Unidad 6. El final de la Edad Media en la Peninsula Ibérica


VÍDEOS DE CARÁCTER OBLIGATORIO


Castilla y Aragón durante los siglos XIII y XIV
Economía y sociedad en la Corona de Castilla
Economía y sociedad en la Corona de Aragón

Cultura y arte peninsular en la Baja Edad Media

Castilla y Aragón en los siglos XIII y XIV


Clase pensada para alumnos de 2º de ESO dentro de una experiencia de flipped learning. En este vídeo, en concreto, se aborda la evolución política de los reinos cristianos en los siglos finales de la Edad Media. Esta información se complementa con el desarrollo económico de Castilla y Aragón, así como un último vídeo sobre la cultura y el arte en esos territorios.

 

Describe las grandes etapas y las causas generales que conducen al mapa político de la península Ibérica al final de la Edad Media


DECIMOSEGUNDO ESTÁNDAR DEL TEMARIO QUE, DE ACUERDO CON LO ESTIPULADO POR LA CONSEJERÍA DE EDUCACIÓN DE CASTILLA Y LEÓN, PODRÁ SER OBJETO DE EXAMEN EN LA EBAU, ANTIGUA SELECTIVIDAD.

A la hora de abordar el análisis de un marco cronológico tan amplio –desde el año 711 hasta el final del siglo XIII- podemos considerar la existencia de tres grandes etapas: el periodo de formación de los reinos cristianos, su primera expansión y el proceso de Reconquista. A su vez, teniendo en cuenta la existencia de distintas entidades territoriales, nos ha parecido conveniente distinguir los núcleos cantábricos (occidentales) de los pirenaicos (orientales).

La primera etapa se inició cuando, tanto en la cordillera Cantábrica como en los Pirineos, la resistencia de los cristianos logró frenar el avance musulmán. Una vez alcanzado ese objetivo, se formaron los siguientes núcleos de resistencia cristiana:

  • En la parte occidental se formó el reino Astur, constituido tras la victoria del noble visigodo Pelayo en la batalla de Covadonga (722). Esta nueva entidad política, que más tarde dio lugar al reino Asturleonés y al reino de León, reivindicó la herencia del antiguo reino de Toledo.
  • En la zona oriental, entre el Ebro y los Pirineos, el emperador Carlomagno fundó la Marca Hispánica, que será encomendada a diversos condes francos y autóctonos. Posteriormente, durante los siglos IX y X, navarros, aragoneses y catalanes se irán independizando progresivamente de los reyes francos.

Nuestro análisis de la segunda etapa, situada cronológicamente en torno a los siglos X y XI, se centrará en las dos entidades políticas más importantes del territorio cristiano de la época. La primera de ellas es el reino asturleonés, que bajo el monarca Alfonso III inició la expansión hasta el Duero hacia el año 900. Además, en la frontera oriental de este reino apareció el condado de Castilla, que terminaría de alcanzar su independencia bajo el gobierno del conde Fernán González.

La segunda entidad política de interés en este segundo periodo fue el reino de Pamplona. Destacó, sin lugar a dudas, el gobierno del rey Sancho III el mayor, quien logró unificar bajo su mandato los territorios de Castilla, León y Aragón, además de su propio reino.

A partir del siglo XI, coincidiendo con la desintegración del Califato de Córdoba y el advenimiento de los reinos de Taifas, los cristianos iniciaron un rápido proceso de expansión que constituye el núcleo del proceso de Reconquista. Este fue protagonizado, en la parte occidental, por la Corona de Castilla y, en la oriental, por la Corona de Aragón. A continuación resumiremos por separado la expansión de cada una de ellas:

  • A medidos del siglo XI, el rey Fernando I, que había logrado unificar León y Castilla bajo su poder, se hizo con el dominio de toda la cuenca del Duero. Eso permitió a su sucesor, Alfonso VI, tomar Toledo en el año 1085, situándose así la frontera en el río Tajo. Más de un siglo después, en la decisiva batalla de las Navas de Tolosa (1212), Alfonso VIII derrotó a los almohades, abriendo así la posibilidad de tomar el valle del Guadalquivir. Esta tarea correspondió a Fernando III, quien en 1230 había logrado unificar nuevamente los reinos de León y Castilla. Entre 1236 y 1248 este monarca conquistó Jaén, Córdoba, Sevilla y Murcia, a lo que habría que añadir la consolidación de su dominio sobre Extremadura.
  • La Corona de Aragón también inició su proceso de expansión entre mediados del siglo XI y principios del XII, siendo la conquista de Zaragoza en 1118 el hito más importante de esos años. Ahora bien, las principales campañas militares contra los musulmanes se llevaron a cabo en el siglo XIII, bajo el reinado de Jaime I el Conquistador. Este ocupó las islas Baleares en 1230 y Valencia en 1238. Con estas nuevas conquistas, la Corona pasó a estar integrada por cuatro territorios: Aragón, Cataluña, Valencia y Baleares.

BIBLIOGRAFÍA:

  1. Historia de España 2 – Editorial Anaya.
  2. Historia de España – Editorial Vicens Vives.
  3. Breve historia de al-Ándalus; Ana Martos Rubio – Nowtilus.
  4. Historia de España de la Edad Media; Vicente Ángel Álvarez Palenzuela – Ariel.

Describe la evolución política de al-Ándalus


DÉCIMO ESTÁNDAR DEL TEMARIO QUE, DE ACUERDO CON LO ESTIPULADO POR LA CONSEJERÍA DE EDUCACIÓN DE CASTILLA Y LEÓN, PODRÁ SER OBJETO DE EXAMEN EN LA EBAU, ANTIGUA SELECTIVIDAD.

En el año 711, aprovechando la división existente en el seno de la nobleza visigoda, el lugarteniente del territorio de Ifriquiya, Tariq ibn Ziyad, desembarcó en territorio peninsular con siete mil hombres de armas, a los que poco después se unieron otro cinco mil. Con ellos derrotó al ejército visigodo en la batalla de Guadalete, donde perdió la vida el propio rey Rodrigo. Esa victoria musulmana fue seguida de un nuevo desembarco, protagonizado en esta ocasión por Musa ibn Nusayr, y por el avance en dirección a Toledo y posterior hacia Zaragoza.

Una vez consolidadas sus conquistas, Tariq y Musa se trasladaron a Damasco, capital del Califato Omeya, en el 714. Como gobernador del territorio peninsular, conocido en adelante con el nombre de al-Ándalus, dejaron a Abd al-Aziz, quien adoptó el título de emir. A partir de entonces, a pesar de las derrotas de Covadonga (722) y Roncesvalles (732), los musulmanes controlaron la inmensa mayoría de la Península, que se convirtió en un emirato dependiente (provincia) del gran Imperio Islámico.

Sin embargo, tras la rebelión de los abasíes en oriente (750), el omeya Abd al-Rahman logró que sus partidarios le introdujeran en al-Ándalus. Una vez allí, logró hacerse con el control del territorio peninsular e independizarlo del Califato Abasí en el año 756. Se iniciaba entonces un nuevo periodo en la historia de la España musulmana: el Emirato independiente. Esta situación, caracterizada por autonomía política y el reconocimiento de la autoridad religiosa del califa de Bagdag, tocó a su fin en el 929. En esa fecha, el emir Abd al-Rahman III se proclamó califa, por lo que asumía ambos poderes, el político y el religioso.

La desintegración del nuevo califato comenzó a gestarse a finales del siglo X, cuando a Hisham II, nieto de Abd al-Rahman III, no le quedó más remedio que someterse a la dictadura de su visir al-Mansur. La muerte de este caudillo militar en el año 1002 abrió en al-Ándalus una larga etapa de fragmentación y disputa que conocemos con el nombre de Fitna. Finalmente, el Califato de Córdoba terminó por desaparecer en el año 1031, quedando en su lugar un mosaico de pequeños y débiles reinos, llamados Taifas.

Tras la conquista de Toledo por parte de Alfonso V en el 1085, los reinos de Taifas, conscientes de su debilidad, decidieron solicitar la ayuda de un importante poder que había surgido en el norte de África: los almorávides. Estos desembarcaron en al-Ándalus, unificaron bajo su mando los distintos reinos musulmanes y derrotaron a los cristianos en la batalla de Sagrajas (1086). Pero su poder entró en decadencia a mediados del siglo XII, lo que llevó a la aparición de los segundos reinos de Taifas y, por consiguiente, a la reanudación del avance hacia el sur de los cristianos.

En el último tercio del siglo XII, ante la intensificación del avance de los reinos del norte, los musulmanes de al-Ándalus recurrieron a un nuevo pueblo norteafricano, los almohades. Durante un tiempo estos lograron restablecer el equilibrio militar en la Península, e incluso infringieron una importante derrota a los cristianos en Alarcos (1195). Ahora bien, la batalla de las Navas de Tolosa (1212) cambió el curso de los acontecimientos. La victoria de los reinos del norte llevó a la desintegración del poder almohade y a la aparición de un tercer periodo de reinos de Taifas.

A partir de entonces el avance de Portugal, Castilla y Aragón apenas se detuvo a lo largo del siglo XIII, quedando únicamente el reino Nazarí de Granada como último vestigio del poder musulmán en la Península. Finalmente, como consecuencia de las campañas militares llevadas a cabo por los Reyes Católicos desde 1482, también este territorio cayó en manos cristianas en 1492.

ESTRUCTURA DEL VÍDEO:

  • 0:37. El Emirato Dependiente.
  • 1:09. El Emirato Independiente.
  • 1:39. El Califato de Córdoba.
  • 2:04. Los Reinos de Taifas.
  • 2:25. Los almorávides.
  • 2:44. Los almohades.
  • 3:16. El Reino de Granada.

BIBLIOGRAFÍA:

  1. Historia de España 2 – Editorial Anaya.
  2. Historia de España – Editorial Vicens Vives.
  3. Breve historia de al-Ándalus; Ana Martos Rubio – Nowtilus.

DIAPOSITIVAS DEL VÍDEO:

Las etapas de la Reconquista


Con el fin de sintetizar el temario de 2º de Bachillerato, he elaborado una serie de vídeos breves sobre la historia de España desde Atapuerca hasta la Transición. Por tanto, el objetivo no es abordar los contenidos en su totalidad, sino establecer una serie de pautas que permitan ampliar la información en el aula, ya sea con explicaciones del profesor o trabajo individual y grupal de los alumnos.

Este vídeo pertenece a la tercera unidad didáctica y está dedicado a la explicación de las distintas fases del proceso de reconquista. Esta información se complementa con una serie de clases sobre el origen de los reinos cristianos medievales, los métodos de repoblación del territorio y la cultura y el arte de la época.

 

Los reinos de taifas y los imperios norteafricanos


Con el fin de sintetizar el temario de 2º de Bachillerato, he elaborado una serie de vídeos breves sobre la historia de España desde Atapuerca hasta la Transición. Por tanto, el objetivo no es abordar los contenidos en su totalidad, sino establecer una serie de pautas que permitan ampliar la información en el aula, ya sea con explicaciones del profesor o trabajo individual y grupal de los alumnos.

Este vídeo pertenece a la segunda unidad didáctica y aborda la crisis del Califato de Córdoba y la aparición de los reinos de taifas. También se explica el origen y desarrollo del dominio del territorio andalusí por parte de los almorávides y los almohades. Esta información se complementa con una serie de clases sobre la conquista musulmana y el califato de Córdoba, la economía y la sociedad andalusí y la cultura musulmana de ese periodo.

 

 

Presentación: el final de la Edad Media en la península Ibérica


Durante el curso 2015-2016 elaboré este Prezi para explicar en 2º de ESO las últimas décadas de la Edad Media en España. Posteriormente he realizado algunos ajustes que me han servido para ponerlo de fondo en algunos de los vídeos sobre esa materia. Para consultar la presentación haz click aquí.

 

Al-Ándalus a partir del siglo XI

Clase pensada para alumnos de 2º de ESO dentro de una experiencia de flipped learning. En los siguientes diez minutos de vídeo se explica la evolución política de la España musulmana tras la desaparición del Califato de Córdoba. Es decir, se aborda la cuestión de los Reinos de Taifas, las invasiones de los pueblos norteamericanos -almorávides y almohades- y el esplendor del Reino Nazarí de Granada. Esta información se complementa con un primer vídeo dedicado a los reinos de León y Castilla, otro sobre la formación de la Corona de Aragon y una última clase centrada en la cultura y el arte peninsular de los siglos XI y XII.

La expansión territorial de León y de Castilla

Clase pensada para alumnos de 2º de ESO dentro de una experiencia de flipped learning. En este vídeo se aborda la expansión de los reinos de León y de Castilla durante los siglos XI y XII. A su vez, se explica con detalle el proceso de unificación de ambas entidades políticas. Esta información se complementa con un segundo vídeo dedicado a la expansión de la Corona de Aragón, otro sobre la cultura cristiana medieval de la península Ibérica y una última clase centrada en la España musulmana de la época (almorávides, almohades y reino de Granada).

La evolución del poblamiento en Vizcaya

Esta entrada forma parte de un conjunto de artículos sobre las villas vascas en la Edad Media. Para leer los restantes textos dedicados a esta cuestión, haz clic aquí.


En los comienzos del proceso urbanizador de Vizcaya, los principales núcleos de población se concentraron entre las rías del Nervión y de Guernica. También destacó notablemente en ese aspecto el Duranguesado.

Fue este un fenómeno de progresivo traslado de gentes desde los montes a los valles. Estos grupos humanos se vieron atraídos por la seguridad y prosperidad económica que ofrecían esos emplazamientos. Su asentamiento en estos territorios marcó también el inicio de la transformación familiar: de la familia extensa a la nuclear.

Entre el año 1200 y el 1300 el cambio económico, social y de poblamiento se consolidó.

Factores como la incorporación a la Corona de Castilla, la creación física del señorío de Vizcaya, y el desarrollo económico, mercantil y demográfico, facilitaron notablemente este proceso. Este fenómeno iniciado en un pequeño espacio de Vizcaya al amparo de los monasterios y de sus propiedades era una realidad a comienzos del siglo XIV.

Estos mismos edificios religiosos se habían convertido en las parroquias de las distintas villas; y los límites entre las propiedades de las distintas comunidades religiosas en fronteras de influencia de los grupos urbanos colindantes. La propiedad conventual vizcaína sirvió como base para la formación de las grandes agrupaciones de población; grupos humanos que, en un principio, se acogieron a la autoridad del monasterio. Sin embargo, poco a poco, el protagonismo pasó de los religiosos al monarca, y del trabajo de la tierra del señorío eclesiástico a las nuevas rutas comerciales.

Nos adentramos por fin en la cuestión comercial, clave tanto para el desarrollo económico como urbanístico de Vizcaya.

Si ya en los siglos anteriores la existencia de la ruta jacobea había facilitado el desarrollo mercantil y urbano, fruto de unas mejores y más constantes comunicaciones, a partir del siglo XIII esa tendencia se intensificó. El eje Este-Oeste fue sustituído por el Norte-Sur, que comunicaba la Meseta con el mar.

Esto fue notablemente beneficioso para el territorio vizcaíno –también para el guipuzcoano-, que se convirtió en lugar de paso en las rutas comerciales entre Castilla y el Cantábrico. La industria lanera y textil castellana encontró los mercados británicos abiertos a absorver buena parte de su producción. Sin duda, este comercio fue favorecido por la buena relación existente entre el reino peninsular –especialmente en tiempos de Alfonso VIII- e Inglaterra.

De esta manera, los puertos del mar Cantábrico –a nosotros nos interesan solo los vascos- se convirtieron en puntos fundamentales de esa relación comercial.

Esas villas crecieron y se desarrollaron, pero también lo hicieron aquellas que ocupaban un lugar estratégico en las rutas terrestres que conducían de la Meseta al mar. Por tanto, el poderío de la economía castellana -reino que consolidaba poco a poco su hegemonía peninsular- y el antecedente pesquero de las gentes de esos puertos vascos, permitieron a las villas del mar lanzarse al comercio con Inglaterra.

Sin embargo, no sólo Castilla colocaba sus productos en los mercados británicos. La industria ferrona vizcaína experimentó un importante auge gracias a estas nuevas rutas marítimas y terrestres. Podríamos decir de una manera poco precisa que ayudaron a promocionar el hierro de Vizcaya.

Este cambio de los flujos mercantiles tuvo, como es lógico, importantes consecuencias para el desarrollo de las villas vizcaínas. Algunos de esos núcleos de población mantuvieron su importancia a pesar de la modificación de las rutas comerciales. Es decir, vieron confirmada la preeminencia que sobre sus respectivas comarcas le otorgó en su día el Camino de Santiago. No obstante, tampoco faltaron los agrupamientos humanos antiguos a los que esta transformación perjudicó notablemente.

Por último, hemos de citar el nombre de algunas de las villas surgidas al calor de las rutas comerciales que llevaban de la Meseta al mar.

Hablamos básicamente de lugares como Valmaseda, Orduña, Bermeo, Plencia, Durango, Ochandiano, Bilbao, Ermua y Lanestosa. Todos ellos estaban situados en puntos estratégicos que unían las villas del mar –bien fuesen cántabras o vascas- con poblaciones del interior como Vitoria, Burgos o Logroño.

De esta manera, Valmaseda aparecería vinculada a la circulación mercantil entre Burgos y Castro-Urdiales; Lanestosa sería un paso montañoso importante entre la ciudad del Cid y Laredo; y las demás se situarían apoyando las rutas de la Rioja y Álava con el mar. Tan sólo Ermua se mantuvo al margen de toda esta estructura viaria; su importancia y supervivencia se debió exclusivamente a la actividad ferrona.