El cartismo británico


Muy pronto la clase obrera se dio cuenta de la necesidad de defender sus intereses mediante un proyecto político propio. Fue también en Gran Bretaña donde, por primera vez, el movimiento obrero tomó la iniciativa de organizarse alrededor de un proyecto político, el cartismo.

En su configuración tuvo un papel importante la experiencia de los obreros de la Great at Trade Union.

La patronal británica despedía y perseguía a sus dirigentes, así que el sindicato tuvo que pasar a ser casi clandestino. En pocos meses el sindicato se hundió y sólo los obreros cualificados, sin problemas para encontrar trabajo, se mantuvieron en él.

Los obreros británicos llegaron a la conclusión de que era preciso cambiar las leyes para poder cambiar las relaciones laborales. Así pues, los obreros fundaron en 1836, la Working Men´s Association, que en 1838 publicó la Carta del Pueblo.

Entre las medidas encaminadas a democratizar la sociedad británica, los cartistas reclamaban:

  • El sufragio universal secreto e idéntico para todos los hombres.
  • Idéntica división de los distritos electorales, sueldo para los diputados.
  • Inmunidad parlamentaria.

Las peticiones hechas a la Cámara de los Comunes fueron acompañadas de huelgas y manifestaciones. Además, en 1842 se creó una Asociación Nacional de la Carta –considerado el primer partido de trabajadores-, cuyo líder era Feargus O’Connor.

El cartismo no alcanzó el éxito esperado, pero sí consiguió la reducción de la jornada laboral y la movilización y concienciación de los trabajadores.