La crisis del petróleo


Durante el curso 2018-2019 elaboré este Prezi para mis clases de grado en la Facultad de Comercio de la Universidad de Valladolid. Aunque es probable que con el tiempo vaya introduciendo correcciones, comparto la presentación en su estado actual. Para consultarla haz click aquí.

Unidad 3. La revolución industrial y los cambios sociales


DEFINICIONES UTILIZADAS EN EL TERCER TEMA DE 4º de ESO. EN UNIDAD DIDÁCTICA SE ABORDA LA REVOLUCIÓN INDUSTRIAL Y EL PROCESO DE INDUSTRIALIZACIÓN HASTA FINALES DEL XIX, ASÍ COMO SUS CONSECUENCIAS SOCIALES. DE ESTE ÚLTIMO ASPECTO CABE DESTACAR LA APARICIÓN DE LA SOCIEDAD DE CLASES Y EL MOVIMIENTO OBRERO.

Anarquismo: teoría política basada en el pensamiento de Proudhon, si bien su máximo exponente fue Bakunin. El anarquismo se oponía a cualquier forma de gobierno, pues solo el hecho de gobernar suponía una coacción y una injusticia. Defiende, por tanto, la libertad individual y la desaparición de la propiedad privada y de todas las autoridades.

Asociación Internacional de Trabajadores (AIT): organización internacional del movimiento obrero fundada en Londres en 1864 por delegados de las principales asociaciones europeas de trabajadores. Se implantó rápidamente en los años siguientes y fue escenarios de los enfrentamientos entre socialistas, partidarios de Marx, y anarquistas, partidarios de Bakunin. Finalmente, en el Congreso de la Haya (1872), estos últimos fueron expulsados.

Burguesía (acepción contemporánea y marxista): grupo social poseedor de los medios de producción (tierra, capital, empresas y fábricas) que, durante el siglo XIX aumentó su poder económico y político. Sus intereses de clase están enfrentados a los de la antigua aristocracia y a los de la incipiente clase obrera.

Capitalismo: sistema económico y social caracterizado por la posesión privada del capital y de los medios de producción, la libertad de empresa y el librecambio. En él la propiedad marca la diferencia con los sectores sociales que sólo pueden ofrecer en el mercado su fuerza de trabajo a cambio de un salario. Sus raíces se remontan a la Europa moderna, pero su consolidación y expansión mundial comenzó a finales del XVIII.

Cartel: acuerdo temporal entre empresas para fijar los precios de las mercancías y repartirse las cuotas de producción y del mercado. Su objetivo es eliminar la competencia empresarial y monopolizar un mercado sectorial. Adquirieron particular importancia en Alemania a finales del siglo XIX, en el marco de la Larga Depresión.

Cartismo: movimiento surgido en Reino Unido que expresaba la agitación de la clase obrera producida por los cambios derivados de la Revolución Industrial y por leyes del Parlamento. Obtuvo su nombre de la Carta del Pueblo, un documento escrito en junio de 1837, que fue enviado al Parlamento en 1838.

Clase social: concepto que describe, desde principios del XIX, a los diversos grupos de la sociedad diferenciados por sus condiciones y nivel de vida. Se configura también por su diferente posición económica y política, así como por su relación con el sistema económico capitalista en tanto que propietarios de los medios de producción (burguesía) o de la fuerza de trabajo (proletariado).

Comunismo: sistema económico y social en el que la propiedad de los medios de producción está en manos del Estado. El comunismo moderno parte de las ideas de Karl Marx expresadas en “El Manifiesto Comunista”, donde se propugnaba la abolición de los derechos de herencia, la expropiación de la tierra y las fábricas, la nacionalización de la banca y la obligación legal del trabajo de todos los ciudadanos.

Domestic System: término anglosajón que se refiere al sistema doméstico de producción. Define una situación anterior a la aparición de las fábricas en la que la producción de manufacturas se lleva a cabo en el marco familiar de la industria rural dispersa.

Economía de mercado: sistema donde el mercado determina, a través de la competencia, la producción. Es propia del liberalismo económico capitalista.

Enclosure acts: actos legislativos con los que el Parlamento británico favoreció, durante el siglo XVIII, la concentración y privatización de la propiedad agraria, e incluso las tierras comunales. Esta transformación de la propiedad permitió la constitución de empresas agrarias rentables, orientadas al mercado. Sin embargo, perjudicó a los pequeños propietarios y jornaleros, los cuales se convirtieron en fuerza de trabajo disponible para la naciente industria.

Ensanche urbano: ampliación planificada de una ciudad en crecimiento como consecuencia de la superación de sus límites tradicionales a lo largo del siglo XIX. Se caracteriza por el trazado recto de sus calles, un trazado reticular y la amplitud de sus plazas.

Holding: forma de concentración empresarial surgida a finales del siglo XIX. Consiste en la creación de una sociedad anónima que, gracias a sus participaciones financieras, controla un grupo de empresas de la misma naturaleza, quedando de esta forma unidas por un conjunto de intereses.

Liberalismo económico: teoría basada en la libre actuación de todos los sectores de la economía –libertad individual, de empresa, de intercambio…-, tal y como refleja la frase Laissez faire, laissez passer («Dejad hacer, dejad pasar»). El representante más destacado del liberalismo económico fue Adam Smith, cuya doctrina se opone a la intervención del Estado en la economía.

Ludismo: movimiento obrero surgido en Inglaterra a principios del siglo XIX, que consistió en el asalto de las fábricas y destrucción de las maquinas por parte de los trabajadores. Protestaban así contra los despidos y los bajos salarios ocasionados por la introducción de maquinaria en el proceso productivo.

Manos muertas: propiedades de la nobleza y del clero que, en el marco del Antiguo Régimen, no podían venderse.

Marxismo: conjunto de movimientos políticos, sociales, económicos y filosóficos derivados de la obra de Karl Marx. Su objetivo era alcanzar, mediante la revolución y la dictadura del proletariado, una sociedad sin propiedad privada y sin clases sociales.

Medios de producción: conjunto de elementos necesarios para fabricar un producto: fábricas, maquinaria, fuentes de energía, materias primas, mano de obra y capital.

Monopolio: concesión otorgada por la autoridad competente a una empresa para que lleve a cabo, en exclusiva, una actividad industrial o comercial.

Movimiento obrero: conjunto de manifestaciones e intervenciones políticas y sociales de los trabajadores, organizados en favor de la mejora de sus condiciones de vida y de la transformación revolucionaria o reformadora de la sociedad. Surgió con la sociedad industrial a través de sindicatos y partidos.

Revolución agraria: aumento progresivo de la producción acaecido a finales del siglo XVIII, como consecuencia de la inversión de los propietarios en nuevas técnicas y sistemas de cultivo, además de la mejora del uso de fertilizantes.

Revolución industrial: periodo histórico comprendido entre la segunda mitad del siglo XVIII y principios del XIX, en el que Gran Bretaña en primer lugar, y el resto de Europa continental después, sufrieron el mayor conjunto de transformaciones socioeconómicas, tecnológicas y culturales de la historia de la humanidad, desde el neolítico.

Sociedad anónima: empresa que pertenece a varias personas que poseen participaciones (acciones) y, a cambio, reciben una parte proporcional de los beneficios.

Teoría del valor: según Adam Smith, el valor de las mercancías representa la cantidad de trabajo que contienen; a más trabajo, más valor.

Trust: concentración y fusión de empresas y fábricas dedicadas a la misma actividad, o a distintas fases del mismo proceso productivo, con la finalidad de monopolizar la producción de una mercancía, ocupar mayoritariamente el mercado y regular los precios.

Explica las repercusiones de la Primera Guerra Mundial y la Revolución Rusa en España


SEXAGÉSIMO CUARTO ESTÁNDAR DEL TEMARIO QUE, DE ACUERDO CON LO ESTIPULADO POR LA CONSEJERÍA DE EDUCACIÓN DE CASTILLA Y LEÓN, PODRÁ SER OBJETO DE EXAMEN EN LA EBAU, ANTIGUA SELECTIVIDAD.

El estallido, desarrollo y desenlace de la Gran Guerra (1914-1918), unido a la aparición del primer régimen comunista del mundo en el año 1917, tuvo importantes consecuencias para España, tanto en el campo de la política como en la sociedad en general. De hecho, aunque la monarquía liberal se mantuvo como hasta 1931, esos dos acontecimientos marcaron un punto de inflexión en la evolución del régimen de la Restauración.

Al iniciarse la Gran Guerra en 1914, el gobierno presidido por el conservador Eduardo Dato, con el respaldo de todas las formaciones políticas, declaró la neutralidad de España. Esta decisión convirtió al país en proveedor de materias primas y productos industriales, favoreciendo así el desarrollo de la economía nacional. Ahora bien, este crecimiento no afectó del mismo modo a la burguesía industrial y a la clase trabajadora. Mientras los primeros se enriquecieron gracias a los beneficios que producía el contexto bélico en Europa, los segundos vieron como su calidad de vida se deterioraba por una escasez de suministros que, a pesar del alza de los salarios, no era compensaba la subida de los sueldos. De esta manera, además de agravar las diferencias sociales de la época, la evolución de la economía durante la Gran Guerra provocó numerosas huelgas y conflictos laborales en medio de un clima de tensión y auge del crecimiento obrero.

Ahora bien, a pesar de situarse en una posición de neutralidad, oficial, la sociedad española, los medios de comunicación y los propios partidos políticos se dividieron en dos bandos en función de la potencia con la que simpatizaban. Los sectores más conservadores presentaron una clara germanofilia, mientras que los liberales y la izquierda se sentían más cercanos a los aliados. Por su parte, los anarquistas y una minoría dentro del socialismo calificaron el conflicto como un enfrentamiento imperialista; una consecuencia lógica del desarrollo del capitalismo.

Por su parte, las revoluciones rusas del año 1917 tuvieron una importante influencia en la deriva política de los grupos políticos y sindicatos de izquierdas. En concreto, en el PSOE se produjo una escisión como consecuencia de la fundación de la Internacional Comunista, pues una minoría pro-soviética abandonó partido para fundar el PCE (Partido Comunista de España). Además, entre la burguesía capitalista y las clases medias dio lugar a la aparición del miedo al contagio comunista.

La influencia de la Revolución Rusa llevó también a que algunos sindicatos se radicalizaron y elevaron el nivel de sus demandas. Además, como consecuencia de la crisis económica de posguerra y a la desigualdad social que esta provocó, esos sindicatos extendieron su influencia entre la clase trabajadora. De esta manera, la UGT aumentó el número de sus afiliados de 160.000 en 1916 a 240.000 en 1921, mientras que la CNT pasó de 80.000 afiliados a 600.000 en ese mismo periodo.

Describe el origen desarrollo y repercusiones de la Tercera Guerra Carlista


QUINCUAGÉSIMO SEGUNDO ESTÁNDAR DEL TEMARIO QUE, DE ACUERDO CON LO ESTIPULADO POR LA CONSEJERÍA DE EDUCACIÓN DE CASTILLA Y LEÓN, PODRÁ SER OBJETO DE EXAMEN EN LA EBAU, ANTIGUA SELECTIVIDAD.

El exilio de Isabel II como consecuencia de la Gloriosa Revolución de 1868, así como la evolución política del Sexenio Democrático (1868-1874), dieron un nuevo impulso al carlismo. La causa del nuevo pretendiente, Carlos VII, se vio reforzada, tanto por la presencia en el trono de una dinastía ajena al país –la Casa de Saboya-, como por el apoyo de buena parte de la derecha; especialmente los moderados y neocatólicos.

Para entender la persistencia del conflicto carlista a lo largo del siglo XIX y, de manera especial, en el periodo que nos ocupa, hay que tener en cuenta tres factores:

  • El rechazo del campesinado a las formas de producción capitalista.
  • La resistencia de los antiguos territorios forales al centralismo liberal.
  • La postura contraria a la secularización, promovida por los liberales, de la religiosidad tradicional.

Si bien el conflicto bélico se inició en 1872, no se generalizó en el territorio vasco y navarro hasta el año siguiente. De hecho, una vez se produjo la entrada de Carlos VII en España, en esos territorios forales se organizó un Estado alternativo con legislación e instituciones propias. Ahora bien, al no prosperar los levantamientos protagonizados por los carlistas en otros territorios de la Península, su efecto se fue diluyendo poco a poco.

La principal consecuencia de la derrota carlista fue la supresión del sistema foral vasco en 1876; es decir, un nuevo proceso de centralización protagonizado por el liberalismo. A su vez, esto abrió el camino para la transformación del viejo foral en un nacionalismo de base étnica, católica y xenófoba.

BIBLIOGRAFÍA:

  1. Historia de España 2 – Editorial Anaya.
  2. Historia de España – Editorial Vicens Vives.
  3. Historia de España en el siglo XIX; José Luis Comellas – Rialp.

Unidad 3. La revolución industrial y el movimiento obrero


DEFINICIONES UTILIZADAS EN EL TERCER TEMA DE 1º DE BACHILLERATO. EN UNIDAD DIDÁCTICA SE ABORDA LA REVOLUCIÓN INDUSTRIAL Y EL PROCESO DE INDUSTRIALIZACIÓN HASTA FINALES DEL XIX, ASÍ COMO SUS CONSECUENCIAS SOCIALES. DE ESTE ÚLTIMO ASPECTO CABE DESTACAR LA APARICIÓN DE LA SOCIEDAD DE CLASES Y EL MOVIMIENTO OBRERO.

Anarquismo: teoría política basada en el pensamiento de Proudhon, si bien su máximo exponente fue Bakunin. El anarquismo se oponía a cualquier forma de gobierno, pues solo el hecho de gobernar suponía una coacción y una injusticia. Defiende, por tanto, la libertad individual y la desaparición de la propiedad privada y de todas las autoridades.

Asociación Internacional de Trabajadores (AIT): organización internacional del movimiento obrero fundada en Londres en 1864 por delegados de las principales asociaciones europeas de trabajadores. Se implantó rápidamente en los años siguientes y fue escenarios de los enfrentamientos entre socialistas, partidarios de Marx, y anarquistas, partidarios de Bakunin. Finalmente, en el Congreso de la Haya (1872), estos últimos fueron expulsados.

Burguesía (acepción contemporánea y marxista): grupo social poseedor de los medios de producción (tierra, capital, empresas y fábricas) que, durante el siglo XIX aumentó su poder económico y político. Sus intereses de clase están enfrentados a los de la antigua aristocracia y a los de la incipiente clase obrera.

Capitalismo: sistema económico y social caracterizado por la posesión privada del capital y de los medios de producción, la libertad de empresa y el librecambio. En él la propiedad marca la diferencia con los sectores sociales que sólo pueden ofrecer en el mercado su fuerza de trabajo a cambio de un salario. Sus raíces se remontan a la Europa moderna, pero su consolidación y expansión mundial comenzó a finales del XVIII.

Cartel: acuerdo temporal entre empresas para fijar los precios de las mercancías y repartirse las cuotas de producción y del mercado. Su objetivo es eliminar la competencia empresarial y monopolizar un mercado sectorial. Adquirieron particular importancia en Alemania a finales del siglo XIX, en el marco de la Larga Depresión.

Cartismo: movimiento surgido en Reino Unido que expresaba la agitación de la clase obrera producida por los cambios derivados de la Revolución Industrial y por leyes del Parlamento. Obtuvo su nombre de la Carta del Pueblo, un documento escrito en junio de 1837, que fue enviado al Parlamento en 1838.

Clase social: concepto que describe, desde principios del XIX, a los diversos grupos de la sociedad diferenciados por sus condiciones y nivel de vida. Se configura también por su diferente posición económica y política, así como por su relación con el sistema económico capitalista en tanto que propietarios de los medios de producción (burguesía) o de la fuerza de trabajo (proletariado).

Comunismo: sistema económico y social en el que la propiedad de los medios de producción está en manos del Estado. El comunismo moderno parte de las ideas de Karl Marx expresadas en “El Manifiesto Comunista”, donde se propugnaba la abolición de los derechos de herencia, la expropiación de la tierra y las fábricas, la nacionalización de la banca y la obligación legal del trabajo de todos los ciudadanos.

Domestic System: término anglosajón que se refiere al sistema doméstico de producción. Define una situación anterior a la aparición de las fábricas en la que la producción de manufacturas se lleva a cabo en el marco familiar de la industria rural dispersa.

Economía de mercado: sistema donde el mercado determina, a través de la competencia, la producción. Es propia del liberalismo económico capitalista.

Enclosure acts: actos legislativos con los que el Parlamento británico favoreció, durante el siglo XVIII, la concentración y privatización de la propiedad agraria, e incluso las tierras comunales. Esta transformación de la propiedad permitió la constitución de empresas agrarias rentables, orientadas al mercado. Sin embargo, perjudicó a los pequeños propietarios y jornaleros, los cuales se convirtieron en fuerza de trabajo disponible para la naciente industria.

Ensanche urbano: ampliación planificada de una ciudad en crecimiento como consecuencia de la superación de sus límites tradicionales a lo largo del siglo XIX. Se caracteriza por el trazado recto de sus calles, un trazado reticular y la amplitud de sus plazas.

Holding: forma de concentración empresarial surgida a finales del siglo XIX. Consiste en la creación de una sociedad anónima que, gracias a sus participaciones financieras, controla un grupo de empresas de la misma naturaleza, quedando de esta forma unidas por un conjunto de intereses.

Liberalismo económico: teoría basada en la libre actuación de todos los sectores de la economía –libertad individual, de empresa, de intercambio…-, tal y como refleja la frase Laissez faire, laissez passer («Dejad hacer, dejad pasar»). El representante más destacado del liberalismo económico fue Adam Smith, cuya doctrina se opone a la intervención del Estado en la economía.

Ludismo: movimiento obrero surgido en Inglaterra a principios del siglo XIX, que consistió en el asalto de las fábricas y destrucción de las maquinas por parte de los trabajadores. Protestaban así contra los despidos y los bajos salarios ocasionados por la introducción de maquinaria en el proceso productivo.

Manos muertas: propiedades de la nobleza y del clero que, en el marco del Antiguo Régimen, no podían venderse.

Marxismo: conjunto de movimientos políticos, sociales, económicos y filosóficos derivados de la obra de Karl Marx. Su objetivo era alcanzar, mediante la revolución y la dictadura del proletariado, una sociedad sin propiedad privada y sin clases sociales.

Medios de producción: conjunto de elementos necesarios para fabricar un producto: fábricas, maquinaria, fuentes de energía, materias primas, mano de obra y capital.

Monopolio: concesión otorgada por la autoridad competente a una empresa para que lleve a cabo, en exclusiva, una actividad industrial o comercial.

Movimiento obrero: conjunto de manifestaciones e intervenciones políticas y sociales de los trabajadores, organizados en favor de la mejora de sus condiciones de vida y de la transformación revolucionaria o reformadora de la sociedad. Surgió con la sociedad industrial a través de sindicatos y partidos.

Revolución agraria: aumento progresivo de la producción acaecido a finales del siglo XVIII, como consecuencia de la inversión de los propietarios en nuevas técnicas y sistemas de cultivo, además de la mejora del uso de fertilizantes.

Revolución industrial: periodo histórico comprendido entre la segunda mitad del siglo XVIII y principios del XIX, en el que Gran Bretaña en primer lugar, y el resto de Europa continental después, sufrieron el mayor conjunto de transformaciones socioeconómicas, tecnológicas y culturales de la historia de la humanidad, desde el neolítico.

Sociedad anónima: empresa que pertenece a varias personas que poseen participaciones (acciones) y, a cambio, reciben una parte proporcional de los beneficios.

Teoría del valor: según Adam Smith, el valor de las mercancías representa la cantidad de trabajo que contienen; a más trabajo, más valor.

Trust: concentración y fusión de empresas y fábricas dedicadas a la misma actividad, o a distintas fases del mismo proceso productivo, con la finalidad de monopolizar la producción de una mercancía, ocupar mayoritariamente el mercado y regular los precios.

Las consecuencias del crack bursátil


Al término de la Primera de Primera Guerra Mundial, las potencias occidentales trataron de retornar a la normalidad anterior a 1914. Sin embargo, las consecuencias del conflicto dieron lugar a la crisis de postguerra, que se prolongó hasta mediados de la siguiente década. Una vez superados, en apariencia, los desequilibrios económicos, los países occidentales vivieron un periodo de crecimiento que conocemos con el nombre de “los felices años veinte”. Esa prosperidad tocó a su fin en 1929, con el crack bursátil que desembocó en la Gran Depresión. A partir de entonces el mundo fue, poco a poco, caminando hacia un segundo conflicto general.

En este vídeo se abordan las principales consecuencias del crack bursátil en los Estados Unidos. En las siguientes clases se completa esta información con una introducción al periodo y material dedicado la crisis de postguerra en su conjunto, la inflación y el desempleo, las reparaciones de guerra y la deuda, la crisis de la democracia, los felices años veinte, las relaciones internacionales en ese periodo, la cultura de masas, el camino hacia la Depresión, el crack de 1929, la expansión de la Gran Depresión, el New Deal, las características del fascismo, el fascismo italiano y el nacionalsocialismo alemán (primera parte y segunda parte).

Las causas del imperialismo: primera parte


Si bien se dieron episodios anteriores de gran expansión europea, como fue el caso de la Monarquía Hispánica, la Corona de Portugal o el propio Imperio Británico en América del Norte, a partir de mediados del XIX los estados occidentales se lanzaron a la conquista del globo. Las cancillerías europeas se convirtieron en el escenario donde los territorios de otros continentes -el caso más significativo fue el de África- quedaban repartidos entre las potencias imperialistas. A su vez, la rivalidad por ocupar mayor espacio, por obtener mayores riquezas y, especialmente, por tener mayor prestigio internacional, condujo a una escalada del nacionalismo que, a principios del siglo XX llevaría al estallido de la Primera Guerra Mundial. En este vídeo se repasan algunas de las causas del Imperialismo; más en concreto, las demográficas, económicas y tecnológicas. En las restantes clases se introduce la cuestión, se completan estas causas, se habla de las formas expansión de los imperios coloniales, del reparto de África y de las consecuencias de esto en la política interna de Europa.

 

Vídeos de Historia Económica

En líneas generales, el alumnado suele considerar que la evolución económica, así como los fenómenos que lleva aparejada, es la parte más ardua y compleja dentro del estudio de la historia. Por este motivo, y con el fin de facilitar la comprensión de la cuestión, he elaborado la siguiente serie de vídeos:

Introducción a la revolución industrial
La revolución industrial británica: primera parte
La revolución industrial británica: segunda parte
Las principales características de la revolución industrial
Los cambios demográficos
La expansión de la revolución industrial al Continente
La evolución de la economía mundial hasta 1870
Los ciclos del capitalismo y la crisis de 1870
Adam Smith y el liberalismo económico
Los cambios económicos de finales del XIX

Las ideologías de la desigualdad social


En el sistema económico capitalista y liberal el objetivo era la búsqueda del beneficio. Este fin implicaba reducir los costes de producción y, por tanto, los salarios de los trabajadores, cuyos ingresos descendieron hasta los límites de la subsistencia.

El propio Adam Smith había afirmado que la búsqueda del lucro individual era el motor de la economía.

Esta máxima era manifiesta en el capitalismo industrial, en el que el más fuerte prevalecía sobre el más débil. Como consecuencia, las desigualdades sociales se incrementaron: la riqueza se concentró en las clases altas y medias, mientras las condiciones de vida de las clases bajas empeoraron notablemente.

En la nueva sociedad de clases, la antigua división entre privilegiados y miembros del tercer estado se sustituyó por otra de propietarios (empresarios, comerciantes y hacendados) y asalariados (obreros y jornaleros).

La nueva desigualdad recibió el respaldo de las ideologías imperantes en la época, como era el caso del darwinismo social, que legitimó los contrastes entre ricos y pobres aplicando a los seres humanos la teoría de la selección natural formulada por Charles Darwin en 1859. De esta manera, los individuos, como las especies, eran naturalmente desiguales.

Por tanto, las diferencias sociales y económicas tenían su fundamento en la biología.

El anarquismo en el siglo XIX


El anarquismo no tiene un cuerpo doctrinario tan homogéneo como el que elaboraron Marx y Engels. Ahora bien, podemos señalar una serie de rasgos comunes a todos sus ideólogos.

La crítica a la propiedad privada y la defensa de la propiedad colectiva.

Los anarquistas eran partidarios de la abolición de la propiedad privada y su sustitución por una forma de propiedad colectiva y comunitaria. Los medios de producción debían ser propiedad de toda la comunidad o de la cooperativas de obreros.

Algunos autores, como Kropotkin, defendían también la propiedad colectiva de los bienes de consumo y su distribución gratuita.

La oposición a la existencia del Estado y a la acción política.

Su rechazo a la autoridad tiene su exponente más claro en la negación del Estado, siendo el primer acto de la revolución su destrucción violenta. Proponían un nuevo modelos de sociedad en el que la vida social se fundamentaría en un contrato libre entre los miembros de la comunidad. La unión voluntaria de diferentes comunidades llevaría al federalismo, forma organizativa que sustituiría al Estado.

Por la misma razón, se oponían a la existencia de partidos y a la participación en el juego parlamentario, propugnando el abstencionismo electoral. Eran, por tanto, básicamente apolíticos y rechazaban la organización en partidos que tenga como objetivo la conquista del poder político.

La defensa de la espontaneidad de las masas, del individualismo y de la acción directa.

Los anarquistas sustituyeron la idea de la organización en partidos por una exaltación del impulso individual y popular. Rechazaban las organizaciones jerarquizadas y se organizaban en grupos autónomos o en confederaciones.

Defendían la acción y la participación directa de responsabilidades en delegados o dirigentes. Creían que la revolución no debía ser dirigida ni preparada por ningún partido, sino que esta debía ser fruto de un levantamiento espontáneo del pueblo.