Unidad 4. El mundo, una economía globalizada


DEFINICIONES UTILIZADAS EN EL CUARTO TEMA DE 3º DE ESO. EN ESTA UNIDAD DIDÁCTICA SE INICIA EL REPASO A LOS TRES SECTORES ECONÓMICOS, HACIENDO ESPECIAL HINCAPIÉ EN EL CARACTER GLOBAL DE LA ECONOMÍA. TAMBIÉN SE ESTUDIAN LAS INSTITUCIONES INTERNACIONALES QUE FAVORECEN LA GLOBALIZACIÓN Y LA APARICIÓN DE LAS EMPRESAS MULTINACIONALES.

Actividades económicas: son aquellas que producen bienes económicos (productos y servicios) mediante diferentes tipos de recursos, que se denominan factores de producción.

Arancel: es el impuesto que se aplica a los productos procedentes del extranjero.

Banco Mundial: institución que tiene como objetivo reducir la pobreza y contribuir, mediante préstamos, al desarrollo de los países con bajos ingresos.

Cotizaciones: son las aportaciones económicas que, obligatoriamente, realizan los trabajadores y las empresas a la Seguridad Social.

Deslocalización: proceso por el que una empresa cierra las factorías o sucursales en su país de origen y las establece en otros lugares del mundo.

Distribución: conjunto de actividades que ponen en contacto al productor y al consumidor de un bien o un servicio. El proceso incluye aspectos como el transporte, el comercio y la publicidad

Economía: es la ciencia que estudia la administración o el empleo de los recursos existentes con el fin de satisfacer las necesidades de la personas.

Fondo Monetario Internacional (FMI): organismo que tiene como objetivo fundamental asegurar la estabilidad financiera mundial.

Globalización: proceso de progresiva liberalización de los intercambios de bienes, servicios, tecnología, trabajo y capitales entre los distintos países del mundo.

Inversión: es el empleo de una cantidad de dinero para la obtención de unos beneficios.

Multinacional: empresa de gran tamaño que opera -produce y vende- en varios países.

Organización Mundial de Comercio (OMC): institución que se ocupa de las normas que rigen el comercio entre los países, de velar por su aplicación y su cumplimiento, y de solucionar los conflictos económicos entre estados.

Política económica: es el conjunto de actuaciones de los gobiernos en relación con la economía de una sociedad o grupo determinado.

Producción: conjunto de actividades necesarias para obtener o fabricar un bien o servicio.

La crisis de 1929: primera parte


La superproducción

En Estados Unidos se produjo un espectacular crecimiento de la producción durante los años veinte debido a la renovación técnica y a la racionalización del trabajo (taylorismo).
En consecuencia, la oferta comenzó a ser, de modo alarmante, muy superior a la demanda.

En 1926 los precios se estancaron y, como consecuencia, los beneficios también. Como la producción siguió creciendo y el mercado estaba saturado, se originó un abundante stock de productos no vendidos.

Esto trajo consigo una caída generalizada de los precios, especialmente agrícolas (trigo, algodón, café…) y la ruina de los productores y distribuidores.

La especulación en la Bolsa

A partir de 1926, los beneficios de las empresas dejaron de crecer y las inversiones se dirigieron a la Bolsa. Este aumento de la demanda de acciones produjo una subida artificial de las cotizaciones, con independencia del valor real de las empresas. Incluso se solicitaron créditos a los bancos para comprar más acciones.

Así, el 3 de septiembre de 1929 fue el día de mayor volumen de negocios de la Bolsa de Nueva York.

El crack bursátil y la extensión de la crisis

La crisis de 1929 comenzó con la caída de la Bolsa de Nueva York. Su rapidez y amplitud se entienden porque la especulación se había construido sobre la confianza; cuando esta se convirtió en inseguridad, la catástrofe estuvo servida.

El jueves negro (24 de octubre de 1929) se inició el proceso: al faltar seguridad todos quisieron vender sus acciones para recuperar su dinero, por lo que el precio de este aumentó.

La oferta de valores fue tan grande que las cotizaciones cayeron. Esto ocasionó que todos quisieran vender cuanto antes, unos para evitar pérdidas y otros para disponer de efectivo con el que poder pagar sus préstamos.

Las cotizaciones cayeron todavía más a lo largo de la jornada. Ese día salieron a la venta cerca de 13 millones de acciones, muchas de ellas a precios irrisorios. En los días siguientes aumentó la venta masiva de acciones.

Los bancos más fuertes intentaron comprar las acciones para frenar la quiebra, pero el proceso parecía no tener fin.

De la Bolsa a la banca

Los bancos fueron los primeros afectados, ya que habían concedido créditos para invertir en Bolsa y la ruina de los inversores impidió su devolución. Además, la desconfianza hizo que los clientes quisieran recuperar sus depósitos por temor a las quiebras.

La conjunción de estas fuerzas negativas hizo que 5.000 bancos norteamericanos quebraran entre 1929 y 1932.

De la banca al comercio, a la industria y a la agricultura

Sin bancos no hay créditos para la industria, el comercio y el campo. Sin recursos económicos -o a un precio muy elevado- para invertir o para facilitar los intercambios comerciales, comenzaron a acumularse los productos sin vender, cayendo más los precios y los beneficios. Esto obligó al cierre de empresas e incrementó notablemente el desempleo.

El problema del desempleo se agudizó: en 1932 los parados en los EE.UU. ascendían a 13 millones; en Alemania eran 6 millones y en el Reino Unido más de 3 millones. A estas cifras habría que añadir los agricultores, que no podían ni vender ni comprar nada por el descenso de los precios agrícolas.

Las consecuencias del crack bursátil


Al término de la Primera de Primera Guerra Mundial, las potencias occidentales trataron de retornar a la normalidad anterior a 1914. Sin embargo, las consecuencias del conflicto dieron lugar a la crisis de postguerra, que se prolongó hasta mediados de la siguiente década. Una vez superados, en apariencia, los desequilibrios económicos, los países occidentales vivieron un periodo de crecimiento que conocemos con el nombre de “los felices años veinte”. Esa prosperidad tocó a su fin en 1929, con el crack bursátil que desembocó en la Gran Depresión. A partir de entonces el mundo fue, poco a poco, caminando hacia un segundo conflicto general.

En este vídeo se abordan las principales consecuencias del crack bursátil en los Estados Unidos. En las siguientes clases se completa esta información con una introducción al periodo y material dedicado la crisis de postguerra en su conjunto, la inflación y el desempleo, las reparaciones de guerra y la deuda, la crisis de la democracia, los felices años veinte, las relaciones internacionales en ese periodo, la cultura de masas, el camino hacia la Depresión, el crack de 1929, la expansión de la Gran Depresión, el New Deal, las características del fascismo, el fascismo italiano y el nacionalsocialismo alemán (primera parte y segunda parte).

Aprendizaje vivencial: el crack de 1929


Desde hace varios años, vengo realizando con mis estudiantes de 4º de ESO y 1º de Bachillerato un juego basado en la Bolsa. El objetivo es que, en la medida de lo posible, aprendan el funcionamiento del mercado bursátil experimentando en sus propias carnes las sensaciones, dudas, euforias y miedos que vive un inversor.

Evidentemente, resulta sumamente complicado recrear al cien por cien esa realidad; fundamentalmente porque la actividad no se desarrolla con dinero real. Además, al depender de las decisiones libres del alumnado, la experiencia no transcurre por donde el docente desea. Sin embargo, al término del juego ellos mismos son capaces de comparar lo que han vivido con los sucesos que pueden darse en la realidad y, más en concreto, en el Wall Street de 1929.

Necesidades básicas: material y espacio

Aunque no resulta complicado confeccionar el propio material o, incluso, ampliar el que utilizo con nuevas opciones de juego, se puede acceder a los pdf que utilizo pinchando sobre algunos de los siguientes elementos:

  1. Billetes de cinco y de cincuenta dólares.
  2. Fichas de parchís o similar para simular las acciones; conviene tener en torno a cincuenta.
  3. Baraja de cartas de “Crack de 1929”.

En la parte izquierda de la siguiente imagen pueden observarse, en tamaño pequeño, los cuatro tipos de cartas que contiene la baraja. Al principio del juego hay, en total, diez de cada una de ellas. A la derecha, en grande, puede verse el reverso de las mismas:

 

 

Los alumnos se distribuyen en grupos inversores de en torno a cuatro componentes. Por tanto, debemos distribuir las mesas del aula juntando cuatro mesas para formar un cuadrado. Es recomendable también dejar espacio entre los equipos, tanto para que el profesor se pueda mover fácilmente como para evitar el “espionaje”.

REGLAS DEL JUEGO

Con el fin de simplificar la actividad, los alumnos tan solo podrán participar en la compra-venta de las acciones de una única empresa. Aunque realmente a ellos no se les dice en ningún momento eso, sino que se habla sin más de los valores de Wall Street.

Del turno 1 al 4: el origen de los grupos inversores.

Al iniciar su andadura como inversores sin un solo dólar, lo primero que deberán hacer es pedirle un préstamos a la banca. Ese papel lo desempeña el profesor que, para evitar demasiadas complicaciones, les ofrece a todos los mismo: 200$ con un tipo de interés del 10%. Es decir, que a su debido momento deberán devolverle 220$.

Se inicia entonces el turno 1 del juego, en el que se les ofrecerá comprar participaciones a un precio de 50$ por acción. Una vez se haya producido ese intercambio de billetes por fichas, empieza el turno 2. El profesor sacará una carta de la baraja, y el resultado afectará a las cotizaciones de la siguiente manera:

  • La carta «Black Tuesday» supondrá una caída del 50% del valor de las acciones.
  • La carta «El valor de las acciones se mantiene estable», como su nombre indica, supondrá que la cotización no varía.
  • La carta «Las acciones duplican su valor», como es lógico, multiplica por dos la cotización
  • La carta «Gran jornada en Wall Street» añadirá 150$ al valor de las acciones.

Cinco_Ducados

En el turno 3 se les da la posibilidad de vender sus acciones al profesor a precio de mercado o, si lo prefieren, negociar un precio de venta con otro grupo que desee comprar. También pueden decidir quedarse con sus participaciones a la espera de obtener, no sin riesgo, un mayor beneficio.

Por último, en el turno 4 deben hacer frente a sus deudas con la banca, devolviendo los 200$ iniciales con el interés del 10%. Ahora bien, pudiera suceder que no contaran con capital suficiente para hacer frente a sus compromisos. En ese caso, entregarán a su prestamista todos los dólares que posean, al tiempo que se comprometerán a devolver, cuatro turnos después, todo lo que dejan a deber más el 50% de la cuantía.

Dinámica después del turno 4

Se inicia entonces el turno 5, en el que nuevamente podrán pedir el préstamo que deseen con un interés del 10%. Estas condiciones se aplican también a los que no han logrado devolver su deuda anterior, si bien ellos ya tienen la penalización que hemos comentado.

En líneas generales, a partir de ahí se repite el proceso anterior -compra de acciones, selección de carta, variación de las cotizaciones, venta de participaciones, devolución de préstamos…-, si bien con una serie de variantes sobre lo visto para los cuatro primeros turnos:

  • El valor de las acciones no será de 50$, sino que dependerá del nivel en el que se haya quedado anteriormente.
  • En los turnos de compra de acciones (5, 9, 13, 17…) si no se realiza transacción alguna, la cotización baja 25$ con independencia de lo que posteriormente muestren las cartas.
  • Con el fin de premiar a aquellos grupos inversores que decidan mantener sus acciones asumiendo un riesgo, se repartirán dividendos de 50$ por acción si estas han permanecido doce turnos en su poder sin ser vendidas. Por tanto, hay que llevar cuenta también de ese aspecto.
  • Cada vez que salga una carta que no sea «Black Tuesday», se quitará de la baraja y se anotará en un lugar visible el número que se ha retirado. De esta manera, los grupos inversores saben que cada vez es más difícil conseguir beneficios. Ahora bien, mi experiencia me dice que la codicia y la competencia con los otros grupos hará que más de uno se arriesgue hasta el último segundo.

Cincuenta_Ducados

Básicamente ese es el desarrollo del juego que tiene, no obstante, dos variantes que generan mucha incertidumbre y no pocos quebraderos de cabeza a los alumnos. Las reglas son las siguientes:

  • En el momento en el que dos de los equipos decidan vender todas sus acciones, estás experimentarán un descenso del 75% de su valor. De esta manera, mientras los que han vendido recibirán los dólares de la cotización anterior al desplome, los restantes grupos tendrán que deshacerse de ellas al nuevo precio. Esta norma pretende, al fin y al cabo, hacerles partícipes del pánico.
  • Teniendo en cuenta que todos empiezan con un préstamo que es necesario devolver, y que para eso es imprescindible vender todas o casi todas las acciones, la regla anterior no entrará en vigor hasta el turno 5.

Temporalización de la actividad

El juego de la Bolsa se desarrolla a lo largo de tres sesiones -si bien puede, sin problema, acortarse a dos o alargarse a cuatro- y es recomendable que tenga lugar en los días previos a la explicación del crack de 1929.

La primera clase se dedica a explicar tanto la actividad como los motivos que nos llevan a realizarla. Es importante dejar claro este segundo aspecto, pues si no pensarán que están únicamente ante un juego. Una vez hecho eso, se organizará el espacio de la clase y se distribuirá al alumnado en equipos de, aproximadamente, cuatro personas. Solo entonces podrán empezar a pedir préstamos y a invertir.

El juego continuará a lo largo del segundo día sin mayor novedad. Únicamente es necesario tener apuntados los resultados de la jornada anterior, de tal modo que los valores bursátiles coincidan y los equipos reciban los mismos dólares con los que terminaron.

La simulación se mantiene durante, más o menos, los primeros quince minutos de la tercera sesión. A partir de ahí se hace recuento y se da comienzo a la reflexión grupal. Como docente nunca he tenido problemas para que ellos mismos se lancen a explicar qué han sentido y cuáles son las semejanzas que ven entre lo que ha sucedido y la realidad bursátil. Me ha bastado con ir apuntando en la pizarra los conceptos económicos que, expresados con sus palabras, iban comentando.

A partir de ahí, es bueno detenerse en algunas nociones y explicarlas en profundidad. Es más, recomiendo ponerlas en relación con episodios recientes y, por supuesto, con el crack de 1929. De igual modo, es bueno hacerles ver que han vivido una experiencia “descafeinada”, pues sus sensaciones hubieran sido más intensas si el dinero hubiera sido real.

Ahora bien, si los alumnos se muestran incapaces de iniciar ellos mismos el debate, el profesor debe ir lanzando preguntas sobre cuestiones relacionadas con la importancia de los rumores, el pánico, el riesgo, la prudencia, los intereses, la euforia, la oportunidad y, de manera especial, las burbujas. También es bueno hacerles ver que la Bolsa tiene una base real, pero que es, al mismo tiempo, un fenómeno que depende enormemente, para bien y para mal, de las acciones libres de los seres humanos.

De tal modo que estas pueden conducirla a escenarios irreales que, con el tiempo, terminan topándose con la realidad.