Profetas de paz, profetas de guerra

Esa fue, en esencia, la postura del laborismo de Rabin y Peres, la que primó en las conferencias de Madrid de 1991 y la Casa Blanca en 1993 (donde, a partir de los principios de Oslo, se creó la Autoridad Palestina). ese fue, sobre todo, el espíritu que Ehud Barak llevó a Camp David y la propuesta que los representantes de ambos bandos estaban a punto de consolidar en las negociaciones de Taba, Egipto, en el año 2001. (En ellas se había pactado la devolución del 96 por ciento de los territorios ocupados.) ¿Por qué fracasaron? En lo sustancial, por obra y gracia de Yasir Arafat. Fue Arafat quien inexplicablemente frustró esa solución política que habría llevado al establecimiento inmediato del Estado palestino. Fue él quien -en otro giro cruel de la dialéctica histórica- provocaría la caída estrepitosa del laborismo y prepararía el ascenso de su enemigo histórico, el torvo general Sharon. Esa decisión de Arafat evitó que lo rebasara su ala radical pero implicó necesariamente la apuesta definitiva por el terrorismo martirológico de su propio pueblo. Ésa es la otra parte de la verdad.

Varios Autores, En defensa de Israel, p. 119 y 120.

Kosova después de la guerra: el protectorado internacional II

En los primeros meses de 2001 Macedonia se convirtió en escenario de una tensión bélica que afectó ante todo a la parte septentrional de la república, colindante con Kosova. En esa tensión se daban cita dos elementos distintos: si el primero hundía sus raíces en una historia de desencuentros entre las comunidades eslava y albanesa presentes en el país, el segundo remitía a algunas secuelas del conflicto kosovar, en la forma, ante todo, de los restos de una guerrilla, el Ejército de Liberación de Kosova, que buscaba nuevas misiones.

Carlos Taibo, Guerra en Kosovo. Un estudio sobre la ingeniería del odio, p. 159.

Las caricaturas de Mahoma en Jyllands-Posten

Inmediatamente después de los atentados del 11 de septiembre de 2001, el diario francés «Le Monde» publicó un artículo en el que declaraba que «Hoy todos somos americanos». Tras el episodio de las caricaturas danesas, varios diarios europeos publicaron titulares con la leyende «Hoy todos somos daneses». Pues bien, ¿lo somos? Y si lo somos, ¿qué significa realmente, en la práctica, esa declaración? ¿Somos todos daneses ahora? Sí, en el sentido de que la libertad de expresión, acción e investigación (libertad en la que se incluyen también los resultados de las decisiones democráticas) no debe sucumbir a la violencia o a la amenaza del empleo de ésta. Pero, en ese sentido, no deben preocuparnos únicamente los grupos que actúan por motivos religiosos. Cabe aplicar el mismo principio a los activistas en defensa de los derechos de los animales que amenazan o atacan instalaciones científicas, por ejemplo.

¿Hoy somos todos daneses? Sí, si esa declaración significa también hacer frente al dogmatismo y a la intolerancia. En el contexto de la religión, de los que se trata es de enfrentarse al fundamentalismo, de no permitir que una pequeña minoría de fieles hable en nombre de la mayoría de seguidores de una confesión religiosa. Sobre los hombros de los líderes moderados de todas las religiones recae una gran responsabilidad.

Anthony Giddens, Europa en la era global, p. 173.

Sándor Kopácsi

Este texto forma parte de un conjunto de breves biografías que he elaborado sobre la Revolución Húngara de 1956. Para ver la lista completa, pincha aquí.


Sandor_Kopacsi(1922-2001) Militar de carrera, el coronel Kopácsi había sido nombrado en 1953 jefe de la policía de Budapest. Aliado de Imre Nagy, se comprometió activamente con la insurrección de otoño de 1956 y colaboró en la organización de la Milicia Nacional. Formó parte de la comisión gestora del Partido Socialista Obrero Húngaro presidida por Kádár. Procesado en 1958 como miembro del grupo de Nagy, fue condenado a cadena perpetua. La amnistía de 1963 lo dejó en libertad. En 1975 emigró a Canadá y sólo regresó a Hungría en 1989 al desplomarse el sistema socialista.

Miklós Vásárhelyi

Este texto forma parte de un conjunto de breves biografías que he elaborado sobre la Revolución Húngara de 1956. Para ver la lista completa, pincha aquí.


Miklos_Vasarhelyi(1917-2001) Periodista y militante comunista, fue colaborador de Imre Nagy contrario al sector estalinista-rákosista, lo que le costó la expulsión del Partido. En 1956 fue jefe de prensa del Gobierno de Nagy. Compañero de reclusión de éste, fue procesado y condenado a cinco años de prisión. En 1960 quedó en libertad y desde ese momento impulsó la oposición al kádárismo. Fue uno de los fundadores de la “Comisión para la Reparación Histórica”, uno de cuyos objetivos fundamentales fue la rehabilitación moral y política de los insurrectos de 1956 represaliados y condenados por el régimen comunista. Miklós Vásárhelyi perteneció a la Alianza de Demócratas Libres desde su creación en 1989 y durante la década de los noventa fue diputado en el nuevo Parlamento democrático húngaro.