La escisión de la AIT


El enfrentamiento Marx-Bakunin.

Pronto se puso de manifiesto que la Internacional estaba muy lejos de ser homogénea ideológicamente. Las delegaciones de los países más industrializados, como Gran Bretaña o Alemania, apoyaban las ideas de Marx, mientras que las de los países agrícolas (Francia, Italia, España) estaban bajo la influencia anarquista.

El enfrentamiento entre Marx y Bakunin fue el debate más fuerte y el de mayor trascendencia política.

Bakunin condenaba la participación en las elecciones y en las luchas políticas para conseguir reformas sociales. Propugnaba la abolición del Estado y no su conquista, al tiempo que se mostraba hostil ante cualquier tipo de autoridad, combatiendo, en consecuencia, al Consejo General de la AIT. Defendía el poder directo de las secciones nacionales y negaba la necesidad de un comité permanente, al que acusaba de ser dictatorial.

El estallido, en 1870, de la guerra franco-prusiana hizo entrar en crisis a la Primera Internacional:

  • En primer lugar, fracasó la propuesta internacionalista que propugnaba que los obreros de los dos bandos no debían combatir entre ellos al tratarse de una guerra burguesa.
  • En segundo lugar, el fracaso del levantamiento obrero de la Comuna de París fue un golpe muy duro para la AIT.

La Internacional fue declarada fuera de la ley, acusada de ser la instigadora de la Comuna y sus miembros fueron duramente perseguidos.

La escisión del internacionalismo.

Pero fue el agravamiento de las diferencias internas lo que dio el golpe definitivo a la AIT. En el Congreso de La Haya (1872), fueron expulsados los bakunistas de muchas secciones (belga, española, suiza e italiana), que formaron una nueva organización: Internacional Antiautoritaria. Esta tuvo una vida muy efímera, ya que celebró su último congreso en 1881.

Por otro lado, Marx, ante la persecución que sufrían en Europa la Internacional y sus miembros, decidió trasladar el Consejo General a Nueva York, hecho que provocó su lenta extinción. Además, estaba convencido de que la lucha revolucionaria del proletariado debía fundamentarse sobre un nuevo tipo de organización: los partidos obreros.

Con la ruptura de la Internacional se había consolidado la primera gran escisión del movimiento obrero entre anarquistas y marxistas.

El origen de la Asociación Internacional de Trabajadores (AIT)


La experiencia acumulada durante la primera mitad del siglo XIX, así como sus objetivos comunes, hizo ver a las organizaciones obreras de diferentes países la necesidad de fortalecer la solidaridad obrera a nivel internacional.

La celebración en Londres de una Exposición Universal (1864) sirvió para establecer lazos entre los dirigentes obreros del Continente. De esta manera, en un mitin político celebrado aquel año en Londres se acordó crear una Asociación Internacional de Trabajadores y se encargó a un Consejo General, encabezado por Karl Marx, la misión de poner en marcha la nueva organización.

La AIT estaba integrada por elementos de diversas tendencias (socialistas, anarquistas y sindicalistas) y se organizaba en federaciones por países miembros. Fue también Marx el que redactó los estatutos y el manifiesto inaugural, en el que dejó claros los dos principios básicos de la organización:

  • La emancipación de la clase obrera tenía que ser obra de los mismos trabajadores.
  • La conquista del poder político era el primer objetivo de la clase obrera para poderse liberar de su opresión económica.

Se han dado cifras muy diversas sobre cuál fue el número de afiliados que llegó a tener la Internacional. En realidad, la mayoría de los autores coinciden en señalar que su fuerza fue más moral que real y que el número de miembros fue reducido.

De todas maneras, es cierto que la organización intervino en la movilización obrera y en la preparación de huelgas y manifestaciones en muchos puntos del Continente.

El primer congreso de la AIT se celebró en Ginebra en 1866, siendo sus acuerdos más importantes los siguientes:

  • Jornada de 8 horas.
  • Supresión del trabajo infantil.
  • Mejora de las condiciones de trabajo de las mujeres.
  • Lucha contra los ejércitos permanentes.
  • Oposición a los impuestos indirectos.