Tercer acto: la derrota en el último momento


“A pesar de todo, en la historia rusa nunca hubo una reunión tan trágicamente agitada como aquella en la que, con la ajustada mayoría del comité ejecutivo central y literalmente con llanto y crujir de dientes, finalmente se aprobó la paz de Brest-Litovsk”.El avance Alemán no dejó a los bolcheviques más remedio que escoger entre dos opciones: aceptar las condiciones de paz o continuar la guerra.

Lenin era partidario de la primera opción; y Trotski, en virtud del pacto al que habían llegado meses antes, estaba dispuesto a apoyarle. No obstante, en el seno del partido existía una gran división. Hoy sabemos que se impuso la idea del líder bolchevique por un extrecho margen; Lenin no quería convertirse en otro Kerenski. La paz le había llevado al poder, y sabía que abandonarla le podía costar muy caro a la recién nacida revolución.

Bibliografía:

[1] El pacto con el diablo; Sebastian Haffner – Barcelona – Destino – 2007.

[2] Los siete pecados capitales del Imperio Alemán en la Primera Guerra Mundial; Sebastian Haffner – Barcelona – Destino – 2006.

[3] Historia Universal Contemporánea II; Javier Paredes (Coord.) – Barcelona – Ariel – 2004.

[4] La guerra del mundo: los conflictos del siglo XX y el declive de occidente (1904-1953); Niall Ferguson – Barcelona – Debate – 2007.

[5] La Primera Guerra Mundial; Hew Strachan – Barcelona – Crítica – 2004.

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