El consenso constitucional II

A los pocos días, recibía del presidente Suárez el encargo de dirigir la Secretaría de Organización de UCD. Comencé  a preparar los estatutos, en estrecha colaboración con Fernando Abril. El 6 de agosto, en el palacio de la Moncloa, firmábamos Adolfo Suárez, Miguel Doménech y yo, ante el notario José Luis Álvarez, el acta para inscribir el partido UCD en el registro oficial del Ministerio de la Gobernación. Así empezaba la andadura legal de la brillante y efímera historia del partido político que supo hacer la Transición pero no logró sobrevivir a ella.

Salvador Sánchez-Terán, La Transición. Síntesis y claves, p. 189.

El consenso constitucional I

Suárez hizo unas declaraciones sorprendentes para algunos: «La unión de Centro Democrático hará una política de centro izquierda y propugnará profundos cambios en los terrenos económico, social, cultural y político». Es preciso dejar constancia de esta postura presidencial porque, desde el primer momento -y tengo de ello testimonio en numerosas entrevistas personales y con el secretariado de UCD- Suárez tuvo la convicción de que el eje político del electorado español pasaba por el centro-izquierda y que era en esa ubicación donde había que situar la política de UCD.

Salvador Sánchez-Terán, La Transición. Síntesis y claves, p. 188-189.

#15M. La financiación de la JMJ

El siguiente artículo precisa de una aclaración, ya que no es mi intención, ni mucho menos, comparar la JMJ con el 15M. Sin embargo, este artículo tiene su origen en otro de Ruta42 que lo hacía. La redacción entendió mi mensaje, se portó muy bien y me invitó a colaborar.

Teniendo en cuenta el origen del artículo, la posición contraria a la JMJ de parte del 15M, y mi incapacidad para buscarle un hueco en otra sección del blog, decidí que la del 15M podía ser buena opción. Espero que disfrutéis del artículo.


¿Cómo se financia la Jornada Mundial de la Juventud?

Todos somos conscientes de la difícil coyuntura económica que atraviesa nuestro país. Cientos de miles de españoles sufren a diario las consecuencias de una crisis que, lejos de afectar exclusivamente al ámbito productivo y financiero, parace extenderse también al político y cultural.

En este contexto, muchos han optado por ejercer su derecho a la protesta, exigiendo en la calle un cambio de rumbo. Sin embargo, el mensaje de estos movimientos -dentro de los que destaca el 15M- aún no ha encontrado una recepción adecuada entre la clase política nacional.

En esta situación de crisis parece lógico que se produzca un recorte en los gastos públicos superfluos –no los necesarios y los relacionados con el bienestar-, y así lo han percibido los citados movimientos.

Ahí es donde, mal informados o, incluso, manipulados por determinadas fuentes de información, algunos ciudadanos han asociado la Jornada Mundial de la Juventud (JMJ) con ese tipo de desembolsos estatales.

Los medios de comunicación tienen una gran responsabilidad, pues surten a la ciudadanía de un derecho fundamental: la información. Por esa razón, sosprende que muchos de ellos publiquen datos erróneos sobre la JMJ y su financiación; artículos y columnas que, en una situación de crisis como la que hemos descrito, pueden provocar conflictos sociales que poco ayudan a sacarnos del agujero económico, político y cultural en el que nos encontramos.

Por no hablar del espectáculo de intolerancia religiosa y crispación que España puede dar al mundo en los próximos días.

Ante las acusaciones que se han vertido contra la Jornada de la Juventud -a la que se tilda de “gasto público inútil”- hay que indicar, en primer lugar, que este evento se autofinancia, no recibiendo ni un solo euro de las arcas del Estado. El presupuesto de la JMJ es de 50 millones, de los que un 75% se recauda con la cuota de inscripción de los casi 2 millones de asistentes (la cuota mínima es de 30 euros), y un 25% de donaciones privadas. Por tanto, no existe esa subvención pública directa de la que tanto han hablado determinadas personas, organismos y medios de comunicación.

De entre las donaciones privadas, cabe destacar la aportación de los patricinadores –El Corte Inglés, Grupo Prisa, Banco Santander, Iberia, Movistar, Coca-Cola…-, agrupados en la fundación “Madrid Vivo”. Estas empresas, al ser declarada la JMJ de “interés excepcional” por la ley presupuestaria, se benefician de degravaciones fiscales.

Al respecto hay que indicar que esa denominación no supone un privilegio, pues son numerosos los actos que, así calificados, se celebran en nuestro país. Podríamos entrar al debate sobre si la Jornada de la Juventud aporta algún beneficio a la sociedad. Sin embargo, tan sólo el número de participantes –muy superior al de los restantes actos de “interés excepcional”- convertiría esa polémica en algo ridículo.

Ahora bien, si aún así se quiere poner en duda el beneficio cultural y social de la JMJ, podríamos defenderla acudiendo a datos económicos. Se calcula que, sólo en Impuestos sobre el Valor Añadido (IVA), este evento aportará a las arcas públicas 60 millones de euros.

A esto hemos de añadir los más de 6 millones de beneficios que obtendrá el sector de la hostelería y el pequeño comercio de la capital. Estos datos se magnifican, además, si tenemos en cuenta que agosto es, tradicionalmente, el peor mes del año para el empleo madrileño.

Es cierto, no obstante, que los entes públicos colaboran en la seguridad de los actos, y también ceden determinados lugares para la celebración de los actos de la JMJ. Ahora bien, todos los gastos relacionados con la puesta a punto de las instalaciones, así como de su limpieza posterior, corren a cargo de la organización. Si tenemos en cuenta los beneficios económicos antes descritos, la aportación estatal parece lógica.

Tampoco es cierto que el Estado deba cargar con los gasto de alojamiento de Joseph Ratzinger.

La Nunciatura Apostólica -embajada del Estado Vaticano en España- será su lugar de residencia durante la Jornada de la Juventud. Por tanto, su estancia y demás gastos personales serán sufragados por la Santa Sede.

En resumen, cientos de miles de españoles han sido mal informados a lo largo de la última semana sobre un evento que, de por sí, traerá enormes beneficios sociales, económicos y culturales. Esto ha creado el caldo de cultivo propicio para una intolerancia religiosa que, además de manchar la imagen de nuestra sociedad cara a la comunidad internacional, contribuye a fragmentarla y a crear rencores enconados.

La situación de crisis en la que nos encontramos es algo muy delicado. Por esa razón, medios de comunicación, líderes políticos y organizaciones de diversa índole, deben mostrarse responsables de sus actos. Falsear la información, en ocasiones con fines ideológicos y partidistas, va contra los derechos ciudadanos. Esto, que de por sí debería generar el rechazo por parte de todos, se agrava como falta si tenemos en cuenta que señala como culpable del sufrimiento –o de parte de él- a un grupo concreto.

La verdadera reforma política VII

Esta segunda etapa es la clave de la Transición. En ella se hace la verdadera reforma política, con una asombrosa capacidad creativa; de diálogo y de riesgo político.

Los tres elementos esenciales del proceso son: la Ley para la Reforma política, la legalización del Partido Comunista y los acuerdos con la oposición.

Salvador Sánchez-Terán, La Transición. Síntesis y claves, p. 180.

La verdadera reforma política VI

Y así entró, con fuerza, en la liza electoral, la citada coalición que cambió su nombre por el de Unión de Centro Democrático (UCD) y que se formó sobre tres pilares: el primero y esencial, la figura del presidente Suárez, en la cima de su prestigio y su imagen; el segundo, la estructura de poder controlada por el Gobierno, a través fundamentalmente del Ministerio de Gobernación y de los Gobiernos Civiles, con mayoría relativa de hombres procedentes de las organizaciones del Movimiento -SEU y Frente de Juventudes-, y que contaban como base de actuación con los alcaldes de los miles de municipios españoles; y el tercero, la ya citada coalición de Centro Democrático, que al incluir grupos democristianos, liberales y socialdemócratas daba a la UCD un cierto aroma europeo y de oposición, y la colocaba más en el centro político.

La operación política catalana más importante ante el 15 J fue, sin duda, el acuerdo entre el PSOE y el PSC, de cara a una candidatura de unidad socialista y a la articulación de una futura colaboración permanente entre los dos partidos. Fue una tenaz labor realizada por Joan Reventós, con la colaboración de Martín Toval y Cirili Pellicer, directamente con Felipe González.

El 4 de abril, Reventós y Triginier anunciaban que el Partit Socialista de Catalunya (Congrés) y la Federació Catalana del PSOE habían iniciado un proceso hacia su integración en un mismo partido.

El acuerdo dirimía definitivamente la pugna entre los socialistas catalanes. Al PSC-Reagrupament no le quedaba opción, privado de su líder Pallach y de la bandera socialista, asumida definitivamente por el PSC-PSOE, por lo que acabaría integrándose en el acuerdo.

En el espacio del centro-derecha, Concordia Catalana se diluía en UCD y Juan Antonio Samaranch optaba por dejar la política y era nombrado embajador en Moscú, peldaño necesario para su futura y espectacular carrera olímpica. Esta decisión favorecía la opción electoral de UCD en Cataluña, pero a medio plazo consolidaría a Pujol y su Convergencia Democrática como el gran partido nacionalista catalán.

Salvador Sánchez-Terán, La Transición. Síntesis y claves, p. 174-175.

La verdadera reforma política V

De cara a las elecciones generales, el Gobierno tiene tres alternativas con respecto al PCE: legalizarlo, lo que provocaría las iras de gran parte del Ejército y de todas las fuerzas del Régimen anterior; dejarlo extramuros del nuevo sistema, lo que restaría legitimidad democrática, pues su reconocimiento legal se daba en casi todos los países europeos; o establecer una situación transitoria, de reconocimiento de facto, demorando la solución a su legalidad y permitiendo su presentación en listas electorales, como independientes. Esta última era la situación real en la que se encontraban los comunistas a principios del 77, tras las detenciones y la puesta en libertad, primero de López Raimundo en Barcelona y luego de Carrillo en Madrid, y era la que gustaba a mucha gente, menos a los comunistas, por supuesto. Yo sondeé esta alternativa con los líderes comunistas del PSUC catalán, López Raimundo y Gutiérrez Díaz, en una entrevista secreta en Barcelona, celebrada a mediados de febrero, y éstos rechazaron tajantemente la posibilidad de presentarse como independientes, pedían su legalización y ofrecían cooperar con un conjunto de medidas, que permitieran el saneamiento de la economía. Su respuesta se explica con más detalle en el capítulo 5.

Pocas semanas después, el 27 de febrero, el presidente del Gobierno se reunía secretamente, y por primera vez, con Santiago Carrillo, en un chalet en las afueras de Madrid propiedad de José Mario Armero, quien asistió a la entrevista. Suárez celebre este arriesgado encuentro, con la oposición de Fernández-Miranda, con serias reticencias de Alfonso Osorio y con el conocimiento y apoyo del Rey. Armero asegura que en aquella reunión no se pactó nada, aunque se habló de todos los puntos calientes. Quienes hemos escuchado a Suárez hablar de este encuentro llegamos a la conclusión de que el presidente salió convencido de que el PCE y Carrillo apoyarían tres puntos capitales: La Monarquía, la bandera roja y gualda, y la unidad de España, y a su vez reforzó su convencimiento de que el PCE debería ser legalizado antes de las elecciones, aunque Suárez no garantizó -porque no podía hacerlo- ni la fecha ni la forma en que esto se llevaría a cabo.

Salvador Sánchez-Terán, La Transición. Síntesis y claves, p. 167-168.

La verdadera reforma política IV

La primera respuesta de ETA a la reforma de Suárez fue el asesinato del presidente de la Diputación de Guipúzcoa y Consejero del Reino Juan María Araluce, y de sus tres acompañantes: dos inspectores de policía y un conductor.

Esto ocurre en San Sebastián, a plena luz del día, el 4 de octubre. Es el primer atentado de ETA bajo el Gobierno Suárez, y éste, en medio de gran expectación, decide no declarar el estado de excepción en el País Vasco, lo que habían hecho en ocasiones similares gobiernos anteriores.

El Gobierno, en un comunicado oficial de siete puntos, asegura que «no caerá en la trampa que se le quiere tender, y mantendrá la firmeza y la serenidad por proseguir, con el apoyo de todos los ciudadanos, el proceso de democratización que el país ha iniciado.

Salvador Sánchez-Terán, La Transición. Síntesis y claves, p. 150-151.

La verdadera reforma política III

Podemos afirmar que hasta el Partido Comunista dio instrucciones reservadas a sus militantes y a los de CC.OO. para que votaran sí. Alfonso Osorio informó a Suárez, en la mañana del referéndum: «Me acaba de comunicar una persona de mi absoluta confianza que en algunas ciudades españolas, en Zaragoza y en Barcelona concretamente, el Partido Comunista está dando instrucciones a sus afiliados de que voten favorablemente en el Referéndum». Por mi parte, desde el Gobierno Civil de Barcelona, verifiqué la misma información. Cuando poco antes de las 8 de la tarde salía para el centro informativo montado en la Lonja de Barcelona, me llegó la información de la Guardia Civil de que, al atardecer y a la salida de las fábricas, grandes contingentes de trabajadores del Baix Llobregat se dirigían a votar.

Salvador Sánchez-Terán, La Transición. Síntesis y claves, p. 148.

La verdadera reforma política II

La razón era estrictamente política. El Partido Comunista estaba marginado y corría el riesgo de perder la batalla de su incorporación al proceso democrático. Necesitaba realizar un acto de fuerza, demostrar su poderío y hacer patente que, o se contaba con él, o no habría ni proceso democrático ni la paz social necesaria para la recuperación económica. Y por ello lanzó el órdago. En una carta de Simón Sánchez Montero, destacado dirigente del PCE, a sus militantes, encontrada en un registro policial, éste decía: «Camarada: la jornada de huelga convocada para el día 12 tiene para el partido una muy especial importancia. Se trata de conseguir la mayor movilización de masas conocida en cuarenta años. Por ello os dirigimos estas breves líneas ampliando las instrucciones que habéis recibido todos…».

Para el Gobierno, el tema era capital, pues cualquier éxito, aunque fuera parcial, de la huelga general, hubiera dañado su autoridad política, entonces en auge, y dado la razón a los que decían -y eran más aún los que pensaban- que la Reforma democrática llevaría al país al caos y que era preciso mantener las esencias de autoridad del Régimen.

El Ministerio de Gobernación lanzó a los Gobiernos Civiles una avalancha de télex, pidiendo información, proponiendo medidas y sugiriendo actuaciones disuasorias de las fuerzas de seguridad.

Salvador Sánchez-Terán, La Transición. Síntesis y claves, p. 143.

La verdadera reforma política I

El presidente del Gobierno no desaprovecha el verano e inicia el plan de tomar contacto con los dirigentes de la oposición. En su despacho de Castellana, 3, Suárez recibe a Luis Gómez Llorente, del PSOE; a Raúl Morodo y Enrique Tierno Galván del PSP, a los democristianos de Gil-Robles, Álvarez de Miranda y Ruiz-Giménez. En relación con Cataluña, celebra una larga entrevista con el gobernador civil de Barcelona, con un completo análisis de la situación política catalana, y acepta su propuesta de mantener una entrevista por separado con tres líderes: Jordi Pujol, de Convergència Democràtica de Catalunya; Josep Pallach, del Partit Socialista de Catalunya (ex Reagrupament); y Joan Reventós, de Convergència Socialista de Catalunya. También serían invitados dirigentes de Unió Catalana, de Club Catalònia, de Centre Català y de Esquerra Democràtica.

Salvador Sánchez-Terán, La Transición. Síntesis y claves, p. 128.