Las características del fascismo y el origen del fascismo italiano


En este episodio de la serie dedicada a la Historia de 4º de ESO se aborda, dentro del contexto de la crisis de las democracias, el auge de los fascismos. El vídeo comienza con sus características y orígenes, para pasar finalmente a desarrollar el fascismo en la Italia de Mussolini.

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ESTRUCTURA DEL VÍDEO:

  • 0:00. Introducción.
  • 0:15. Las características del fascismo.
  • 4:03. Benito Mussolini y el fascismo italiano.
  • 5:51. La Marcha sobre Roma.
  • 6:47. La construcción de la dictadura fascista.

BIBLIOGRAFÍA:

  1. Historia Contemporánea; Javier Paredes – Ariel.
  2. Las clases privilegiadas en el Antiguo Régimen; Antonio Domínguez Ortiz – Akal.
  3. Historia 4º de ESO – Santillana.
  4. Historia del Mundo Contemporáneo – Oxford.

DIAPOSITIVAS DEL VÍDEO:

Nacionalismo | Unificación italiana y unificación alemana


En este episodio de la serie dedicada a la Historia de 4º de ESO se aborda el proceso de unificación italiana a partir del reino de Piamonte-Cerdeña y la unificación alemana protagonizada por Prusia. Además, a lo largo de la explicación se comentarán algunos de los principales conflictos bélicos de la época, como la guerra franco-austríaca, la austro-prusiana o la franco-prusiana.

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ESTRUCTURA DEL VÍDEO:

  • 0:29. La unificación italiana.
  • 1:50. El Risorgimento.
  • 3:32. Víctor Manuel II y Cavour.
  • 4:56. Garibaldi y el reino de Las Dos Sicilias.
  • 5:49. La incorporación del Véneto y Roma.
  • 6:38. La unificación alemana.
  • 7:47. El Zollverein.
  • 8:48. Guillermo I y Bismarck.
  • 9:47. La crisis de los ducados daneses.
  • 10:34. La guerra austro-prusiana.
  • 11:51. La guerra franco-prusiana.

BIBLIOGRAFÍA:

  1. Historia Contemporánea; Javier Paredes – Ariel.
  2. La era de la revolución; Eric Hobsbawm – Crítica.
  3. Historia 4º de ESO – Santillana.
  4. Historia del Mundo Contemporáneo – Oxford.

DIAPOSITIVAS DEL VÍDEO:

Conferencia de Paz de Versalles


AUNQUE LLEVO TIEMPO REALIZANDO ESTA ACTIVIDAD EN EL AULA, HE TARDADO EN SUBIRLA A MI PÁGINA PORQUE NO TENÍA PREPARADOS LOS MATERIALES NECESARIOS PARA QUE CUALQUIER DOCENTE PUDIERA LLEVARLA AL AULA SIN PROBLEMA. QUE AHORA ME ATREVA A MOSTRARLA NO SIGNIFICA QUE ESTÉ TODO TERMINADO, SINO MÁS BIEN QUE, CON LO QUE HAY, PUEDE DESARROLLARSE SIN PROBLEMA. POR TANTO, ME COMPROMETO A SEGUIR SUBIENDO MATERIALES EN LAS PRÓXIMAS SEMANAS CON EL FIN DE MEJORAR SU ASPECTO Y DESARROLLO.
SIN EMBARGO, NO SERÍA JUSTO QUE MOSTRARA ESTA SIMULACIÓN DE LA CONFERENCIA DE PAZ COMO ALGO PROPIO; AL MENOS NO EXCLUSIVAMENTE. LA IDEA LA TOMÉ DEL PROFESOR JUAN PABLO SÁNCHEZ EN UNA CONVERSACIÓN QUE TUVIMOS HACE UNOS VERANOS. ME COMENTÓ QUE UN COMPAÑERO LO DESARROLLABA EN EL COLEGIO TAJAMAR, Y ME PARECIÓ MUY INTERESANTE. A PARTIR DE ESA IDEA INICIAL, CLAVE PARA QUE ME PLANTEARA ALGO ASÍ, HE DESARROLLADO LA ACTIVIDAD A MI MANERA, SIN CONTAR CON NINGÚN MATERIAL PREVIO. AHORA BIEN, DESPUÉS DE INTERCAMBIAR ALGUNOS MENSAJES CON EL PROFESOR DANIEL QUIJANO -QUE TAMBIÉN TIENEN ENTRE MANOS UN PROYECTO DE ESTAS CARACTERÍSTICAS-, HEMOS LLEGADO A LA CONCLUSIÓN DE QUE EL ORIGEN DE TODO ESTÁ EN EL TRABAJO DE JOHN D. CLARE.
EN DEFINITIVA, POR DIVERSOS MOTIVOS CONSIDERO QUE LAS SIGUIENTES LÍNEAS ESTÁN EN DEUDA CON MUCHAS PERSONAS, A LAS QUE AGRADEZCO SU GENEROSIDAD A LA HORA DE COMPARTIR E INSPIRAR.

INTRODUCCIÓN

El objetivo de la actividad es utilizar el aprendizaje vivencial para acercar al alumnado a las relaciones internacionales de la época y, más en concreto, a las rivalidades previas a la Gran Guerra. Evidentemente, estas salen a la luz en el contexto de la Conferencia de Paz, por lo que existen otros aspectos -es el caso de las reparaciones- que solo se comprenden después del armisticio de 1918. Además, con esta simulación también se pretende que entiendan mejor el periodo de entreguerras, tanto en su vertiente política como económica.

ORGANIZACIÓN Y DESARROLLO

La Conferencia de Paz se desarrolla a lo largo de tres sesiones, si bien es necesario dedicar veinte minutos de una clase previa para explicar la dinámica y agrupar al alumnado por países. A continuación se detalla cada una de las fases:

  1. Sesión previa; el alumnado se divide en equipos de tres o cuatro personas, eligiendo uno de los cinco países disponibles: Gran Bretaña, Estados Unidos, Francia, Italia y Alemania. Si el número de estudiantes es superior a la veintena, pueden hacerse grupos de cinco personas o utilizar una versión extendida donde se incluya Japón. A partir de ahí se les explica la dinámica de la actividad y el modo de evaluarla (ver más abajo).
  2. La primera sesión estará dedicada íntegramente a la preparación de la Conferencia por países. Cada una de las potencias recibirá una carpeta con instrucciones y, a partir de ella, haciendo uso si así lo desean de la información del libro de texto e internet, comenzarán a redactar un discurso inicial. También es conveniente que, a la luz del contenido del telegrama que hay en la carpeta, preparen estrategias que les permitan ganar aliados durante las negociaciones. Ahora bien, no deberán interactuar aún con los restantes países.
  3. La segunda sesión se iniciará con los discursos de cada una de las potencias siguiendo este orden: Francia, Gran Bretaña, Estados Unidos, Italia y Alemania. Es previsible que, después de la primera de las intervenciones, tenga lugar una votación para retirarle la palabra a los alemanes. Si así sucediera y el resultado fuera afirmativo, se suprimiría el quinto discurso. Es importante que, mientras otros intervienen, algún componente del equipo apunte sus exigencias con el fin de buscar puntos comunes. Terminada la fase de discursos, se abrirá un proceso de negociación en el que los países podrán moverse por el aula e interactuar con el fin de llegar a acuerdos. En caso de que Alemania sea silenciada, es bueno convencer a sus representantes de la necesidad de prestar mucha atención a lo que dicen las demás potencias. No en vano, si conocen bien los puntos de vista de cada una de ellas, podrán negociar por separado de una forma más eficaz. Este aspectos es importante para el desarrollo de la actividad, pues no podemos permitir que la frustración saque a varios alumnos de la dinámica de la actividad.
  4. En la tercera sesión comenzará a redactarse un tratado de paz a partir del debate de los siguientes puntos:

I. Limitación del poder militar alemán.
II. Cuantía de las reparaciones y reparto entre los vencedores.
III. Cuestión de las nacionalidades: Letonia, Estonia, Lituania, Polonia, Checoslovaquia, Hungría y Yugoslavia (incluye los territorios reclamados por Italia).
IV. Devolución de Lorena y Alsacia a Francia.
V. Creación del Estado de Renania.
VI. Prohibición del Anschluss.
VII. Dictamen a favor de la constitución de la Sociedad de Naciones.
VIII. Destino de los territorios coloniales y fórmula que se adoptará en cada uno de ellos (colonia o mandato).

Cada una de esas cuestiones será objeto de debate antes de la votación, e incluso, si el profesor lo considera oportuno, podrán abrirse breves rondas de negociaciones bilaterales. Al respecto, conviene recordar que, en caso de haber sido silenciada, Alemania no podrá pronunciarse en los debates, pero si negociar con otros países.

En los últimos minutos de la tercera sesión, se redactará un documento para que los alemanes lo revisen y firmen. En caso de negarse a hacerlo, las potencias vencedoras deberán reabrir las negociaciones o amenazar con reemprender la guerra. En este tira y afloja puede pasar cualquier cosa, si bien todos saben que la vuelta a las armas conlleva una mala nota para todos en la actividad. Si finalmente hay acuerdo con Alemania, se entrega a cada grupo la hoja de puntuaciones para que calculen la nota obtenida.

EVALUACIÓN

Como se puede ver en las tablas de puntuaciones, todos los países pueden obtener tres puntos por la preparación y calidad de su intervención inicial, así como otro punto más por su labor en las negociaciones bilaterales y los debates de la Conferencia. Lógicamente, eso precisa de la máxima atención por parte del docente a lo largo de esas fases. A partir de ahí, en función de sus objetivos, cada potencia va ganando o perdiendo puntos. En ese ámbito, únicamente hay dos excepciones:

  1. Los puntos de las reparaciones de guerra no se acumulan, sino que solo se suma o se resta la opción obtenida.
  2. Salvo en lo que respecta a la preparación de la Conferencia, las negociaciones durante la misma y las reparaciones de guerra, Alemania no es un país que sume puntos. Sus componentes parten de un diez y van perdiendo nota en función de lo que vaya sucediendo durante la simulación.

Es importante que, durante la sesión previa, se les explique que su nota depende del trabajo realizado y de los objetivos alcanzados. Ahora bien, para evitar amaños o cálculos que puedan entorpecer la actividad, no deben saber el valor concreto de cada cosa (a excepción de los tres puntos de preparación). Respetar este secreto es fundamental, pues hay elementos de la Conferencia que no funcionarán si se ponen todas las cartas bocarriba. De igual modo, es clave que ninguna de las restantes potencias conozca el contenido de su carpeta.

Por último, como se ha comentado más arriba, es bueno que los estudiantes sepan que el retorno a la guerra afectará notablemente a su nota en esta actividad. En concreto, únicamente conservarán aquellos aspectos relativos a la preparación y a los debates y negociaciones; es decir, un total de cuatro puntos como máximo. Esto incluye también a Alemania, pues si se reanuda el conflicto no podrá defenderse y perderá todo lo que aún conserva antes de la paz.

MATERIALES

Relaciona la evolución política del régimen con los cambios que se producen el contexto internacional


NONAGÉSIMO ESTÁNDAR DEL TEMARIO QUE, DE ACUERDO CON LO ESTIPULADO POR LA CONSEJERÍA DE EDUCACIÓN DE CASTILLA Y LEÓN, PODRÁ SER OBJETO DE EXAMEN EN LA EBAU, ANTIGUA SELECTIVIDAD.

 Pocos meses después de concluir la Guerra Civil en España, se inició en Europa un nuevo conflicto bélico -la Segunda Guerra Mundial (1939-1945)- que iba a ser determinante para las relaciones internacionales en la primera etapa del régimen franquista. Como consecuencia de la ayuda recibida de Alemania e Italia entre 1936 y 1939, la dictadura se encontraba ligada a las potencias del Eje, con las que compartía también ciertos rasgos ideológicos. Ahora bien, en un primer momento, España se declaró neutral, pues Franco sabía que el país no estaba en condiciones de participar en una nueva guerra.

Aún así, alemanes e italianos sondearon las posibilidades de una integración española en el conflicto, ejerciendo presión para que se produjera. En este contexto se han de situar las entrevistas con Hitler y Mussolini, en Hendaya (Francia) y Bordighera (Italia) respectivamente. Tras estos encuentros, si bien España no entró en la guerra, cambio su estatuto de país neutral a no beligerante y firmó el Pacto Antikomintern en noviembre de 1941. De esta manera, tropas españolas ocuparon la ciudad de Tánger, en la costa de Marruecos, y se envió al frente ruso un contingente de voluntarios –la División Azul- para combatir junto a las tropas alemanas en la invasión de la Unión Soviética.

Cuando la guerra parecía volverse claramente desfavorable para las potencias del Eje, España abandonó la no-beligerancia para tornar de nuevo a la neutralidad. Las fluctuaciones de la guerra hicieron que el régimen tuviese también que cuidar las relaciones con el bando aliado, de quienes recibía ayuda en forma de alimentos y combustible. De hecho, los británicos trataron siempre a Franco de forma cordial para que no se produjera su integración en el bando contrario. Finalmente, en octubre de 1943, el general Gómez-Jordana sustituyó a Ramón Serrano Súñer al frente de Exteriores, al tiempo que se retiraba la División Azul.

Una vez se produjo la derrota alemana, se inició un periodo muy difícil para el régimen en el ámbito internacional. No en vano, los aliados veían con disgusto la simpatía que, durante el conflicto, había mostrado España hacia las potencias del Eje. De hecho, vetaron su integración en la ONU, al tiempo que, en la Conferencia de Potsdam se abogaba por favorecer la caída de Franco por medios pacíficos. Esos hechos coincidieron en el tiempo con la firma, en marzo de 1945, del Manifiesto de Lausana por parte de don Juan de Borbón, en la que se abogaba por la restauración de la monarquía y la democracia en España. En definitiva, el franquismo quedó aislado internacionalmente, al tiempo que se recrudecía la lucha de guerrillas en el interior.

Después de muchas presiones diplomáticas, en diciembre de 1946, la ONU recomendó a todos los países que retirasen sus embajadores de España, de tal modo que solo permanecieron los más cercanos, como era el caso de Argentina y Portugal. Sin embargo, cuando más crítica parecía la situación del régimen -aislado diplomáticamente y ahogado en el ámbito económico-, el inicio de la Guerra Fría permitió a Franco presentarse ante británicos y norteamericanos como adalid de la lucha contra el comunismo y, por tanto, como un aliado a tener en cuenta en el nuevo panorama internacional. Aunque España no fue admitida en la OTAN, ni recibió los beneficios del Plan Marshall, fue saliendo progresivamente del aislamiento durante la primera mitad de la década de los cincuenta. Fue así como, en 1950, la ONU levantó el veto que pesaba sobre su integración en los organismos internacionales, como la FAO y la UNESCO. A esto se ha de añadir la firma, en 1953, del Concordato con la Santa Sede y del Tratado Económico y Defensivo con los EE.UU. Por último, ya en 1955, España pasó a ser miembro de pleno derecho de las Naciones Unidas, si bien la dictadura nunca logró la entrada en las Comunidades Europeas fundadas en los Tratados de París (1951) y Roma (1957).

Compara la evolución política y la situación económica de los dos bandos durante la guerra


OCTOGÉSIMO QUINTO ESTÁNDAR DEL TEMARIO QUE, DE ACUERDO CON LO ESTIPULADO POR LA CONSEJERÍA DE EDUCACIÓN DE CASTILLA Y LEÓN, PODRÁ SER OBJETO DE EXAMEN EN LA EBAU, ANTIGUA SELECTIVIDAD.

Como consecuencia del estallido de la Guerra Civil en julio de 1936, el poder dentro del territorio republicano quedó fragmentado, cayendo el poder en manos de las milicias armadas de las diversas ideologías que habían apoyado al Frente Popular en las elecciones del mes de febrero. A pesar del derrumbe del orden republicano, los sucesivos gobiernos, de entre los que destacaron el del socialista Largo Caballero y el del comunista Juan Negrín, hicieron importantes esfuerzos por mantener la unidad. La falta de cohesión acabó provocando fuertes divisiones, e incluso enfrentamientos, dentro del bando republicano, con el consiguiente perjuicio para su causa.

La situación fue muy distinta entre los sublevados, donde el ejército ejerció de elemento de cohesión entre los distintos grupos que integraban ese bando. En un primer momento, todos quedaron sometidos a la obediencia de la Junta de Defensa Nacional, que se disolvió en octubre de 1936 para dejar la dirección militar y política de la llamada zona nacional en manos del general Franco. Este aprovechó la duración del conflicto bélico para llevar a término la fusión de la Falange Española de las Juntas de Ofensiva Nacional Sindicalista (FE de las JONS) y la Comunión Tradicionalista. De esta manera, el Decreto de Unificación de abril de 1937, le permitió sentar las bases de un régimen de partido único cercano a los fascismos europeos.

Al principio del conflicto, la zona republicana contaba con mayor cantidad de población, así como con las principales zonas industriales y de agricultura de exportación. Sin embargo, la principal zona cerealista (Castilla la Vieja-León) estaba en manos de los nacionales. De esta manera, pronto surgieron problemas con el suministro de las ciudades, saturadas de refugiados, y del ejército. Además, se sufrió la escasez de materias primas como algodón, petróleo o carbón, ya que las empresas suministradoras de otros países desconfiaban de la solvencia económica republicana. A esto se unía la retirada de capitales extranjeros por temor a las colectivizaciones. En definitiva, la producción agrícola e industrial descendió muchísimo. Así, la industria siderúrgica vasca solo alcanzó, en el primer semestre de 1937, entre el 5% y el 10% de la producción de 1929. En parte, esto se debió al aislamiento que esta zona sufría con respecto al resto del territorio republicano. En estas circunstancias, la República recurrió al oro y divisas depositadas en el Banco de España para adquirir armamento del extranjero, especialmente de la URSS.

Por su parte, el territorio controlado por el otro bando estaba formado, en su mayor parte, por tierras de cultivo y ganadería, además de algunas zonas mineras. De esta manera, los sublevados tuvieron menos problemas de abastecimiento que los republicanos. Ahora bien, se trataba de una economía desequilibrada, que sólo se potenció cuando sus tropas conquistaron Bilbao y la franja cantábrica en otoño de 1937). A esto se ha de añadir que, durante la guerra, pudieron contar con créditos a largo plazo de Alemania y de Italia de empresas petroleras como la TEXACO de EE.UU.

ESTRUCTURA DEL VÍDEO:

  • 0:15. La fragmentación del poder republicano.
  • 1:00. La cohesión del bando sublevado.
  • 1:49. La situación económica de la zona republicana.
  • 3:09. La economía del bando nacional.

BIBLIOGRAFÍA:

  1. Historia de España 2 – Editorial Anaya.
  2. Historia de España – Editorial Vicens Vives.
  3. Historia de España Contemporánea; José Luis Comellas – Rialp.

DIAPOSITIVAS DEL VÍDEO:

Relaciona la Guerra Civil española con el contexto internacional


OCTOGÉSIMO CUARTO ESTÁNDAR DEL TEMARIO QUE, DE ACUERDO CON LO ESTIPULADO POR LA CONSEJERÍA DE EDUCACIÓN DE CASTILLA Y LEÓN, PODRÁ SER OBJETO DE EXAMEN EN LA EBAU, ANTIGUA SELECTIVIDAD.

El comienzo de la Guerra Civil coincidió con uno de los momentos más tensos en las relaciones internacionales del siglo XX. Desde el ascenso del partido nacionalsocialista de Adolf Hitler al poder, la política exterior de los países europeos se fue enrareciendo hasta formarse dos bloques claramente diferenciados: las democracias, encabezadas por británicos y franceses, y los regímenes fascistas de Italia y Alemania. La tensión internacional a partir de 1936 llegó a tal nivel que cualquier crisis podía provocar el estallido de una nueva guerra mundial.

Por ese motivo, el estallido del conflicto español provocó división de opiniones e inquietud entre los políticos y la opinión pública, sobre todo en Gran Bretaña y Francia. Es en ese punto donde se ha de situar el origen del Comité de No Intervención, impulsado por el gobierno francés con el apoyo del británico. En agosto de 1936, se adhirieron a él un total de veintisiete estados, entre los que se encontraban Alemania, Italia y la Unión Soviética. Todos ellos se comprometieron a no intervenir en el conflicto español, ya fuera mediante la actuación directa o por medio de la venta de cualquier tipo de material bélico.

Ahora bien, al tiempo que esas potencias suscribían el acuerdo, tanto el gobierno republicano y como el bando sublevado solicitaron ayuda militar a las potencias europeas. Esto se debió, fundamentalmente, a la escasez de medios de la España de entonces en lo relativo a equipamiento militar y armamento.

ESTRUCTURA DEL VÍDEO:

  • 0:12. El contexto europeo y las tensiones internacionales.
  • 0:48. El Comité de No Intervención.
  • 1:27. La ayuda militar de las potencias europeas.

BIBLIOGRAFÍA:

  1. Historia de España 2 – Editorial Anaya.
  2. Historia de España – Editorial Vicens Vives.
  3. Historia de España Contemporánea; José Luis Comellas – Rialp.

DIAPOSITIVAS DEL VÍDEO:

El sistema de alianzas y la Gran Guerra


En el verano de 1914 estallaba el que, hasta la Segunda Guerra Mundial, fue el conflicto más importante y destructivo de la historia de la humanidad. Más de treinta naciones de todo el mundo, así como sus imperio coloniales, se enfrentaron en una guerra que se cobró más de diez millones de muertos. Su final, en 1918, dio lugar a un nuevo panorama mundial, marcado por la decadencia de las potencias europeas, el ascenso norteamericano y el comienzo de una era de incertidumbre, crisis y miedo. En esta clase se resume el sistema de alianzas, quedando las restantes para cuestiones como la introducción a la Guerra, la Paz Armada, las tensiones internacionales, el estallido del conflicto, los contendientes y los principales frentes de la Gran Guerra. También hay apartados dedicados a su evolución (1914, 1915, 1916, 1917 y 1918) y consecuencias. Este repaso finaliza con un vídeo sobre los tratados de paz y otro sobre la fundación de la Sociedad de Naciones.

Los restantes tratados de paz


Austria firmó en septiembre de 1919 el Tratado de Saint-Germain, que reducía su territorio al actual. Tuvo que reconocer la independencia de Hungría, Checoslovaquia, Polonia y Serbia. Cedió a Italia el Tirol sur, Trieste, Istria y parte de Dalmacia.

A Serbia se le concedió Bosnia-Herzegovina y Eslovenia.

Hungría firmó en 1920 el Tratado de Trianon. Entregaba Croacia y Eslabona a Serbia, Eslovaquia a Checoslovaquia y Transilvania a Rumanía.

En noviembre de 1920, Bulgaria se vio obligada a ceder a Grecia la Tracia oriental -perdiendo su salida al mar Egeo- y gran parte de Macedonia.

Turquía firmó en agosto de 1920 el Tratado de Sèvres, donde sufrió notables pérdidas territoriales:

  • Tracia oriental y las islas del mar Egeo pasaban a Grecia.
  • Rodas y el Dodecaneso se cedían a Italia.
  • Armenia se convertía en Estado independiente.
  • Kurdistán lograba su autonomía.

Siria, Líbano y Cilicia se convertían en mandatos franceses, mientras Iraq, Palestina y Transjordania pasaban a ser mandatos británicos.

El descontento por las condiciones del Tratado de Sèvres provoco un levantamiento nacionalista acaudillado por Mustafa Kemal.

El sultán fue depuesto y se reanudó la lucha contra los griegos, de tal modo que las sucesivas victorias turcas obligaron a revisar las condiciones de paz en el Tratado de Lausana (24 de julio de 1923).

Turquía recuperaba Tracia oriental y conservaba Asia Menor en su totalidad.

La conferencia de paz


Se escogió París para la conferencia de paz, en la que sólo gozaron de representación los países vencedores.

Los acuerdos fundamentales los tomó el Consejo de los Cuatro: el presidente Wilson (EE.UU.), Georges Clemanceau (Francia), Lloyd George (Reino Unido) y Vittorio Orlando (Italia).

Existían dos posturas sobre Alemania:

  • La más dura era la francesa: la guerra se había librado en su territorio y el noroeste del país había quedado arrasado. Además, Francia había sufrido dos ataques alemanes en menos de cincuenta años, por lo que Clemenceu estaba decidido a acabar con el peligro alemán.
  • Wilson y Lloyd George mantenían otra postura: deseaban sancionar económicamente a Alemania, pero no destruirla. Pensaban que esto reduciría su afán de revancha y facilitaría el pago de las indemnizaciones. También temían la extensión del comunismo –victorioso en Rusia- por Alemania. Además, el Reino Unido no quería una hegemonía francesa en Europa sin contrapeso.

La postura francesa triunfó y el resultado fue especialmente duro para Alemania. La delegación alemana se negó a ratificar el tratado, de tal modo que sólo la amenaza de reanudar las hostilidades logró ese objetivo el 28 de junio de 1919.

Las fases del conflicto: la guerra de trincheras


Durante estos años la guerra consistió en lanzar ofensivas contra las líneas enemigas para romper el frente. Los soldados eran detenidos por las alambradas y diezmados por el fuego de ametralladora.

Las batallas ocasionaban cientos de miles de muertos por el empleo de las nuevas armas: tanques, gases asfixiantes, ametralladoras, aviación… No obstante, las posiciones permanecieron inalterables.

Ofensivas y guerra de desgaste.

En 1915, los franceses atacaron a los alemanes en Artois y en la Champaña, pero no consiguieron romper sus líneas. En el frente oriental, y en el mismo año, los austro-alemanes lanzaron tres ofensivas contra los rusos (mayo, julio y agosto), conquistando toda Polonia. De esta manera, a finales de septiembre, las tropas germanas ocuparon un frente desde el mar Báltico hasta el río Dniéster.

Desde febrero hasta junio de 1916 tuvo lugar la batalla de Verdún, que fue planteada como batalla de desgaste. Los alemanes perdieron 240.000 hombres y los franceses 275.000, sin que hubiera alteraciones importantes en el mapa. En julio los franceses atacaron en el Somme, momento que fue aprovechado por Rusia para recuperar parte de Polonia.

En busca de aliados.

Las enormes pérdidas humanas y de material llevaron a los dos bandos a buscar nuevos aliados.

  • En mayo de 1915 Italia se incorporaba a la Entente a cambio de recuperar los territorios irredentos (Triestre, Trentino e Istria) y parte de la costa Dálmata.
  • En septiembre de 1915 fue Bulgaria la que se unió a los imperios centrales.
  • Rumania se unió a la Entente a finales de agosto de 1916, pero fue rápidamente invadida por Alemania.