Austria firmó en septiembre de 1919 el Tratado de Saint-Germain, que reducía su territorio al actual. Tuvo que reconocer la independencia de Hungría, Checoslovaquia, Polonia y Serbia. Cedió a Italia el Tirol sur, Trieste, Istria y parte de Dalmacia.
A Serbia se le concedió Bosnia-Herzegovina y Eslovenia.
Hungría firmó en 1920 el Tratado de Trianon. Entregaba Croacia y Eslabona a Serbia, Eslovaquia a Checoslovaquia y Transilvania a Rumanía.
En noviembre de 1920, Bulgaria se vio obligada a ceder a Grecia la Tracia oriental -perdiendo su salida al mar Egeo- y gran parte de Macedonia.
Turquía firmó en agosto de 1920 el Tratado de Sèvres, donde sufrió notables pérdidas territoriales:
- Tracia oriental y las islas del mar Egeo pasaban a Grecia.
- Rodas y el Dodecaneso se cedían a Italia.
- Armenia se convertía en Estado independiente.
- Kurdistán lograba su autonomía.
Siria, Líbano y Cilicia se convertían en mandatos franceses, mientras Iraq, Palestina y Transjordania pasaban a ser mandatos británicos.
El descontento por las condiciones del Tratado de Sèvres provoco un levantamiento nacionalista acaudillado por Mustafa Kemal.
El sultán fue depuesto y se reanudó la lucha contra los griegos, de tal modo que las sucesivas victorias turcas obligaron a revisar las condiciones de paz en el Tratado de Lausana (24 de julio de 1923).
Turquía recuperaba Tracia oriental y conservaba Asia Menor en su totalidad.
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