A los pocos días, recibía del presidente Suárez el encargo de dirigir la Secretaría de Organización de UCD. Comencé a preparar los estatutos, en estrecha colaboración con Fernando Abril. El 6 de agosto, en el palacio de la Moncloa, firmábamos Adolfo Suárez, Miguel Doménech y yo, ante el notario José Luis Álvarez, el acta para inscribir el partido UCD en el registro oficial del Ministerio de la Gobernación. Así empezaba la andadura legal de la brillante y efímera historia del partido político que supo hacer la Transición pero no logró sobrevivir a ella.
Salvador Sánchez-Terán, La Transición. Síntesis y claves, p. 189.