Representa una línea del tiempo desde 711 hasta 1474, situando en ella los principales acontecimientos históricos


NOVENO ESTÁNDAR DEL TEMARIO QUE, DE ACUERDO CON LO ESTIPULADO POR LA CONSEJERÍA DE EDUCACIÓN DE CASTILLA Y LEÓN, PODRÁ SER OBJETO DE EXAMEN EN LA EBAU, ANTIGUA SELECTIVIDAD.

711. Desembarco de Tariq en la Península.
711. Batalla de Guadalete.
714. Musa culmina la conquista de la Península.
714. Abd al-Aziz gobernador de al-Ándalus.
722. Batalla de Covadonga.
722. Fundación del reino Astur.
732. Batalla de Poitiers.
740. Rebelión de los bereberes de al-Ándalus.
778. Derrota de los carolingios en Zaragoza.
756. Abd al-Rahmán I proclama el Emirato Independiente.
785. Los carolingios establecen la Marca Hispánica.
809. Se forma el condado de Aragón.
810. Fundación del reino de Pamplona.
859. Batalla de Albelda.
880. Rebelión de Ibn Hafsun.
900. Los musulmanes conquistan Baleares.
914. Ordoño II traslada la capital a León.
929. Abd al-Rahmán III proclama el Califato en Córdoba.
931. Cambio de denominación a reino de León.
932. Independencia del condado de Castilla.
939. Batalla de Simancas.
981. al-Masur es nombrado visir del califato.
988. Independencia del condado de Barcelona con Borrell II.
1000-1035. Reinado de Sancho III “el Mayor”.
1002. Muerte de al-Mansur.
1002. Inicio de la Fitna.
1029. Sancho III incorpora el condado de Castilla a sus posesiones.
1031. Descomposición del Califato.
1031. Primeros reinos de taifas.
1035. Aragón se convierte en reino con Ramiro I.
1037. Fernando I unifica León y Castilla.
1072. Alfonso VI unifica León y Castilla.
1076. Fuero de Sepúlveda.
1085. Alfonso V conquista Toledo.
1086. Comienzo del dominio almorávide.
1086. Batalla de Sagrajas.
1094. El Cid conquista Valencia.
1099. Los almorávides conquistan Valencia.
1118. Alfonso I “el Batallador” conquista Zaragoza.
1137. Unión dinástica del reino de Aragón y el condado de Barcelona.
1144. Segundos reinos de taifas.
1147. Invasión de los Almohades.
1151. Tratado de Tudilén entre Castilla y Aragón.
1170. Alfonso II de Aragón conquista Teruel.
1179. Tratado de Cazola entre Castilla y Aragón.
1188. Celebración de las primeras Cortes de León.
1195. Batalla de Alarcos.
1212. Batalla de las Navas de Tolosa.
1212. Fundación del Estudio General de Palencia.
1218. Fundación de la Universidad de Salamanca.
1229. Jaime I de Aragón conquista Mallorca.
1230. Fernando III unifica Castilla y León.
1236. Fernando III conquista Córdoba.
1238. La Corona de Aragón conquista Valencia.
1248. Fernando III conquista Sevilla.
1273. Alfonso X funda el Honrado Concejo de la Mesta.
1282. La Corona de Aragón conquista Sicilia.
1283. Pedro III jura el Privilegio General y los Fueros de Aragón.
1340. Batalla del Salado.
1343. Los musulmanes pierden Algeciras.
1348. Ordenamiento de Alcalá.
1356-1369. Guerra de los dos Pedros entre Aragón y Castilla.
1359. Se establece la Diputación General de las Cortes Catalanas.
1366-1369. Guerra Civil Castellana entre Pedro I y Enrique de Trastámara.
1385. Batalla de Aljubarrota.
1402. Jean Bethancourt inicia la conquista de Canarias.
1410. Los castellanos conquistan Antequera.
1412. Compromiso de Caspe.
1431. Primera guerra irmandiña.
1443. Se establece la Real Chanchillería en Valladolid.
1443. La Corona de Aragón conquista Nápoles.
1451. Rebelión Campesina en Mallorca.
1462-1472. Guerra civil catalana.
1467. Segunda guerra irmandiña.
1469. Matrimonio de los Reyes Católicos.
1474. Inicio de la guerra entre Isabel la Católica y Juana la Beltraneja.

Analiza la política respecto a América en el siglo XVI y sus consecuencias para España, Europa y la población americana


VIGÉSIMO ESTÁNDAR DEL TEMARIO QUE, DE ACUERDO CON LO ESTIPULADO POR LA CONSEJERÍA DE EDUCACIÓN DE CASTILLA Y LEÓN, PODRÁ SER OBJETO DE EXAMEN EN LA EBAU, ANTIGUA SELECTIVIDAD.

Siguiendo lo indicado en el enunciado de la pregunta, dedicaremos un primer párrafo a la explicación de la organización política de la América española, así como a las instituciones más importantes de la administración colonial. Posteriormente se dedicará un apartado a sus consecuencias, tanto para la Monarquía Hispánica como para los restantes estados europeos y la población autóctona americana.

Después del descubrimiento de 1492, los nuevos territorios fueron incorporados a la Corona de Castilla, desde donde se ejerció su control político y económico. Para ello se fundó, en 1524, el Consejo de Indias, de él dependía la Casa de la Contratación, organismo con sede en Sevilla fundado en 1503. La administración política de los territorios americanos siguió el modelo castellano, si bien se tomó la figura del virrey procedente de la tradición aragonesa.

En el ámbito económico, la principal consecuencia para España del descubrimiento y conquista de América fue la llegada de abundantes productos, muchos de ellos desconocidos en Europa, así como de metales preciosos. Estos pasaron a convertirse en una fuente de ingresos esencial para la monarquía, pues el rey era el titular de las minas americanas. Su explotación era concedida a cambio del llamado “quinto real”; es decir, el 20% de la producción. A esto hemos de añadir lo que supuso para Sevilla ser sede de la Casa de la Contratación, institución desde donde se controlaba el comercio y se organizaban las expediciones al Nuevo Mundo. Esta ciudad, al ser la única que contaba con ese derecho, se vio notablemente favorecida en esa época.

La llegada de los metales preciosos –especialmente plata- de América, permitió también que se produjera una importante expansión económica en la Europa del XVI. Esto se manifestó, fundamentalmente, en una mayor circulación de moneda y en el enriquecimiento de los principales comerciantes del continente. Más tarde, el empleo generalizado de productos agrarios como la patata y el maíz, también produjeron un importante avance para la mejora de la alimentación de los europeos. Ahora bien, el capitalismo no solo debe a América la expansión monetaria del siglo XVI, sino también un intenso proceso de acumulación de capitales. Estos se invirtieron, en primer lugar, en el comercio y, posteriormente, en la agricultura y en la industria británica.

En lo que se refiere a la población indígena, cabe destacar que, para el trabajo de las minas, los españoles emplearon a los autóctonos mediante la mita. Este sistema de origen incaico les obligaba a trabajar en ellas a cambio de un paupérrimo salario. A esto hemos de añadir que, la necesidad creciente de mano de obra, unida al descenso demográfico de los nativos, endureció estas labores. La consecuencia más grave de todo esto la disminución de la esperanza de vida para este grupo de población.

Otro efecto de la colonización para la población americana fue el enrolamiento obligatorio en plantaciones agrícolas, las llamadas encomiendas. Ahora bien, los altos niveles de mortandad que afectaron a la zona del Caribe, llevó a que los españoles optaran por trasladar africanos a América con el fin de sustituir a los indígenas ya fallecidos en las mencionadas plantaciones.

Compara los imperios territoriales de Carlos I y el de Felipe II, y explica los diferentes problemas que acarrearon


DECIMONOVENO ESTÁNDAR DEL TEMARIO QUE, DE ACUERDO CON LO ESTIPULADO POR LA CONSEJERÍA DE EDUCACIÓN DE CASTILLA Y LEÓN, PODRÁ SER OBJETO DE EXAMEN EN LA EBAU, ANTIGUA SELECTIVIDAD.

Con el fin de desarrollar, de manera completa y organizada, la comparación entre las posesiones de Carlos I y Felipe II, se abordará, en primer lugar, el ámbito territorial de cada uno de esos imperios. Posteriormente se señalarán las principales diferencias entre ambos, así como los problemas a los que tuvo que enfrentarse cada uno de esos monarcas.

Al iniciar su reinado en 1516, Carlos I heredó los siguientes territorios: de sus abuelos maternos –los Reyes Católicos-, las Coronas de Castilla y Aragón con sus posesiones en Italia, el norte de África y las tierras descubiertas en el continente americano. De su abuela materna, María de Borgoña, recibió el Franco Condado, los Países Bajos y Borgoña. Además, a la muerte de su abuelo paterno, Maximiliano de Austria, heredó también sus posesiones en Alemania y Austria, así como los derechos al título de emperador del Sacro Imperio Germánico.

Al final de su reinado, tras las firma de la Paz de Augsburgo (1555) con los príncipes protestantes, Carlos I decidió renunciar al poder y vivir sus últimos años retirado en el monasterio de Yuste. De esta manera, dividió sus posesiones entre su hermano Fernando, a quien cedió el título imperial y los Estados alemanes, y su hijo Felipe, a quien traspasó la Monarquía Hispánica, a los que sumó los territorios borgoñones en los Países Bajos. Aunque al comienzo de su reinado Felipe II (1556) Felipe II era, tanto en territorios como en fuerza militar, el rey más poderoso del continente europeo, logró aumentar sus posesiones a lo largo de las tres décadas siguientes. A la expansión en América y en Asia, donde hemos de destacar la conquista de las islas Filipinas, hay que añadir la anexión del reino de Portugal, la llamada Unión Ibérica de 1580.

A la hora de abordar las dificultades a las que se enfrentó Carlos I, se ha de tener en cuenta, en primer término, la herencia recibida: un conjunto heterogéneo de territorios que solamente tenían en común a su monarca. Estos se hallaban dispersos por Europa, así como por los recién descubiertos territorios americanos. Esos problemas de desunión territorial se contrarrestaron con una política integradora en la que el monarca se sirvió fundamentalmente de dos instrumentos: el mantenimiento de la unidad religiosa en torno al catolicismo y la idea de una monarquía universal.

En lo que a política exterior se refiere, el reinado de Carlos I se caracterizó por la defensa de los intereses dinásticos de los Austrias. Tanto en su caso como en el de su hijo Felipe, los problemas que padecieron por su legado territorial se debieron a tener como primer objetivo mantener los territorios recibidos de su familia. A esto hemos de añadir los intentos por mantener la hegemonía político-militar en Europa y la defensa del catolicismo. Desde esta perspectiva se explican los principales problemas de su reinado: el enfrentamiento con Francia y con los turcos, y la lucha contra la expansión del luteranismo en Alemania.

Por su parte, Felipe II le concedió más importancia a los reinos hispánicos. Ahora bien, como hemos referido, siguieron prevaleciendo los intereses dinásticos sobre los propiamente españoles. Su objetivo de mantener la hegemonía en Europa generó también constantes focos de conflictos: enfrentamientos con el Imperio Otomano (batalla de Lepanto, 1571), con Provincias Unidas (1568) e Inglaterra (1588).

Explica las causas y consecuencias de los hechos más relevantes de 1492


DECIMOCTAVO ESTÁNDAR DEL TEMARIO QUE, DE ACUERDO CON LO ESTIPULADO POR LA CONSEJERÍA DE EDUCACIÓN DE CASTILLA Y LEÓN, PODRÁ SER OBJETO DE EXAMEN EN LA EBAU, ANTIGUA SELECTIVIDAD.

Antes de abordar las causas y consecuencias de los acontecimientos y procesos más relevantes del año 1492, es preciso establecer cuáles fueron. Por sus repercusiones políticas, culturales y demográficas, así como por su repercusión histórica, cabe mencionar tres: la expulsión de los judíos, la finalización de la conquista del Reino nazarí de Granada y el descubrimiento de América por parte de Cristóbal Colón.

Los dos primeros acontecimientos están estrechamente relacionados, pues formaban parte de la política de uniformidad religiosa emprendida por Isabel y Fernando. Esto respondía a la idea de que la fe cristiana era el fundamento espiritual y político de la unidad de los reinos. Al mismo tiempo, que se consideraba la homogeneidad religiosa condición sine qua non para la prosperidad y la paz interior.

Sin embargo, otra causa no menos importante de ambos procesos históricos tiene que ver con la conveniencia de obtener nuevas posesiones, ya sea en tierras, rentas o súbditos. Esto se logró, como es evidente, a costa del reino granadino y de los numerosos bienes incautados o comprados a bajo precio a los judíos expulsados. Por último, otro factor a tener en cuenta en el caso de estos últimos es la animadversión hacia ellos de buena parte de la población castellana y aragonesa.

Comentadas las tres causas principales de esos sucesos, se procederá a resumir las consecuencias más significativas. En primer término, se cumplió, al menos nominalmente, el principio de uniformidad religiosa citado en los párrafos anteriores. Ahora bien, al abundar en el caso de los musulmanes numerosas conversiones falsas, se generó el caldo de cultivo para una serie de revueltas que jalonaron la siguiente centuria. Conflictos que no tocaron a su fin hasta su expulsión a comienzos del siglo XVII. En definitiva, las restantes consecuencias se circunscriben al caso de los moriscos, nombre que recibían los musulmanes bautizados.

En lo que se refiere al descubrimiento de América, se ha de señalar como causa fundamental el empeño personal de Cristóbal Colón por llevar a término la empresa de alcanzar las Indias, y más en concreto Catay, atravesando el llamado mar Océana (ruta occidental). A esto hemos de añadir las ventajas comerciales que suponía abrir esa nueva vía para el comercio, así como el deseo de la reina Isabel de emprender una gran tarea evangelizadora. Por último, cabe señalar, como un factor fundamental del éxito de la expedición, el avance que experimentó la navegación durante todo el siglo XV, tanto en materia de técnicas como en cartas de navegación e instrumentos (astrolabio, brújula, carabela…).

Las consecuencias del descubrimiento fueron abundantes y de gran importancia para la Monarquía Hispánica. En un primer momento, América proporcionó a los reinos peninsulares nuevos territorios y súbditos, así como productos desconocidos en Europa hasta la fecha. A esto hemos de añadir la importante cantidad de metales preciosos que, procedentes del Nuevo Mundo, comenzaron a llegar a Europa desde mediados del siglo XVI. Además, alimentos autóctonos de esas tierras, como es el caso de la patata o el maíz, contribuyeron a enriquecer la dieta de los europeos. Esto fue un factor decisivo para la superación de las crisis de subsistencia y el incremento del grado de bienestar a partir del XVII.

Define el concepto de “unión dinástica” aplicado a Castilla y Aragón en tiempos de los Reyes Católicos y describe las características del nuevo Estado


DECIMOSÉPTIMO ESTÁNDAR DEL TEMARIO QUE, DE ACUERDO CON LO ESTIPULADO POR LA CONSEJERÍA DE EDUCACIÓN DE CASTILLA Y LEÓN, PODRÁ SER OBJETO DE EXAMEN EN LA EBAU, ANTIGUA SELECTIVIDAD.

Un correcto análisis de la monarquía de los Reyes Católicos requiere, en primer lugar, definir en profundidad el término político de “Unión Dinástica”. Una vez explicado este concepto se procederá a aplicarlo a la realidad histórica de las Coronas de Castilla y Aragón a lo largo de la Edad Moderna. Por último se explicaran las principales características del Estado Moderno.

La reunión de varios reinos, estados o dominios bajo un mismo soberano o gobernante por derecho sucesorio es lo que comúnmente se conoce como una “Unión Dinástica”. Como consecuencia, una única persona –o un matrimonio, como fue el caso de los Reyes Católicos- los gobierna sin que estos pierdan sus instituciones, leyes e identidad; los llamados particularismo. Es decir, no se fusionan, sino que mantienen su independencia a pesar de tener al mismo monarca.

Este concepto se aplica, en el caso peninsular, a la entidad política que englobó a las Coronas de Castilla y de Aragón. En los siglos XVI y XVII esta recibió la denominación de Monarquía Hispánica, donde cada reino mantuvo sus propias instituciones hasta la aprobación de los Decretos de Nueva Planta que siguieron a la Guerra de Sucesión (1701-1713).

Una vez asegurada su posición en Castilla y Aragón, los Reyes Católicos procedieron reorganizar políticamente sus reinos con el objetivo de reforzar el poder de la monarquía y establecer la uniformidad religiosa. Este último aspecto se concretó, fundamentalmente, en dos medidas:

  • Con permiso papal crearon, en 1478, el Santo Oficio o Inquisición para controlar la uniformidad religiosa.
  • Con el fin de controlar el nombramiento de los obispos (Patronato Regio), fomentaron las regalías.

La uniformidad religiosa a la que aludíamos anteriormente se concretó en la expulsión de los judíos decretada en 1492. El resultado de esa medida fue la salida de la Península de 70.000 sefardíes -los judíos llamaba Sefarad a España- y la conversión al cristianismo de cerca de 50.000. También se ejerció presión sobre los mudéjares para lograr su conversión, especialmente en el territorio granadino.

Además, durante su reinado los Reyes Católicos crearon otros instrumentos para aumentar su poder. Entre ellos cabe destacar el reclutamiento de un ejército permanente pagado por el Estado y un cuerpo de funcionarios reales. La política institucional se orientó al fin de establecer una monarquía autoritaria y fuerte. Isabel y Fernando trataron de socavar los privilegios políticos de la nobleza, la Iglesia y las ciudades con el objetivo de reforzar el poder central. Para ello reformaron instituciones ya existentes, especialmente en Castilla:

  • En 1480 se reorganizó el Consejo Real de Castilla, principal órgano de gobierno.
  • Las Cortes de Castilla perdieron buena parte de su poder y sus funciones.
  • Los municipios contaron con un funcionario dotado de amplios poderes y al servicio de la Corona, el corregidor.
  • Se potenció la Santa Hermandad, encargada de velar por la seguridad en los caminos y el entorno de los municipios.

Explica el origen y características del régimen señorial y la sociedad estamental en el ámbito cristiano


DECIMOSEXTO ESTÁNDAR DEL TEMARIO QUE, DE ACUERDO CON LO ESTIPULADO POR LA CONSEJERÍA DE EDUCACIÓN DE CASTILLA Y LEÓN, PODRÁ SER OBJETO DE EXAMEN EN LA EBAU, ANTIGUA SELECTIVIDAD.

Aunque existe una estrecha relación entre el feudalismo y la estructura social de la Edad Media, se analizaran ambas cuestiones por separado. En primer lugar, se presentará, a grandes rasgos, el origen y evolución del régimen señorial en los reinos cristianos peninsulares. Y, en segundo término, se procederá a analizar, de manera sucinta, la base ideológica de la sociedad estamental, así como los principales rasgos de cada uno de los tres grupos que la conformaban.

La feudalización de la sociedad cristiana peninsular fue un proceso que comenzó en los siglos IX y X, si bien no terminó de configurarse hasta el XI y XII. A pesar de la variedad de situaciones, este proceso presentó una serie de rasgos comunes en todos los territorios:

  • Erosión del poder monárquico; el rey no disponía de los instrumentos necesarios para ofrecer seguridad y justicia en todos sus dominios.
  • Fortalecimiento, por tanto, de la nobleza -tanto laica como eclesiástica-, que fue consolidando las concesiones reales hasta lograr que pasaran a ser hereditarias.
  • Ausencia de un poder centralizado del Estado sustentado en una fuerza coercitiva o ejército propio, así como de un código legal público y único.

Ahora bien, a partir del siglo XIII los reyes, apoyándose en las élites urbanas, comenzaron a recuperar poder a costa de la nobleza y el clero. De esta forma el gobierno central se fue reforzando progresivamente hasta la configuración, a finales del siglo XV, del Estado Moderno.

En lo que se refiere a la sociedad estamental, es necesario indicar que su origen se encuentra en la corriente de pensamiento altomedieval que conocemos con el nombre de “agustinismo político”. Este modelo, que se mantuvo en Europa hasta la desaparición del Antiguo Régimen (siglos XVIII y XIX), establecía una división social en tres estamentos: nobleza, clero y estado llano. Los dos primeros grupos contaban con privilegios de tipo fiscal, jurídico y social. Por su parte, el tercero, aunque estaba formado por la inmensa mayoría de la población, carecía de ellos.

Comenta el ámbito territorial y características de cada sistema de repoblación, así como sus causas y consecuencias


DECIMOQUINTO ESTÁNDAR DEL TEMARIO QUE, DE ACUERDO CON LO ESTIPULADO POR LA CONSEJERÍA DE EDUCACIÓN DE CASTILLA Y LEÓN, PODRÁ SER OBJETO DE EXAMEN EN LA EBAU, ANTIGUA SELECTIVIDAD.

Con el fin de desarrollar con claridad y de forma correcta una cuestión tan compleja como la repoblación peninsular de los territorios reconquistados, se expondrá, en primer lugar, el ámbito territorial de este proceso, así como su cronología. Posteriormente, se procederá al análisis de los distintos modelos existentes, haciendo especial hincapié en sus características, causas y consecuencias.

La primera fase de la repoblación se desarrolló, a lo largo de los siglos IX y X, en el valle del Duero y la Plana de Vic. El sistema utilizado fue la presura, que en territorio catalán recibió el nombre de aprisio. Sin embargo, a la hora de atraer población a los valles del Tajo y del Ebro, los monarcas optaron por el modelo concejil. Este, utilizado fundamentalmente en los siglos XI y XII, consistía en otorgar a una ciudad o un concejo una carta puebla o fuero. Durante los últimos decenios de la Reconquista predominó el repartimiento, empleado por la Corona de Castilla en Extremadura y los valles del Guadiana y del Guadalquivir, y por Aragón en Valencia y Baleares.

Una vez descrito el ámbito territorial y temporal de la repoblación, abordaremos los tres modelos citados en el párrafo anterior. El primero de ellos es la presura o aprisio, llevada a cabo por los campesinos que, contando a en ocasiones con la dirección de la nobleza o del clero, ocupaban libremente las tierras despobladas. Posteriormente, el monarca se encargaba de sancionar la legalidad de ese proceder, pues se reconocía con ello el servicio que hacían al reino al consolidar las conquistas con sus asentamientos. La principal consecuencia de la presura fue el establecimiento de una pequeña y mediana propiedad que, aún hoy, puede observarse en la estructura territorial castellana.

Como se ha señalado anteriormente, con el fin de atraer a la población cristiana a los territorios reconquistados, los reyes concedieron fueros y cartas pueblas a los habitantes de los concejos que se deseaba repoblar. La principal consecuencia fue la aparición de grandes comunidades de villa y tierra integradas por una ciudad que actuaba como capital y su territorio circundante (alfoz) formado por numerosas aldeas y sus términos. La principal consecuencia fue el establecimiento de unos términos municipales amplios en los que los habitantes poseían abundantes derechos.

El sistema del repartimiento fue utilizado por los monarcas para recompensar, con grandes latifundios que se denominaban donadíos, a la nobleza y las órdenes militares por su contribución en las campañas de los siglos finales de la Reconquista. Este proceder condujo a un reparto desigual de la tierra y a la aparición de un reducido grupo de terratenientes y una gran masa de jornaleros sin propiedad.

Compara la organización política de la Corona de Castilla, la Corona de Aragón y el reino de Navarra al final de la Edad Media.


DECIMOCUARTO ESTÁNDAR DEL TEMARIO QUE, DE ACUERDO CON LO ESTIPULADO POR LA CONSEJERÍA DE EDUCACIÓN DE CASTILLA Y LEÓN, PODRÁ SER OBJETO DE EXAMEN EN LA EBAU, ANTIGUA SELECTIVIDAD.

A la hora de analizar las diferencias en la forma de organización política de Castilla, Aragón y el reino de Navarra, se ha de tener en cuenta, como elemento determinante, el poder real de las Cortes en cada uno de esos territorios. Solo a partir de esa clave se entiende en toda su hondura el desarrollo de la monarquía autoritaria en el caso castellano y de tipo pactista en el aragonés. En esta exposición, aunque sean de menor importancia, también se tendrán en cuenta otras cuestiones como el gobierno municipal o la legislación de los reinos.

Como se ha indicado en el párrafo anterior, en la Corona de Castilla se desarrolló un modelo de monarquía autoritaria, caracterizada por la acumulación de gran cantidad de poderes y facultades por parte del rey. Las instituciones tradicionales castellanas, y de manera especial el Consejo Real y las Cortes, vieron reducidas sus funciones a tareas meramente consultivas o de aprobación de los designios reales. De entre ellas cabe destacar la presentación de agravios y el voto de subsidios. En íntima relación con el incremento del poder monárquico en Castilla, se ha de situar la mejora en la recaudación de impuestos y un mayor control sobre los municipios. Estos dos cambios permitieron al rey gobernar sin contar con las Cortes, lo que afectó negativamente a su relevancia política. A su vez, como consecuencia directa de lo anterior, tanto la nobleza como el clero perdieron interés por participar en sus deliberaciones.

Por su parte, en Aragón terminó por implantarse un modelo político diferente, que comúnmente se ha denominado “pactista”. En cada uno de los reinos que componían la Corona contaba con sus propias Cortes, las cuales desempeñaban importantes funciones gracias a la fortaleza de los brazos nobiliar y clerical. De entre ellas destacó la capacidad legislativa, que hacía depender al monarca de ellas para establecer nuevas leyes. Además, en la investidura que daba inicio a su mandato, se comprometía ante las Cortes a respetar los fueros y costumbres de los reinos. Por último, es interesante señalar que, cuando el monarca aragonés precisaba de aportaciones económicas y solicitaba su votación, los representantes podían hacer propuestas legislativas y peticiones a cambio de su concesión. En definitiva, a diferencia de lo que sucedía en Castilla, en la Corona de Aragón el rey se veía obligado a pactar numerosas cuestiones de gobierno con las Cortes.

La situación político-institucional del reino de Navarra presentaba, en las décadas finales de la Edad Media, notables similitudes con el caso aragonés. Se trataba también de una monarquía de tipo “pactista”, en la que las Cortes tenían funciones legislativas. Además, la lucha entre clanes nobiliares por el poder contribuía a debilitar el poder de la Corona.

Medieval Times: gamificando la historia


En los siguientes enlaces puede consultarse la información relativa a la gamificación que he desarrollado para el estudio de la Edad Media en 2º de ESO. Se trata de un juego que, aprovechando los contenidos de la materia y el trabajo e implicación del alumnado, permite recrear una serie de situaciones propias de la época. De entre ellas cabe destacar las construcción de una catedral, el asalto de fortalezas, la resolución de misteriosos enigmas o la colaboración con algunos de los personajes más representativos del medievo.

Medieval Times se desarrolla en dos fases, tal como puede comprobarse consultando los links que hay al final de la página. La primera resulta bastante sencilla y está pensada para los primeros meses de curso. Una vez que el alumnado se acostumbre al sistema «simplificado», podemos poner en marcha la Fase II. Esta resulta más compleja, pero también más entretenida y con un factor de motivación superior a la primera.

En los siguientes enlaces puede consultarse, tanto el trailer del juego como las instrucciones de las dos etapas de Medieval Times a las que se han aludido en el párrafo anterior. Además, se incluyen unas experiencias o consejos para el mejor desarrollo de la gamificación:

Trailer de Medieval Times
Medieval Times: Fase I
Consejos para poner en práctica la Fase I
Medieval Times: Fase II

Explica el origen de las Cortes en los reinos cristianos y sus principales funciones


DECIMOTERCER ESTÁNDAR DEL TEMARIO QUE, DE ACUERDO CON LO ESTIPULADO POR LA CONSEJERÍA DE EDUCACIÓN DE CASTILLA Y LEÓN, PODRÁ SER OBJETO DE EXAMEN EN LA EBAU, ANTIGUA SELECTIVIDAD.

Desde finales del siglo XII, fueron surgiendo en la parte occidental de Europa nuevas instituciones como los Estado Generales, las Dietas, los Parlamentos o las Cortes. Hemos de buscar su origen en las reuniones extraordinarias de la corte real -de las que formaban parte representantes del clero y la nobleza-, en las que se integró el grupo o brazo de los comunes. Este último estaba formado por representantes de las ciudades, miembros todos ellos de la oligarquía urbana.

Durante la Edad Media, las Cortes de los distintos reinos cristianos no se reunieron con una periodicidad fija, sino de forma extraordinaria ante situaciones de especial importancia para el devenir del reino. Ahora bien, desde 1362 (1359 en Cataluña) los monarcas aragoneses tuvieron que aceptar la formación de Diputaciones Generales o Generalidades en los territorios que gobernaban. Estos organismos, en tanto que comisiones permanentes de las Cortes, se encargaban de supervisar el cumplimiento de los acuerdos cuando la asamblea no estaba reunida.

Tanto en Castilla como en Aragón, el monarca era el encargado de reunir a las Cortes para que debatieran los temas propuestos. En estas convocatorias sus participantes se agrupaban en función de las tres categorías sociales medievales, los estamentos o brazos: la nobleza, el clero y el estado llano o ciudades. Su principal cometido era discutir y votar las peticiones económicas de tipo fiscal (subsidios) que realizaba el rey. Como contrapartida, este se comprometía a tener en cuenta las peticiones de los distintos brazos que formaban la asamblea.

La aparición y difusión de las Cortes se produjo en los reinos entre los siglos XII y XIII. Las primeras se celebraron en León en 1188, en Cataluña en 1214, en Aragón en 1247 y en Valencia en 1283.