un nacionalismo católico que impulsara, bajo la presidencia del Papa, una Confederación de Estados Italianos. Finalmente, estaban los pensadores como D’Azeglio y Balbo, que defendían la idea de que la unidad debía realizarse en torno a la casa de Saboya, reinante en Piamonte.

Desde II Risorgimento, periódico de Cavour, se promovía la unidad bajo un Estado liberal y parlamentario, que tras las 1848 contaba con una Constitución (Estatuto Albertino). Así, desde 1848 a 1859 el Reino de Piamonte se transformó en el plano económico y militar para prepararse en relación al proceso unificador.

La creación del Reino de Italia (1859-1861)

La unificación de Italia se llevó a cabo durante el reinado de Víctor Manuel II de Saboya, quien, en 1852, nombró como primer ministro a Cavour. Una empresa semejante exigía el apoyo internacional, lo que explica la participación del Piamonte en la Guerra de Crimea. Se pretendía una alianza con la Francia de Napoleón III frente a Austria con el fin de ocupar Lombardía y Véneto, lo que se consiguió en el Tratado de Plombières (1858).

Sin embargo, tras la ocupación de Lombardía, el Emperador francés retiró su apoyo, confirmándose únicamente la obtención de ese territorio (Acuerdos de Villafranca).

Posteriormente, las agitaciones nacionalistas en Parma, Módena y Romaña concluyeron con su incorporación al Piamonte. Cavour logró que Napoleón III reconociese estas anexiones y al día siguiente se formó un Parlamento para el Reino de la Alta Italia (1860).

El estallido de las sublevaciones campesinas en Sicilia fue aprovechado por Garibaldi, que dirigía desde Génova una expedición, para hacerse con la isla y, más tarde, con Nápoles. El Reino de las Dos Sicilias se integró en el Piamonte tras una entrevista entre Garibaldi y Víctor Manuel II.

Poco después, las Marcas y Umbría tomaban la misma decisión mediante un plebiscito.
o Finalmente, un nuevo Parlamento proclamó a Víctor Manuel II rey de Italia en 1861, siendo reconocido el reino por las principales potencias.

La incorporación del Véneto (1866)

La anexión del Véneto se produjo como resultado de la guerra entre Prusia y Austria de 1866. El reino de Italia se alió con los prusianos y, aunque los italianos fueron derrotados, al ganar la guerra Prusia, Austria tuvo que ceder este territorio (Paz de Viena).

La anexión de Roma (1870) y la “cuestión romana”

El Papa contaba con el apoyo de Napoleón III desde la revolución de 1848. La guerra que los prusianos iniciaron contra Francia en 1870 marcó el momento propicio para este último eslabón en la cadena de la unidad. Una vez derrotados los franceses en Sedán, los italianos no tuvieron ninguna oposición.

Mediante un plebiscito los Estados Pontificios se integraban en Italia, proclamándose Roma como capital del Estado. Sin embargo, el Papa Pío IX no reconoció esta anexión, iniciándose un conflicto entre el nuevo Estado italiano y el Vaticano, que no se resolverá hasta comienzos del siglo XX.