Los sistemas bismarckianos


Entre 1872 y 1890, el canciller prusiano Bismarck impuso un potente sistema de alianzas, convirtiéndose en el árbitro de la política internacional. Esencialmente pretendía aislar diplomáticamente a Francia, su enemiga desde que Prusia le arrebatara Alsacia y Lorena en la guerra franco-prusiana.

El primer sistema bismarckiano.

Alemania pretendía, además de aislar a Francia, asegurar la neutralidad del Reino Unido y de Italia. Aprovechó los recelos de Víctor Manuel de Saboya, el primer rey de Italia, contra Francia por haber dificultado, con su apoyo al papa Pío IX, la incorporación a Italia de los Estados Pontificios.

Además, Bismarck deseaba la alianza con Austria y Rusia. En 1873 firmó con Rusia la Convención militar secreta ruso-alemana y con Austria el Acuerdo pruso-austríaco. Esto originará la Entente de los tres emperadores, a la que se unió Italia en 1874.

El acuerdo se rompió por los enfrentamientos entre rusos y austríacos sobre los Balcanes.

Tras la guerra ruso-turca de 1878, se creó la gran Bulgaria por el Tratado de San Estéfano.
Austria sintió perjudicados sus intereses y solicitó una revisión del pacto. El resultado fue la disolución de la gran Bulgaria, Austria recibió Bosnia Herzegovina y fortaleció su entendimiento con Alemania mediante la alianza secreta conocida como Dúplice Alianza.

El segundo sistema bismarckiano.

Comenzó a gestarse en 1881, cuando ocupaba el trono de Rusia Alejandro II, antiliberal y opuesto a la III República francesa. Bismarck consiguió renovar la alianza de los tres emperadores. Ese mismo año, Italia buscó el apoyo de Alemania contra Francia que le impedía su expansión en el norte de África.

En 1882, ambas suscribieron un acuerdo que incluía también a Austria, que fue conocido como la Triple Alianza. La Alianza de los tres emperadores se fue renovando hasta 1887, siendo cancelada por el zar como consecuencia de sus rivalidades con Austria en los Balcanes.

Sin embargo, se firmó el Tratado ruso-alemán, pro el cual Alemania se comprometía a mantener la neutralidad en caso de conflicto entre Austria y Rusia. A cambio, Rusia no intervendría en un guerra franco-germana.

Entre 1887 y 1889, el sistema resultó perfecto para Alemania, pues permanecían en vigor:

  • La Dúplice Alianza, suscrita por Alemania y Austria en 1879.
  • La Triple Alianza de 1882, firmada por Austria, Alemania e Italia.
  • El Tratado de Reaseguro de 1887 con Rusia.
  • Por último, el Reino Unido se acercó a la Triple Alianza a partir de 1887, por temor al papel preponderante que estaba adquiriendo Francia en el Mediterráneo.
En conclusión: Francia carecía de aliados para enfrentarse a Alemania con el fin de recuperar Alsacia y Lorena.