Las preguntas de cada día: ¿qué comer?, ¿dónde dormir?


El tercer capítulo de El desempleo de masas en la Gran Depresión. Palabras, imágenes y sonidos se ocupa de dos cuestiones fundamentales en la vida de toda persona: la alimentación y la vivienda. En este epígrafe, el profesor Díez Espinosa se sumerje en la realidad cotidiana referida a esos dos aspectos del desempleao. Y lo hace, como hasta ahora, apoyándose en fotografías, canciones, testimonios, literatura y estadísticas oficiales. Todo este material le sirve al autor para describir la cara más miserable de la Gran Depresión. Él mismo divide en dos grandes apartados el capítulo: el referido a la alimentación –“Cuando el estómago vacío es un problema”-, y el que aborda la cuestión de la vivienda –“Un techo y cuatro paredes donde cobijarse”-. En los próximos días dedicaremos un artículo a cada uno de ellos. No obstante, en esta introducción vamos a comentar las cuatro fotografías con las que Díez Espinosa ilustra su trabajo; tres se refieren al “¿qué comer?”, y una al “¿dónde dormir?”. En la página ciento dieciocho del libro –primera de el tercer capítulo- nos encontramos con una fotografía de Dorothea Lange realizada en el año 1933. Bajo la imagen se puede leer: “El rostro del desempleo y de la miseria en San Francisco”. Un hombre de aspecto descuidado, y tal vez algo entrado en años, apoya sus brazos en una barandilla de madera.

Entre ellos sostiene un vaso metálico; recipiente que, seguramente, utiliza a la hora de comer. Al parecer lo lleva todo encima; no tiene hogar, y tampoco parece bien alimentado. Sus ojos están ocultos bajo un sombrero viejo y sucio. A su alrededor se agolpan otras personas; quizás también desempleados. Sin embargo, todos parecen tener mejor aspecto. Unas páginas más adelante –ciento veintitrés- tenemos una fotografía de Walter Ballhause perteneciente a la serie Un día en la vida del desempleado Karl Döhner. En ella podemos ver a una familia compuesta por tres personas: un hombre –el desempleado Karl Döhner-, su mujer, y un niño que seguramente no supere los dos años. Están comiendo sopa en su vivienda, cuya decoración y mobiliario es a primera vista muy pobre. El pie de foto dice así: El hambre en la mesa del desempleado Karl Döhner. El reparto de la sopa popular en un local de Washington es el objeto de la fotografía que encontramos en la página ciento treinta y ocho. Cinco desempleados y un cocinero intervienen en la escena. Los primero forman una fila para recibir su alimento, mientras el segundo, con un cucharón en la mano derecha, se encarga de distribuirlo. Sus rostros son los del desempleo y el hambre: delgados, con la mirada perdida, despeinados, sin esperanza… El local en el que se encuentra tiene muy poca luz, así que sus sombras se proyectan al fondo de la escena. Bajo la misma puede leerse: “Reparto de la sopa popular entre los desempleados de Washington. Administración para el Progreso de los Trabajos Públicos. Año 1936”. “Una cuerda garantiza la estabilidad y el descanso nocturno de los desempleados”. Esta es la frase que encontramos bajo la última fotografía del capítulo tercero. Abandonamos la cuestión del “¿qué comer?” para abordar en imágenes el “¿dónde dormir?”. Cinco hombres sin techo descansan con las cabezas apoyadas en una cuerda que cumple la función de barandilla. Sus brazos culgan también de la misma.

Bibliografía:

[1] El desempleo de masas en la Gran Depresión. Palabras, imágenes y sonidos; José Ramón Díez Espinosa – Valladolid – Universidad – 2006.

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