2º de ESO


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Clases de Historia [2º de ESO]


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1º de Bachillerato


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Clases de Historia [1º de Bachillerato]


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Clases de Historia [2º de Bachillerato]


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La Revolución Rusa: recreación epistolar


El centenario de los acontecimientos de 1917 sirvió como excusa para elaborar, a finales del segundo trimestre, una serie de trabajos que pretendían reflejar la correspondencia entre los soldados y sus familiares durante la Primera Guerra Mundial  y la Revolución Rusa.

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En la actividad se implicaron un total de seis alumnos de la asignatura de Historia del Mundo Contemporáneo de 1º de Bachillerato. Estos, durante tres sesiones de clase y trabajando por parejas, trataron de recrear las cartas que se intercambiaban las personas destinadas en el frente de guerra con sus seres queridos. Para esto era imprescindible que los últimos se situaran en San Petersburgo o Moscú; es decir, en los principales escenarios de la Revolución Rusa.

Si bien tenían libertad a la hora de caracterizar a los personajes, se les insistió que debían respetar la realidad histórica del conflicto bélico y del proceso revolucionario.

 

En el caso de los combatientes, las cartas debían hacer referencia a campañas militares concretas, respetando en todo momento su cronología y espacio geográfico. De igual manera, se valoraba positivamente que supieran reflejar la realidad de la vida de los soldados durante la Primera Guerra Mundial.

Las mismas condiciones debían cumplirse para las personas de la retaguardia: los acontecimientos revolucionarios narrados debían ser verídicos, así como reflejar su espacio y tiempo.

Se trataba, en definitiva, de contar ambos acontecimientos históricos utilizando como medio una correspondencia inventada.

Además de exigirles una labor de investigación relativamente sencilla, pienso que la elaboración del trabajo ha supuesto añadir un granito de arena a una de mis obsesiones del curso: el desarrollo de la competencia lingüística a través de la expresión escrita.

 

 

#MujeresHistóricas, una experiencia interdisciplinar


En mayo de 2016, poco más de cincuenta alumnos de secundaria iniciaban una actividad de aprendizaje en 140 caracteres. Con el hashtag #RenacimientoCigales pretendía acercarles al arte de los siglos XV y XVI de una manera novedosa y, al mismo tiempo, trabajar cinco de las competencias clave: lingüística, digital, social y cívica, emprendedora y cultural.

Me sorprendió, no obstante, el entusiasmo que durante esos días mostraron los participantes.

Al terminar el 18 de mayo, comprendí que merecía la pena volver a vivir esa experiencia. De ahí que, a lo largo del curso 2016-2017 se pusiera en marcha #ÉpocaDeRevoluciones, #ArteMedieval y #MujeresHistóricas.

Cada uno de esos proyectos ha añadido algo al anterior, de tal modo que puede decirse que estamos ante algo vivo. Es decir, no se tratan de meras repeticiones, sino que se extraen conclusiones, se corrigen errores y se introducen mejoras.

La apertura a la colaboración y a la Universidad

Aunque he analizado estos dos proyectos en otras entradas de este blog, me gustaría detenerme en las que, a mi juicio, son las principales aportaciones de #ÉpocaDeRevoluciones y #ArteMedieval.

El primero abrió las puertas a la colaboración; es decir, dejó de ser una actividad de un solo docente –y, por tanto, un único centro- para convertirse en una trabajo conjunto de Vicente Alemany, Isabel García-Velasco, Virginia Capilla y un servidor.

Desde nuestro claustro virtual en Twitter, coordinamos un proyecto con más de un centenar de alumnos de 1º de Bachillerato.

Por su parte, #ArteMedieval permitió incluir, gracias a la colaboración de Jesús Vélez, a alumnos del Grado de Educación de la Universidad de Cádiz como co-evaluadores del proyecto. Esa cuestión, unida al crecimiento del número de participantes –casi trescientos alumnos-, fue la gran aportación de la actividad que realizamos a mediados de enero.

Transversalidad e interdisciplinariedad

Como ya he indicado más arriba, el contenido de los párrafos anteriores puede leerse, de forma más detallada, en las entradas que he dedicado a #RenacimientoCigales, #ÉpocaDeRevoluciones y #ArteMedieval. Sin embargo, los párrafos que de aquí en adelante dedicaré a #MujeresHistóricas son totalmente novedosos.

El primer problema al que nos enfrentábamos en el inicio del proyecto era la diversidad existente entre los participantes. La fusión de dos claustros virtuales –el de #ÉpocaDeRevoluciones y el de #ArteMedieval-, unida a la incorporación de más profesores, algunos de ellos de asignaturas ajenas a las Ciencias Sociales, dificultaba notablemente la elección del tema a trabajar.

Fue entonces cuando decidimos buscar un hashtag transversal e interdisciplinar; es decir, capaz de amoldarse a cualquier materia y nivel educativo.

Este surgió en medio de una tormenta de ideas en el claustro, así como de un intenso debate. Después todo se coordinó a través de un documento compartido en Google Drive y la actividad, a pesar de algunos errores que cometimos, fue todo un éxito.

No en vano, participaron de manera coordinada –eso quizá sea lo más importante- más de quinientos alumnos y doce centros educativos. El entusiasmo y motivación de los estudiantes volvió a ser llamativo y no se perdieron otras conquistas de proyectos anteriores, como el trabajo de las competencias o la colaboración de los universitarios.

Además, aunque esto no pase de ser anecdótico, volvimos a ser una de las principales tendencias a nivel nacional en la red de los 140 caracteres.

 

#DifundeHistoria: proyectos en Twitter


En mayo de 2016 puse en marcha una actividad en la red social de los 140 caracteres que, con el tiempo y la colaboración de otras muchas personas, ha ido tomando fuerza poco a poco. No en vano, en cada nueva edición hemos ido aumentando el número de participantes y nuestra repercusión en Twitter. Además #DifundeHistoria ha sido finalista de los premios Espiral-Fundación Base y del III Congreso Europeo de Flipped Classroom 2017.

Ahora bien, lo realmente importante de esta iniciativa es que cada versión incluye novedades y mejoras con respecto a la anterior; se trata, en definitiva, de un proyecto vivo. Las personas que nos implicamos en él no buscamos únicamente repetir una experiencia, sino mejorarla a partir de las conclusiones que hemos sacado en ediciones anteriores.

Esa cuestión, así como las competencias y destrezas que se trabajan, pueden comprobarse en los siguientes enlaces, que llevan a la explicación de los proyectos realizados hasta la fecha. En ellos también se tiene acceso al método de trabajo y evaluación de la actividad.

Twitteando el #Renacimiento 
Proyecto intercentros #ÉpocaDeRevoluciones
Twitteando el Arte Medieval
#MujeresHistóricas, una experiencia interdisciplinar
#SomosArte, la historia en hilos

#Versalles100. Conmemorando un centenario en las redes sociales

 

Trabajando co-evaluación y competencias con #ÉpocaDeRevoluciones


Una vez superada la «resaca» de #ÉpocaDeRevoluciones, creo que es buen momento para analizar con detenimiento algunos de las aspectos fundamentales del proyecto. Quizá dedique varias entradas de esta bitácora a la cuestión, sin embargo hoy me gustaría detenerme en dos aspecto concretos: las notas de los alumnos y la utilidad real de la actividad.

Rúbrica y evaluación entre iguales

Han sido muchos los que, a lo largo de estas dos últimas semanas, me han preguntado cómo qué criterios iba a seguir para calificar a mis alumnos. Pues bien, como primera respuesta, basta con observar la imagen que encabeza este texto para descubrir en ella la rúbrica que he utilizado.

Sin embargo, el método de evaluación no terminaba ahí. Es frecuente que, cuando se divide a los alumnos en grupos para trabajar un tema, hay unos que llevan el peso y otros que se aprovechan de ese esfuerzo para dedicarle menos tiempo a la tarea. Con el fin de ser más justos en ese aspecto, desarrollo desde hace unos años un sistema de co-evaluación que, hasta la fecha, me ha dado muy buenos resultado.

En el fondo consiste en que cada alumno pone nota a todos y cada uno de los miembros del grupo, de tal modo que puede hablarse de una evaluación entre iguales. Los pasos a seguir para llevarlo a cabo son los siguientes:

  1. El profesor pone una nota al grupo (por ejemplo un 7).
  2. La nota se multiplica por el número de miembros (en #ÉpocaDeRevoluciones eran grupos de 3, así que tendríamos 21 puntos: 7×3).
  3. Cada alumno, en privado, distribuye esos 21 puntos entre los miembros del equipo.
  4. Una vez terminada la co-evaluación, el docente hace la media de cada estudiante y la coteja con las anotaciones que él mismo ha realizado en el aula para sacar la nota final.

Del último de esos puntos es importante aclarar una cuestión. Aunque #ÉpocaDeRevoluciones se desarrolló durante tres días de 18:00 a 21:00, parte de la actividad tuvo lugar los días previos en el aula. En ese tiempo los alumnos se distribuyeron las tareas, crearon el perfil del grupo en Twitter, buscaron información, programaron contenidos… todo ante la mirada del profesor, que se dedicó a resolver dudas y a apuntar todas las actitudes que le llamaron la atención. Eso explica que, una vez recibidos los resultados de la evaluación entre iguales, este pueda modificarlos levemente con las notas que ha tomado esos días.

Trabajando las competencias clave

Una de las críticas más comunes a #ÉpocaDeRevoluciones está relacionada con los contenidos. No son pocas las personas que ponen en duda el aprendizaje que se pueda derivar de esta actividad; unas lo dicen y otras, por educación o timidez, solo lo piensan. Es más, a veces son los propios alumnos los que, a pesar de calificar positivamente la actividad, consideran que han aprendido poco sobre la Guerra de Independencia de los EE.UU. y la Revolución Francesa.

Mi respuesta está en las competencias clave, presentes en nuestra actual ley de educación. En concreto, en cinco de ellas. No obstante, con el fin de abrir una reflexión antes de entrar a la forma como se ha trabajado cada una de ellas, cabe plantearse si dos semanas después de un examen de historia los alumnos recuerdan más de un 25% de lo estudiado.

No seré yo quien menosprecie el valor de los contenidos, pero es evidente que la memoria humana tiene sus límites. Por ese motivo, considero que el bagaje histórico-cultural que reciben debe ir acompañado del aprendizaje de unos instrumentos que, a la postre, les permitirán desenvolverse con mayor fluidez en el mundo que les rodea, en sus estudios y en el futuro laboral que les espera.

Dicho esto, vamos a analizar una a una las competencias clave trabajadas en #ÉpocaDeRevoluciones:

  1. Digital; por el entorno en el que se desarrolla el proyecto (Twitter), está fuera de toda duda el trabajo de esta competencia. A esto hemos de añadir la labor previa de búsqueda de información en la red, así como el uso de soportes como ordenadores, tabletas y teléfonos móviles.
  2. Conciencia y expresiones culturales; esta competencia se ha trabajado desde una doble perspectiva. Por una parte la comprensión de la cultura occidental desde el campo de la construcción del sistema político democrático, los derechos humanos y las libertades. Por el otro, a través de las obras de arte que, de un modo u otro, han inmortalizado esos procesos históricos.
  3.  Sentido de iniciativa y espíritu emprendedor; cada uno de los grupos debía obtener la máxima repercusión en Twitter a través de una cuenta creada ex novo para la actividad. Con el fin de alcanzar objetivo debían poner en marcha todo su ingenio, recursos e imaginación. En definitiva, aspectos que están íntimamente relacionados con esta competencia.
  4. Social y cívica; la búsqueda de colaboradores -seguidores, personas que usen el hashtag o que les mencionen- requería el desarrollo de sus habilidades sociales.
  5. Lingüística; esta competencia se trabajo de dos formas. En primer lugar transformando la información que obtenían hasta construir una frase de 140 caracteres con pleno sentido gramatical. Y, en segundo término, construyendo mensajes privados correctos y sugerentes capaces de convencer a usuarios de Twitter para que les ayudaran.