Especifica los costes humanos y las consecuencias económicas y sociales de la guerra


OCTOGÉSIMO SEXTO ESTÁNDAR DEL TEMARIO QUE, DE ACUERDO CON LO ESTIPULADO POR LA CONSEJERÍA DE EDUCACIÓN DE CASTILLA Y LEÓN, PODRÁ SER OBJETO DE EXAMEN EN LA EBAU, ANTIGUA SELECTIVIDAD.

Desde julio de 1936 hasta abril de 1939, España sufrió los destrozos materiales y sociales de una cruenta guerra civil. Iniciada por un golpe de Estado militar, el conflicto acabó enfrentando a los partidarios de la España tradicional, católica y de pequeños y grandes propietarios con la España progresista, anticlerical, obrera y campesina.

La consecuencia más inmediata, después de la guerra, fue la pérdida de vidas humanas. Se calculan en torno a las 150.000 las víctimas de las represiones de uno y otro bando, y otras tantas en el frente; lo que eleva el número de muertos por encima del medio millón. Al margen de las pérdidas humanas por fallecimiento, desde el punto de vista social la consecuencia más importante fue el exilio de más de medio millón de españoles. Es cierto que muchos de ellos volvieron a la Península en los meses que siguieron al final de la Guerra Civil. Sin embargo, por temor a la represión franquista, algo más de 150.000 continuaron viviendo en el extranjero. Además, tanto la población que había desarrollado actividades políticas en grupos de izquierdas como sus familiares, fueron estigmatizados por el bando vencedor.

En cuanto a las pérdidas materiales, España retrocedió al nivel de renta de 1914. No en vano, la riqueza nacional se vio reducida en un 15% y la deuda pública ascendía a 20.000 millones de dólares. El conflicto afectó de manera especial a las comunicaciones, especialmente ferroviarias. Además, en torno a quinientas mil viviendas fueron destruidas total o parcialmente, a lo que se ha de añadir los desperfectos causados en escuelas, hospitales, universidades, edificios administrativos… Como consecuencia de los bombardeos y de las citadas pérdidas humanas la producción industrial se vio reducida en un tercio y se perdieron 225.000 toneladas en marina mercante. Esto se debió también, en gran medida, a la falta de materias primas y a las carencias energéticas. Por último, en el campo de la agricultura, la producción descendió cerca de un 25%, lo que afectó a la subsistencia durante la guerra y los primeros años de la postguerra; y, en esa misma línea, se ha de situar la reducción de la cabaña ganadera a la mitad.

Además, el inicio de la II Guerra Mundial impedirá que España mantenga unas relaciones comerciales normales, sin duda necesarias para su reconstrucción. Tanto el conflicto, como el aislamiento de posguerra llevarán al régimen español a emprender un nacionalismo económico basado en la autarquía.

ESTRUCTURA DEL VÍDEO:

  • 0:12. Planteamiento general del conflicto.
  • 0:40. Las víctimas de la Guerra Civil.
  • 1:31. Las pérdidas materiales.
  • 2:11. Las consecuencias económicas.
  • 2:51. El estallido de la Segunda Guerra Mundial y el aislamiento.

BIBLIOGRAFÍA:

  1. Historia de España 2 – Editorial Anaya.
  2. Historia de España – Editorial Vicens Vives.
  3. Historia de España Contemporánea; José Luis Comellas – Rialp.

DIAPOSITIVAS DEL VÍDEO:

El seismo territorial de postguerra


El final de la Gran Guerra transformó de manera radical la estructura territorial de las potencias derrotadas. Estas se vieron afectadas por un complejo proceso de desmembración, basado en la doctrina de Wilson referida a las nacionalidades. A partir de este surgieron una serie de nuevos Estados. De esta manera, la estructura territorial europea en 1919 varió notablemente con respecto a la de 1914: se había producido un gran seísmo territorial.

En primer lugar abordaremos la cuestión de la desmembración territorial de las potencias derrotadas. Estas, generalmente formadas por vastos y complejos territorios, se vieron afectadas por los siguientes tratados:

– El Tratado de Sevres (10 de agosto de 1920) confirmó el fin de la presencia turca en los Balcanes, que, por otro lado, ya era evidente en los años anteriores a la Gran Guerra.

– La paz de Brest-Litovsk, firmada entre alemanes y soviéticos, concedió la autonomía a buena parte de los territorios más occidentales del antiguo Imperio ruso.

-El Tratado de Versalles (29 de junio de 1919) sancionó las pérdidas territoriales alemanas.

– El Imperio austro-húngaro, tal vez el más característico de los estados plurinacionales de la época, fue reducido a la mínima expresión mediante los Tratados de Saint Germain (10 de septiembre de 1919) y Trianon (4 de junio de 1920). De esta forma, Austria, amputada y empobrecida, tenía que hacer frente a la crítica situación de posguerra que Stefan Zweig nos describe en el siguiente fragmento:

(S. Zweig, El mundo de ayer) “Tan pronto como el tren hubo desaparecido en la lejanía, nos mandaron bajar de los relucientes y limpios vagones suizos y subir a los austriacos. Y sólo bastaba con poner el pie en ellos para adivinar lo que le había ocurrido a este país. Los revisores que señalaban los asientos a los pasajeros se arrastraban de un lado para otro, delgados, hambrientos y desarrapados; los uniformes, rotos y gastados, colgaban holgados de sus hundidos hombros. Las correas para subir y bajar las ventanillas habían sido cortadas, porque cualquier trozo de cuero tenía un gran valor (…) Para un trayecto que normalmente se cubría en una hora, hacían falta cuatro o cinco y, al anochecer, la oscuridad en el interior del tren era absoluta. Las bombillas estaban rotas o habían sido robadas (…) Los pasillos estaban abarrotados, incluso en los estribos se acurrucaban algunas personas, expuestas al frío de la noche casi invernal y, además, todo el mundo apretaba contra su cuerpo el equipaje y un paquete de víveres; nadie se atrevía a soltar nada de la mano en medio de la oscuridad, ni siquiera por un minuto. Me daba cuenta de que había salido de un mundo de paz para volver a los horrores de la guerra que ya creía acabados”.

Bibliografía:

[1] Historia Universal Contemporánea II; Javier Paredes (Coord.) – Barcelona – Ariel – 2004.

[2] La guerra del mundo: los conflictos del siglo XX y el declive de occidente (1904-1953); Niall Ferguson – Barcelona – Debate – 2007.

[3] El mundo de ayer. Memorias de un europeo; Stefan Zweig – Barcelona – El Acantilado – 2002.