RECURSOS PARA DOCENTES
Hace unas semanas, @eneko_fc inició un hilo en Twitter que ha generado un sinfín de reacciones y casi una decena de interesantes aportaciones en formato de vídeo. Con el hashtag #AsíFlipeoEn3Minutos, varios docentes nos lanzamos a explicar cómo programamos un curso siguiendo el modelo de aprendizaje inverso.
Aunque esta entrada recoge la lista de reproducción donde pueden consultarse esos vídeos, el verdadero objetivo de las siguientes líneas es profundizar en algunos aspectos mencionados en mi propia explicación sobre 1º de Bachillerato. Y, más en concreto, en la relación existente entre todas esas actividades, así como en su proceso de evaluación.
Al término del pasado curso detecté dos problemas que tenían su origen en mi forma de evaluar la asignatura. El primero de ellos tenía que ver con lo poco que aprovechaban los alumnos es tiempo que se les daba para trabajar en el aula. Mientras que el otro guardaba relación con la tendencia a esforzarse únicamente en el estudio de los exámenes.
En su momento escribí una entrada en este blog en la que hablaba de la necesidad de deconstruir el examen. No me detendré a explicarlo de nuevo, pero sí a comentar cómo se ha plasmado esto en mi programación para este curso.
En lugar de realizar exámenes cada dos unidades didácticas, he recurrido a la fórmula de hacer una única prueba al final de cada trimestre. Ahora bien, con el fin de no darle un valor decisivo en la nota de la evaluación, supone únicamente el 26% de la misma.
A partir de ahí, teniendo en cuenta que el acuerdo de mi departamento establece que el 80% de la nota deben ser exámenes, me las ingenié para distribuir una gran cantidad de pequeñas pruebas a lo largo de cada trimestre. Con esto lo que pretendo alcanzar dos objetivos:
La idea que tengo en mente es que mis alumnos, en cada unidad didáctica, se enfrentarán a una prueba de conceptos, un kahoot, un test y un pequeño examen oral. Evidentemente, cada uno de esos ejercicios se realiza distanciado varios días del anterior y del posterior. Eso permite que cada semana tengan que demostrar, en una prueba sencilla, sus conocimientos.
Otra ventaja que destacaría de ese sistema es la variedad de los sistemas que se utilizan. Al fin y al cabo, no es lo mismo enfrentarse a un examen oral que a uno escrito, a una prueba de conceptos que a una tipo test o a una actividad donde basta con acertar que a otra donde cuenta también la competencia.
Al final, ese conjunto de pequeñas pruebas completa el 80% de la nota dedicada a los exámenes de la siguiente manera:
– Cada uno de los tres exámenes de conceptos es un 4%.
– Cada uno de los tres test es un 6%.
– Cada uno de los cuatro kahoots es un 1%.
– Cada uno de los cuatro exámenes orales es un 5%.
A principios del mes de octubre, cuatro profesores de Historia del Mundo Contemporáneo nos pusimos de acuerdo para coordinar, en la medida de lo posible, nuestro trabajo con 1º de Bachillerato.
La colaboración de todos ha permitido poner en marcha una “competición” de Kahoot, llevar el hashtag #ÉpocaDeRevoluciones a trending topic o compartir los vídeos realizados por los profesores –tanto la grabación como la inserción en EdPuzzle– entre todos. A todo esto habría que añadir el intercambio de experiencias entre los docentes, que ha sido un elemento clave para aprender unos de otros.
Ahora que estamos al final del primer trimestre nos hemos lanzado a una nueva aventura: la elaboración de cómics de temática histórica. La idea surgió hace un mes, aunque no recuerdo quién la propuso (yo no, eso es seguro). A partir de ahí, tras distribuir las temáticas entre los distintos centros, empezamos a trabajar con el fin de poner después el resultado en común.
Con el fin de no dedicar más tiempo del necesario a la tarea, hemos decidido utilizar programas como Comic Life o Book Creator. Es decir, los alumnos no dibujan las viñetas, sino que se bajan imágenes de internet –históricas, por supuesto- e introducen los textos y bocadillos.
En fin, según vayan entregando los trabajos quizá publique una nueva entrada en esta bitácora con mis impresiones. Ahora bien, soy de los que piensa que se aprende más de manera activa –haciendo- que pasiva. Por tanto, tengo la esperanza de que este proyecto les ayude a entender mejor los procesos históricos sobre los que trabajan. A todo esto, como ya se ha dicho, se añade la riqueza de compartir con otros, de aprender entre iguales.
La colaboración con estudiantes de otros institutos y colegios ocupa un lugar fundamental dentro del modelo que he planteado para la asignatura de Historia del Mundo Contemporáneo en este curso. Al margen de la cuestión del itinerario libre y abierto o del propio modelo de la clase invertida –o más bien en relación con ambos-, hemos de situar mi empeño por derribar las paredes del aula.
Las nuevas tecnologías, y sobre todo la rapidez con la que viaja la información, nos permiten intercambiar impresiones con otros alumnos y docentes. Es más, mi experiencia hasta la fecha es que eso contribuye al enriquecimiento del aprendizaje, tanto en lo relativo a los contenidos como en el ámbito de la motivación.
De ahí que hace unas semanas contactara con otros profesores de secundaria para desarrollar proyectos comunes durante el curso. En algunos casos son profesionales que llevan años haciendo tareas similares. Por tanto, aunque lancé la primera piedra para formar el grupo, más que proponer me he dedicado a aprender de ellos.
La pasada semana realizamos la primera actividad conjunta, que consistía en desarrollar un cuestionario de veinte preguntas en Kahoot sobre la revoluciones inglesas del siglo XVII. Una vez terminado, se debía enviar a los restantes grupos, que a su vez nos pasarían los suyos para que los contestáramos.
En líneas generales, la actividad salió bastante bien. De entrada hay que tener en cuenta que a los alumnos suele atraerles Kahoot, a lo que añadimos la novedad de participar en uno elaborado por personas de su edad que estudian lo mismo. Sin embargo, para mí el aspecto fundamental es que, esas dos tareas entretenidas para ellos –elaborar un cuestionario y contestar el de otros estudiantes-, les han permitido consolidar los contenidos de ese apartado de la asignatura.
El primero de ellos tiene que ver con la temática: quizá por falta de entendimiento entre los profesores, o por dificultades de los alumnos para buscar tantas preguntas en un apartado breve del temario, se acabaron incluyendo aspectos ajenos a las revoluciones inglesas. Se trata de una cuestión fácil de solucionar pues, o bien se hace hincapié en la necesidad de ceñirse a lo acordado, o bien se amplía la temática para que sea más sencillo encontrar preguntas.
El segundo problema se dio únicamente en mis dos grupos, no en los de los otros docentes (que yo sepa). Al tratar de centralizar, de hacer pasar por mi supervisión, los cuestionarios realizados por los alumnos, terminé por generar un sistema muy rígido de trabajo. En lugar de eso, tal vez debí haber formado grupos que, por su cuenta, elaboraran sus propios Kahoots. Mi impresión es que ha sido justamente la fase de elaboración la que menos les ha servido para consolidar sus conocimientos.
El tercer y último error tiene que ver con lo que podríamos denominar “empacho de kahoots”. La participación de siete grupos de 1º de bachillerato y 4º de ESO, puso a disposición de cada una de mis dos clases un total de seis cuestionarios (realizaron todos menos el que habían confeccionado ellos mismos, como es lógico). En mi ingenuidad, realicé todos en una única sesión, por lo que, al final, ya respondían por inercia. En definitiva, el exceso llevó a cierto aburrimiento, a la pérdida de la ilusión por algo que se había vuelto rutinario.
Para otra ocasión, la solución a esta última problemática será distribuir los kahoots en varias sesiones. Es más, creo que eso será más eficaz a la hora de repasar los contenidos del tema, pues en lugar de un repaso haremos varios gracias a los distintos cuestionarios.
Hoy hemos completado la tercera semana de proyecto flipped learning con itinerario libre y abierto en la Historia del Mundo Contemporáneo de 1º de Bachillerato. Lo cierto es que, teniendo en cuenta las dificultades con las que se ha tenido que lidiar -véase la entrada Seguimos aprendiendo en Henri Irénée Marrou– los resultados son bastante satisfactorios.
Buena parte de esas tareas se han basado en el contenido de los siete vídeos obligatorios elaborados hasta la fecha. A esto hemos de añadir la posibilidad de consultar los materiales opcionales que el profesor pone a su disposición.
Contra todo pronóstico, a pesar de las múltiples ocupaciones de estos días, he logrado que tengan acceso a seis fragmentos de películas con sus correspondientes comentarios históricos, así como a once textos relacionados con el Antiguo Régimen, las revoluciones inglesas del XVII y la Independencia de los EE.UU. Todo eso puede consultarse aquí.