La encrucijada serbia: entre la “Gran Serbia” y la “tercera y mínima Yugoslavia” II

El comportamiento autoritario de los serbios fue contestado permanentemente por un amplio sector de los diputados de la Asamblea de Kosovo, suspendida en sus funciones desde mediados de junio; así, el mismo día del referéndum constitucional serbio, 114 de los 180 antiguos diputados kosovares tomaron la decisión de proclamar la independencia de Kosovo con respecto a Serbia, aprobando la constitución de la “República Soberana Yugoslava de Kosovo” pero, en las circunstancias del momento, dicho acuerdo clandestino -que no pasaba de ser un gesto meramente simbólico- no fue tenido en cuenta por las autoridades de Serbia. Estas procedieron el 5 de julio a disolver la Asamblea y el gobierno kosovar, para aplicar un programa cuyo fine era la “instauración de la paz, la libertad, la igualdad y la prosperidad” en el Kosovo, de hecho, discriminatorio y  represivo de la mayoría albanesa, ya que tenía por objetivo “modificar progresivamente la estructura étnica” de la provincia. Ello no impidió que el rechazo de los grupos políticos representativos de los albaneses kosovares a la política serbia siguiera su curso, aunque clandestinamente: en septiembre de 1990 fue elaborada una Constitución para Kosovo, que convertía a la provincia en la “séptima república yugoslava”; un año más tarde, la población acudió a una consulta popular para ratificar el derecho de su nueva república a la “soberanía e independencia nacional”, proclamada el 19 de octubre de 1991, independencia que no obtuvo, sin embargo, el respaldo internacional, pues contó solamente con el reconocimiento expreso de Albania. Finalmente, el 24 de mayo de 1992, Ibrahim Rugova, dirigente de la “Alianza Democrática” de Kosovo, era elegido Presidente de la República nonata; se constituyeron a continuación un nuevo parlamento y un “gobierno en el exilio”. Sin embargo, para las autoridades serbias la contestación no dejaba de ser un puro artificio alentado exclusivamente por Albania, lo que significaba que en Serbia simplemente se ha optado por dejar reposar el problema de Kosovo, todavía pendiente de una solución definitiva.

Ricardo Martín de la Guardia y Guillermo Pérez Sánchez, Europa balcánica. Yugoslavia, desde la Segunda Guerra Mundial hasta nuestros días, p. 122

La encrucijada serbia: entre la “Gran Serbia” y la “tercera y mínima Yugoslavia”

Ante la evolución de los acontecimientos, las autoridades de la República de Serbia, con S. Milosevic al frente, y animadas y rearmadas ideológicamente por el “Memorándum” de la Academia de las Ciencias y de las Artes -documento elaborado en Belgrado en septiembre de 1986, aunque su autoría nunca fue reconocida oficialmente, y, por lo tanto, difundido de manera subrepticia-, tomaron, el 28 de marzo de 1989, la decisión de reformar la Constitución de Serbia, lo que de hecho suponía una reforma unilateral, y por tanto ilegal, de la propia Constitución Federal de 1974, para reducir a la mínima expresión el estatuto de autonomía de las provincias de Kosovo y Voividina: desde ese momento, ambas provincias, en aspectos tan sustanciales como la composición de sus gobiernos o su representación en las máximas instituciones Federales, pasaban a estar dirigidas por Serbia. El gran objetivo perseguido con dicha medida no era devolver a Serbia su antiguo prestigio y prestancia dentro de Yugoslavia; todo ello perdido, según los inspiradores del “Memorándum”, en el seno de régimen comunista de Tito, sobre todo desde la instauración de la Constitución 1974, germen del mal gobierno, de la insolidaridad de las repúblicas, y de la descomposición del Estado común. Este ataque serbio a la legalidad vigente fue rechazado radicalmente en Kosovo (poblada en un 82% por albaneses), provincia que venía solicitando desde la época de Tito un mayor autogobierno. La protesta degeneró en enfrentamientos violentos, que sólo la represión policial y el despliegue del ejército federal, pudieron zanjar.

Ricardo Martín de la Guardia y Guillermo Pérez Sánchez, Europa balcánica. Yugoslavia, desde la Segunda Guerra Mundial hasta nuestros días, p. 120-121.