Especifica las causas de la crisis final del franquismo desde 1973



OCTOGÉSIMO NOVENO ESTÁNDAR DEL TEMARIO QUE, DE ACUERDO CON LO ESTIPULADO POR LA CONSEJERÍA DE EDUCACIÓN DE CASTILLA Y LEÓN, PODRÁ SER OBJETO DE EXAMEN EN LA EBAU, ANTIGUA SELECTIVIDAD.

El asesinato del presidente del Gobierno, Luis Carrero Blanco, por parte de la banda terrorista ETA en diciembre de 1973 aceleró la crisis que afectaba a la dictadura desde finales de los años sesenta. La tensión y el nerviosismo entre las distintas “familias” aumentó ante la cercanía del “hecho biológico –eufemismo utilizado para referirse a la muerte de Franco-, la inseguridad puesta de manifiesto con ese atentado y la pérdida de una persona clave para la supervivencia del régimen tras la desaparición del dictador.

Si bien la elección de Carlos Arias Navarro como nuevo presidente fue acogida con optimismo tras las perspectivas de cambio suscitadas por su primer discurso (“espíritu del 12 de febrero”), pronto de puso de manifiesto su tendencia continuista. Es más, esta se vio endurecida, también en su ámbito represivo, por dos acontecimientos de corte internacional y socioeconómico:

  • En abril de 1974, como consecuencia de la Revolución de los Claveles, caía la dictadura portuguesa. Desaparecía así un régimen político que, tanto por sus postulados ideológicos como por su condición ibérica, podía considerarse hermano de la España de Franco. Además, por esas mismas fechas tocaba a su fin también la dictadura en Grecia, que contribuía aún más a aislar a España de la Europa democrática y, por tanto, de las Comunidades Europeas.
  • En el ámbito socioeconómico hay que hacer referencia a las consecuencias derivadas de la crisis del petróleo de 1973. La pérdida de poder adquisitivo y el aumento del desempleo llevó a un incremento de la conflictividad social, que se manifestó en movilizaciones y numerosas huelgas. La pasividad mostrada por el gobierno ante estos problemas, unida a la actividad terrorista y el auge de los nacionalismos, contribuyó a generar una imagen negativa del régimen en sus últimos años de existencia. Al fin y al cabo, terminó por perder dos de sus señas de identidad a lo largo de las décadas anteriores: orden y desarrollo económico.

Ante esta compleja problemática, la única respuesta del ejecutivo presidido por Carlos Arias Navarro fue el uso de la fuerza y la represión a través de los cuerpos de seguridad y los tribunales de justicia. El objetivo era evitar, a cualquier precio, cualquier tipo de manifestación, reunión política o acto reivindicativo, ya fuera de corte reformista o económico. En ese contexto se ha de situar la aprobación de la ley antiterrorista de 1975, con la que se pretendió, sin mucho éxito, luchar contra la subversión y las aspiraciones democráticas de buena parte de la sociedad española.

Explica la organización política del Estado franquista


OCTOGÉSIMO OCTAVO ESTÁNDAR DEL TEMARIO QUE, DE ACUERDO CON LO ESTIPULADO POR LA CONSEJERÍA DE EDUCACIÓN DE CASTILLA Y LEÓN, PODRÁ SER OBJETO DE EXAMEN EN LA EBAU, ANTIGUA SELECTIVIDAD.

El elemento clave de la dictadura fue, precisamente, la figura del general Franco, sin el cual resulta imposible comprender la naturaleza del régimen autoritario que se desarrolló en España de 1939 a 1975. De ahí que se tienda a hablar de una dictadura personal en la que, por la pertenencia de su líder al estamento militar, el ejército desempeñó un papel fundamental como pilar del Estado. A esto hemos de añadir que, durante la Guerra Civil, Franco fue concentrando en sus manos cada vez más poder: Generalísimo de todos los ejércitos, Jefatura del Estado, Presidencia del Gobierno y líder del único partido político legal, el “Movimiento Nacional”.

Con el tiempo, ese régimen personal y de corte autoritario fue desarrollando su propia estructura legal en forma de las llamadas Leyes Fundamentales del Reino: Fuero del Trabajo (1938), Ley Constitutiva de las Cortes (1942), Fuero de los Españoles (1945), Ley de Referéndum Nacional (1945), Ley de Sucesión en la Jefatura del Estado (1947), Ley de Principios del Movimiento Nacional (1958) y Ley Orgánica del Estado (1966). Este conjunto de textos permitió sentar las bases de un Estado corporativo que, según sus arquitectos legales, debía perdurar más allá de la vida del propio dictador.

Además, establecía los cauces para la participación de los ciudadanos en la vida política del país; si bien dentro de los estrechos márgenes permitidos por el régimen, y siempre supeditada a su voluntad. De hecho, las Cortes desempeñaban un papel meramente consultivo y servil con respecto al Ejecutivo. El proceso de elección de sus miembros se realizaba a través de la llamada “democracia orgánica”, según la cual los españoles eran representados por los llamados “órganos naturales”: familia, municipio y sindicato. En ese proceso de configuración legal, España pasó a definirse como un reino. De esta manera, tal como quedó fijado en la Ley de Sucesión de 1947, llegado el momento debía sustituir a Franco un Jefe del Estado que ostentara el título de rey.

Por último, hemos de hacer mención a la Administración del Estado, caracterizada por su marcado centralismo. Con este fin, se nombraron gobernadores civiles en cada una de las provincias para administrarlas de acuerdo a las directrices salidas de Madrid. Desde el Gobierno Civil, cuyo máximo responsable era también Jefe Provincial del Movimiento, también se elegían a los alcaldes, por lo que la política estatal tenía su reflejo también a nivel local.

Elabora un esquema con los grupos ideológicos y los apoyos sociales del franquismo en su etapa inicial


OCTOGÉSIMO SÉPTIMO ESTÁNDAR DEL TEMARIO QUE, DE ACUERDO CON LO ESTIPULADO POR LA CONSEJERÍA DE EDUCACIÓN DE CASTILLA Y LEÓN, PODRÁ SER OBJETO DE EXAMEN EN LA EBAU, ANTIGUA SELECTIVIDAD.

En los primeros años de la dictadura del general Franco, tres instituciones participaron activamente en la instauración y consolidación del régimen: el Ejército, la Iglesia y la Falange. A esto hemos de añadir una serie de grupos sociales que, en ocasiones como parte de esas instituciones, fueron parte importante en el proceso de construcción del nuevo Estado.

Sin lugar a dudas, el Ejército fue el sostén y eje fundamental del régimen franquista. Evidentemente, hablamos de un cúpula militar formada por los oficiales del bando vencedor de la Guerra Civil; es decir, fieles a Franco y al ideario político que le guiaba. Por tanto, como consecuencia de la depuración bélica y posbélica, dentro de ese estamento castrense predominaban los conservadores, monárquicos e, incluso, fascistas.

En gran medida como consecuencia de la persecución religiosa de los años anteriores, la jerarquía de la Iglesia española se identificó con el ideario del Estado. De esta cercanía entre el poder político y el religioso surgió el nacionalcatolicismo, una alianza de la que se beneficiaron ambas partes y que sirvió de ideología oficial del régimen hasta el Concilio Vaticano II.

La tercera institución a tener en cuenta fue Falange Española Tradicionalista y de las JONS, el partido único de la dictadura que, comúnmente, era conocido como el “Movimiento Nacional”. Si bien, como consecuencia del Decreto de Unificación de 1937, Franco había desvirtuado en gran medida el proyecto político de José Antonio Primo de Rivera, continuaba siendo un grupo de corte fascista cercano a los regímenes de Italia y Alemania. En este sentido, cabe destacar su papel en la labor de propaganda y control de la sociedad.

Al margen de las instituciones a las que se ha hecho referencia, donde se deben incluir también los grupos sociales que las conformaban –militares, clérigos y miembros del Movimiento-, el régimen también contaba con el apoyo de los empresarios, buena parte de los propietarios agrarios y los grupos de la clase media más cercanos a posiciones conservadoras e, incluso, moderadas.

Atendiendo a criterios ideológicos esas a instituciones y grupos sociales terminaron por agruparse de diversas formas hasta constituir las llamadas “familias” del régimen. De entre ellas, las que más protagonismo adquirieron a lo largo de la dictadura fueron los militares, los miembros del Movimiento y los católicos, desempeñando en esta última un importante papel algunos miembros del Opus Dei.

Especifica las características esenciales de la Constitución de 1931


OCTOGÉSIMO ESTÁNDAR DEL TEMARIO QUE, DE ACUERDO CON LO ESTIPULADO POR LA CONSEJERÍA DE EDUCACIÓN DE CASTILLA Y LEÓN, PODRÁ SER OBJETO DE EXAMEN EN LA EBAU, ANTIGUA SELECTIVIDAD.

El proyecto constitucional de 1931 fue el resultado de un compromiso entre socialistas y republicanos de izquierdas para establecer una república democrática y no confesional. Recogía una amplia declaración de derechos y libertades, como el sufragio femenino, el establecimiento del matrimonio civil y el divorcio, así como el derecho a una educación primaria obligatoria, laica y gratuita. Y, si bien se respetaba la propiedad privada, se asumía el principio de que la riqueza del país quedaba subordinada a los intereses generales.

El texto constitucional consagraba la separación entre Iglesia y Estado –de hecho esta dejaba de recibir financiación pública- y establecía una marcada división de poderes. Las Cortes tenían una única cámara, el Congreso de los Diputados, con una amplia capacidad legislativa y de control al gobierno. Por su parte, la Jefatura del Estado se atribuyó al presidente de la República, mientras que la Justicia se basaba en la independencia profesional de los tribunales.

Por último, es importante señalar que se reconocía el derecho de algunas provincias a conformar un régimen de autonomía que debía configurarse y regularse por medio de la aprobación de estatutos.

Bloque 10. La Segunda República. La Guerra Civil en un contexto de Crisis Internacional (1931- 1939)


Conjunto de estándares del temario de 2º de Bachillerato pertenecientes al Bloque 10, que aborda la explicación de la Segunda República y la Guerra Civil.

    1. Explica las causas que llevaron a la proclamación de la Segunda República y relaciona sus dificultades con la crisis económica mundial de los años 30.
    2. Resume las reformas impulsadas durante el bienio reformista de la República.
    3. Especifica las características esenciales de la Constitución de 1931.
    4. Describe las causas, desarrollo y consecuencias de la Revolución de Asturias de 1934.
    5. Explica las causas de la formación del Frente Popular y las actuaciones tras su triunfo electoral, hasta el comienzo de la guerra.
    6. Representa una línea del tiempo desde 1931 hasta 1939, situando en ella los principales acontecimientos históricos.
    7. Relaciona la Guerra Civil española con el contexto internacional.
    8. Compara la evolución política y la situación económica de los dos bandos durante la guerra.
    9. Especifica los costes humanos y las consecuencias económicas y sociales de la guerra.

Especifica los costes humanos y las consecuencias económicas y sociales de la guerra


OCTOGÉSIMO SEXTO ESTÁNDAR DEL TEMARIO QUE, DE ACUERDO CON LO ESTIPULADO POR LA CONSEJERÍA DE EDUCACIÓN DE CASTILLA Y LEÓN, PODRÁ SER OBJETO DE EXAMEN EN LA EBAU, ANTIGUA SELECTIVIDAD.

Desde julio de 1936 hasta abril de 1939, España sufrió los destrozos materiales y sociales de una cruenta guerra civil. Iniciada por un golpe de Estado militar, el conflicto acabó enfrentando a los partidarios de la España tradicional, católica y de pequeños y grandes propietarios con la España progresista, anticlerical, obrera y campesina.

La consecuencia más inmediata, después de la guerra, fue la pérdida de vidas humanas. Se calculan en torno a las 150.000 las víctimas de las represiones de uno y otro bando, y otras tantas en el frente; lo que eleva el número de muertos por encima del medio millón. Al margen de las pérdidas humanas por fallecimiento, desde el punto de vista social la consecuencia más importante fue el exilio de más de medio millón de españoles. Es cierto que muchos de ellos volvieron a la Península en los meses que siguieron al final de la Guerra Civil. Sin embargo, por temor a la represión franquista, algo más de 150.000 continuaron viviendo en el extranjero. Además, tanto la población que había desarrollado actividades políticas en grupos de izquierdas como sus familiares, fueron estigmatizados por el bando vencedor.

En cuanto a las pérdidas materiales, España retrocedió al nivel de renta de 1914. No en vano, la riqueza nacional se vio reducida en un 15% y la deuda pública ascendía a 20.000 millones de dólares. El conflicto afectó de manera especial a las comunicaciones, especialmente ferroviarias. Además, en torno a quinientas mil viviendas fueron destruidas total o parcialmente, a lo que se ha de añadir los desperfectos causados en escuelas, hospitales, universidades, edificios administrativos… Como consecuencia de los bombardeos y de las citadas pérdidas humanas la producción industrial se vio reducida en un tercio y se perdieron 225.000 toneladas en marina mercante. Esto se debió también, en gran medida, a la falta de materias primas y a las carencias energéticas. Por último, en el campo de la agricultura, la producción descendió cerca de un 25%, lo que afectó a la subsistencia durante la guerra y los primeros años de la postguerra; y, en esa misma línea, se ha de situar la reducción de la cabaña ganadera a la mitad.

Además, el inicio de la II Guerra Mundial impedirá que España mantenga unas relaciones comerciales normales, sin duda necesarias para su reconstrucción. Tanto el conflicto, como el aislamiento de posguerra llevarán al régimen español a emprender un nacionalismo económico basado en la autarquía.

Compara la evolución política y la situación económica de los dos bandos durante la guerra


OCTOGÉSIMO QUINTO ESTÁNDAR DEL TEMARIO QUE, DE ACUERDO CON LO ESTIPULADO POR LA CONSEJERÍA DE EDUCACIÓN DE CASTILLA Y LEÓN, PODRÁ SER OBJETO DE EXAMEN EN LA EBAU, ANTIGUA SELECTIVIDAD.

Como consecuencia del estallido de la Guerra Civil en julio de 1936, el poder dentro del territorio republicano quedó fragmentado, cayendo el poder en manos de las milicias armadas de las diversas ideologías que habían apoyado al Frente Popular en las elecciones del mes de febrero. A pesar del derrumbe del orden republicano, los sucesivos gobiernos, de entre los que destacaron el del socialista Largo Caballero y el del comunista Juan Negrín, hicieron importantes esfuerzos por mantener la unidad. La falta de cohesión acabó provocando fuertes divisiones, e incluso enfrentamientos, dentro del bando republicano, con el consiguiente perjuicio para su causa.

La situación fue muy distinta entre los sublevados, donde el ejército ejerció de elemento de cohesión entre los distintos grupos que integraban ese bando. En un primer momento, todos quedaron sometidos a la obediencia de la Junta de Defensa Nacional, que se disolvió en octubre de 1936 para dejar la dirección militar y política de la llamada zona nacional en manos del general Franco. Este aprovechó la duración del conflicto bélico para llevar a término la fusión de la Falange Española de las Juntas de Ofensiva Nacional Sindicalista (FE de las JONS) y la Comunión Tradicionalista. De esta manera, el Decreto de Unificación de abril de 1937, le permitió sentar las bases de un régimen de partido único cercano a los fascismos europeos.

Al principio del conflicto, la zona republicana contaba con mayor cantidad de población, así como con las principales zonas industriales y de agricultura de exportación. Sin embargo, la principal zona cerealista (Castilla la Vieja-León) estaba en manos de los nacionales. De esta manera, pronto surgieron problemas con el suministro de las ciudades, saturadas de refugiados, y del ejército. Además, se sufrió la escasez de materias primas como algodón, petróleo o carbón, ya que las empresas suministradoras de otros países desconfiaban de la solvencia económica republicana. A esto se unía la retirada de capitales extranjeros por temor a las colectivizaciones. En definitiva, la producción agrícola e industrial descendió muchísimo. Así, la industria siderúrgica vasca solo alcanzó, en el primer semestre de 1937, entre el 5% y el 10% de la producción de 1929. En parte, esto se debió al aislamiento que esta zona sufría con respecto al resto del territorio republicano. En estas circunstancias, la República recurrió al oro y divisas depositadas en el Banco de España para adquirir armamento del extranjero, especialmente de la URSS.

Por su parte, el territorio controlado por el otro bando estaba formado, en su mayor parte, por tierras de cultivo y ganadería, además de algunas zonas mineras. De esta manera, los sublevados tuvieron menos problemas de abastecimiento que los republicanos. Ahora bien, se trataba de una economía desequilibrada, que sólo se potenció cuando sus tropas conquistaron Bilbao y la franja cantábrica en otoño de 1937). A esto se ha de añadir que, durante la guerra, pudieron contar con créditos a largo plazo de Alemania y de Italia de empresas petroleras como la TEXACO de EE.UU.

Relaciona la Guerra Civil española con el contexto internacional


OCTOGÉSIMO CUARTO ESTÁNDAR DEL TEMARIO QUE, DE ACUERDO CON LO ESTIPULADO POR LA CONSEJERÍA DE EDUCACIÓN DE CASTILLA Y LEÓN, PODRÁ SER OBJETO DE EXAMEN EN LA EBAU, ANTIGUA SELECTIVIDAD.

El comienzo de la Guerra Civil coincidió con uno de los momentos más tensos en las relaciones internacionales del siglo XX. Desde el ascenso del partido nacionalsocialista de Adolf Hitler al poder, la política exterior de los países europeos se fue enrareciendo hasta formarse dos bloques claramente diferenciados: las democracias, encabezadas por británicos y franceses, y los regímenes fascistas de Italia y Alemania. La tensión internacional a partir de 1936 llegó a tal nivel que cualquier crisis podía provocar el estallido de una nueva guerra mundial.

Por ese motivo, el estallido del conflicto español provocó división de opiniones e inquietud entre los políticos y la opinión pública, sobre todo en Gran Bretaña y Francia. Es en ese punto donde se ha de situar el origen del Comité de No Intervención, impulsado por el gobierno francés con el apoyo del británico. En agosto de 1936, se adhirieron a él un total de veintisiete estados, entre los que se encontraban Alemania, Italia y la Unión Soviética. Todos ellos se comprometieron a no intervenir en el conflicto español, ya fuera mediante la actuación directa o por medio de la venta de cualquier tipo de material bélico.

Ahora bien, al tiempo que esas potencias suscribían el acuerdo, tanto el gobierno republicano y como el bando sublevado solicitaron ayuda militar a las potencias europeas. Esto se debió, fundamentalmente, a la escasez de medios de la España de entonces en lo relativo a equipamiento militar y armamento.

Representa una línea del tiempo desde 1931 hasta 1939, situando en ella los principales acontecimientos históricos


OCTOGÉSIMO TERCER ESTÁNDAR DEL TEMARIO QUE, DE ACUERDO CON LO ESTIPULADO POR LA CONSEJERÍA DE EDUCACIÓN DE CASTILLA Y LEÓN, PODRÁ SER OBJETO DE EXAMEN EN LA EBAU, ANTIGUA SELECTIVIDAD.

1931 II – Gobierno del almirante Aznar.
1931 IV – Elecciones municipales del 12 de abril.
1931 IV – Proclamación de la Segunda República.
1931 V – Restablecimiento de la Generalitat de Cataluña.
1931 VI – Decretos de Azaña para reformar el Ejército.
1931 VI – Elecciones a Cortes Constituyentes.
1931 XII – Promulgación de la Constitución republicana.
1931 XII – Alcalá Zamora es nombrado presidente de la República.
1931 XII – Comienzo del Bienio Progresista: gobierno de Manuel Azaña.
1932 VIII – Sublevación del general Sanjurjo.
1932 IX – Se aprueba el Estatuto de Cataluña.
1932 IX – Ley de Reforma Agraria.
1932 IX – Françesc Maciá es nombrado presidente de la Generalitat.
1933 I – Revueltas campesinas: sucesos de Casas Viejas.
1933 III – Fundación de la CEDA.
1933 X – Fundación de Falange.
1933 X – Dimisión de Manuel Azaña.
1933 XI – Gobierno de Martínez Barrio.
1933 XI – Elecciones generales.
1933 XII – Comienzo del Bienio Radical-Cedista.
1933 XII – Gobierno de Alejandro Lerroux.
1934 I – Lluis Companys es nombrado presidente de la Generalitat.
1934 X – Revolución de octubre.
1934 X – El Gobierno suspende el Estatuto de Cataluña.
1935 IX – Nueva Ley Agraria.
1935 X – Escándalo del “estraperlo”.
1935 X – Dimisión de Alejandro Lerroux.
1936 II – Elecciones del Frente Popular.
1936 II – Restablecimiento de la Generalitat.
1936 V – Gobierno de Casares Quiroga.
1936 VI – Se restablece la Ley de Reforma Agraria de 1932.
1936 VI – Se aprueba el Estatuto de Galicia.
1936 VII – Asesinato del teniente Castillo y de Calvo Sotelo.
1936 VII – Comienzo de la Guerra Civil.
1936 VII – Gobierno de Martínez Barrio.
1936 VII – Gobierno de José Giral.
1936 VII – Se forma de Junta de Defensa Nacional en Burgos.
1936 VIII – Se constituye el Comité Internacional de No Intervención.
1936 IX – Gobierno de Largo Caballero.
1936 X – Franco es nombrado “jefe del Gobierno del Estado español”.
1936 XI – El gobierno republicano se traslada a Valencia
1936 XI – Se crea la Junta de Defensa en Madrid: comienza la batalla de Madrid.
1937 III – Comienzo de la Campaña del País Vasco.
1937 IV – Decreto de Unificación: Falange Tradicionalista de las JONS.
1937 IV – Bombardeo de Guernica.
1937 V – Enfrentamiento en Barcelona entre los anarquistas, POUM y PCE.
1937 V – Gobierno de Juan Negrín.
1937 XII Ofensiva sobre Teruel.
1938 II – Primer Gobierno de Franco.
1938 II – Se aprueba el Fuero del Trabajo.
1938 IV – El ejército franquista llega al Mediterráneo.
1938 VII – Batalla del Ebro.
1938 XII – Ofensiva franquista en Cataluña.
1939 II – Ocupación de Cataluña.
1939 II – Ley de Responsabilidades Políticas.
1939 III – Golpe de Estado del coronel Casado y de Julián Besteiro.
1939 III – El ejército franquista entra en Madrid.
1939 IV – Finaliza la Guerra Civil.

Explica las causas de la formación del Frente Popular y las actuaciones tras su triunfo electoral, hasta el comienzo de la guerra


OCTOGÉSIMO SEGUNDO ESTÁNDAR DEL TEMARIO QUE, DE ACUERDO CON LO ESTIPULADO POR LA CONSEJERÍA DE EDUCACIÓN DE CASTILLA Y LEÓN, PODRÁ SER OBJETO DE EXAMEN EN LA EBAU, ANTIGUA SELECTIVIDAD.

Una vez convocadas nuevas elecciones para febrero de 1936, los partidos de izquierdas, conscientes de que la división podía perjudicarles como había sucedido en 1933, constituyeron en el mes de enero el llamado Frente Popular. Esta coalición, válida solo para los comicios, pero no para la formación de gobierno, estaba formada por los socialistas, los comunistas y los partidos republicanos de izquierda. Además, los anarquistas de la CNT, partidarios por lo general de la abstención, hicieron campaña a favor de la alianza de izquierdas.

Una vez obtenida una ajustada victoria sobre los grupos de centro-derecha, el gobierno de izquierdas inició el cumplimiento de su programa electoral aprobando una serie de medidas de urgencia. Fue así como se restableció el estatuto de autonomía de Cataluña, que había quedado en suspenso tras los sucesos de octubre de 1934. En esa misma línea, se concedió la amnistía general a los encarcelados en esos acontecimientos. También se reanudaron las reformas paralizadas durante el bienio anterior en el campo religiosos, social, agrario y militar.