¿Quieres ir bien preparado a las oposiciones de Geografía, Historia e Historia del Arte de Secundaria? Si es así, quizá te sirva el material que pongo a tu disposición. El siguiente es uno de los temas que elaboré en su momento y, aunque cada caso es distinto, al menos a mí me ayudó a sacar la plaza.
A continuación dejo como archivo adjunto un pdf con el texto del tema 45. He decidido mantener el formato de puntos que tan buen resultado me ha dado en mi estudio, pero se puede convertir fácilmente en un texto compuesto por párrafos largos. También dejo más abajo la bibliografía utilizada y, en breve, espero hacer un vídeo dedicado a esta cuestión.
Si bien solo está presente de forma marginal en el plan de estudios español, considero de vital importancia conocer la historia de Extremo Oriente. No en vano, a pesar de la distancia, esos territorios han vivido un desarrollo paralelo al de Occidente, siendo los mejores ejemplos las similitudes entre la China de los Han y el Imperio Romano. Además, las relaciones comerciales, directamente o a través de intermediarios, siempre han sido fluidas entre ambos extremos de Eurasia. Por esos y otros motivos, he iniciado la grabación de la historia de aquellos países desde la Edad del Hierro hasta la actualidad.
Este vídeo muestra la evolución política de China del 1100 a. C. a la actualidad. Si has visto la serie que hice sobre la historia del Gigante Asiático, este material es un complemento ideal. Y, si aún no lo has hecho, estás a tiempo; los enlaces están en la descripción 🉐🉐🉐
La expansión por Asia y Extremo Oriente presentó, relativamente, pocas dificultades. Además, se trató de un escenario donde las rutas del Índico cobraron gran importancia.
Mientras Francia extendía su dominio por el Sureste asiático, Gran Bretaña ocupaba Birmania y creaba un protectorado en Afganistán, con el que intentaba controlar y detener las apetencias rusas.
Con la presencia occidental en Asia fueron, sin embargo, dos imperios milenarios los que se vieron afectados en forma más espectacular e importante: China y Japón. En ambos casos, la evolución de su propia historia se vio cortada radical y dramáticamente, iniciándose un nuevo periodo que en cada uno de los casos siguió un camino muy distinto.
En China, la situación llevó a extremos especialmente tensos, ocasionando una resistencia nacional que estalló por primera vez en las llamadas Guerras del Opio.
El definitivo advenimiento de la República en 1912 se debió a los desordenes sociales y a la intervención extranjera durante el siglo XIX, hechos que erosionaron por completo a la estática e inamovible civilización.
Como a China, el encuentro de Japón con el mundo occidental en el siglo XIX fue traumático y forzado. Sin embargo, su principal efecto no fue la descomposición, sino su crecimiento y desarrollo social, político y económico.
Una transformación previsible, al imponerse Occidente sobre una sociedad equilibrada y estable.
Sobre este desarrollo económico se edificó, a su vez, un patriotismo imperialista ávido de emular los avances europeos.