Las fuerzas de oposición al zarismo


Las primeras corrientes importantes de oposición al zarismo se desarrollaron en el campo ruso hacia la segunda mitad del siglo XIX. El primer movimiento que cabe destacar fue el creado por los denominados “nihilistas”, grupo inicialmente de carácter intelectual, que posteriormente evolucionó hacia el terrorismo.

Sin embargo, el movimiento más importante en las últimas décadas del siglo fue el populismo (narodniki), que se oponía a la industrialización masiva, defendiendo la reforma de las comunidades rurales. Inspirados en el pensamiento de Bakunin, los populistas fundaron “Tierra y Libertad”, una organización que concretó sus esfuerzos en la acción directa.

Su persistencia en perpetrar atentados contra Alejandro II alcanzó sus frutos en 1881, año en el que el zar moría víctima de las bombas terroristas.

Fue entre los años finales del siglo XIX y los comienzos del XX cuando surgieron las corrientes de oposición que dieron lugar a la formación de los dos partidos políticos que más influencia ejercieron en el movimiento revolucionario.

El primero fue el Partidos Socialista Revolucionario (SR o eserita), con gran influencia entre los campesinos. Fundado en 1901, recogió la tradición del populismo, especialmente en lo que hace referencia a la defensa de los campesinos como clase revolucionaria. Propugnaba la necesidad de destruir el zarismo y de instaurar una sociedad colectivista de base rural.

El segundo, fundado por Plejanov en 1898, fue el Partido Obrero Socialdemócrata Ruso, de tendencia marxista y afiliado a la II Internacional. Entre sus miembros destacaba Vladimir Ilich Uliánov (Lenin), que fue quien adaptó el marxismo a las condiciones específicas de Rusia y el gran artífice de la revolución de 1917.

Hacia 1903 surgieron dentro del partido dos tendencias, mencheviques y bolcheviques, que en 1912 se escindieron definitivamente. Unos y otros aceptaban el esquema marxista de la revolución, que preveía la necesidad de derribar el orden feudal como paso previo a la destrucción del orden burgués por parte del proletariado. Sin embargo, las discrepancias surgieron a la hora de analizar el papel que debía desempeñar la burguesía en la revolución y el carácter que debía tener el partido.

  • Respecto al primer punto, los mencheviques defendían una separación muy clara entre la revolución burguesa y la revolución socialista. Los bolcheviques, en cambio, partían de la base de la incapacidad de la burguesía para protagonizar una revolución propia.
  • Respecto al segundo punto, los mencheviques defendían un partido de masas según el modelo de la socialdemocracia europea. Los bolcheviques concebían un partido de combate, formado por revolucionarios profesionales y con una férrea disciplina.
La corriente liberal y democrática se formó más lentamente y siempre fue más débil, pues en Rusia la burguesía era poco numerosa.

Los sectores liberales se desarrollaron dentro de los zemstva cuando algunos comenzaron a defender la necesidad de establecer un régimen constitucional. En 1905 se fundó el Partido Constitucionalista Demócrata (Kadet) que se oponía a cualquier tipo de acción revolucionaria y propugnaba la necesidad de luchar dentro del marco legal para alcanzar la democracia.

1917. El año decisivo de la I Guerra Mundial


En el verano de 1914 estallaba el que, hasta la Segunda Guerra Mundial, fue el conflicto más importante y destructivo de la historia de la humanidad. Más de treinta naciones de todo el mundo, así como sus imperio coloniales, se enfrentaron en una guerra que se cobró más de diez millones de muertos. Su final, en 1918, dio lugar a un nuevo panorama mundial, marcado por la decadencia de las potencias europeas, el ascenso norteamericano y el comienzo de una era de incertidumbre, crisis y miedo. Este vídeo está dedicado al conflicto en el año 1917, quedando los restantes para cuestiones como la introducción a la Guerra, las tensiones internacionales, la Paz Armada, el sistema de alianzasel atentado de Sarajevo y el estallido de la Guerra, los contendientes de la Gran Guerra y los principales frentes del conflicto. También hay apartados dedicados a su evolución (1914, 1915, 1916 y 1918), características y consecuencias. Este repaso finaliza con un vídeo sobre los tratados de paz y otro sobre la fundación de la Sociedad de Naciones.

 

Introducción a la Revolución Rusa


En el año 1917 tuvo lugar en Rusia un proceso revolucionario que culminó con la instauración del primer régimen socialista del mundo.

La Revolución Rusa es, sin lugar a dudas, uno de los principales acontecimientos del siglo XX. De ella surgió un Estado que transformó los modelos de la sociedad y la política de la época. Además, significó el triunfo del movimiento obrero organizado en un país, constituyéndose el primer Estado anticapitalista.

Fue el modelo que seguirían muchos partidos políticos, organizaciones y personas que, en todo el mundo, consideraban injusta la sociedad liberal y capitalista.

La Revolución Rusa de 1917 tuvo dos fases bien diferenciadas:

  • La primera, en febrero, dio lugar a la caída del zarismo y a la instauración de un régimen parlamentario y constitucional.
  • La segunda, en octubre, tuvo un carácter socialista y configuró un nuevo modelo de Estado a partir de las organizaciones obreras, de los soviets de obreros y campesinos.

En ocho meses, Rusia pasó de una monarquía anacrónica y casi absoluta a la dictadura del proletariado. Una figura brilla con luz propia en este proceso, Vladimir Ilich Uliánov, apodado Lenin, ideólogo del marxismo-leninismo y primer dirigente del nuevo régimen bolchevique.

El nuevo régimen, sin embargo, sólo consiguió consolidarse después de una cruenta guerra civil, que se prolongó durante más de tres años. En un primer momento, pareció que las revoluciones en Alemania y Hungría significarían la expansión de la revolución obrera por toda Europa. Sin embargo, el aplastamiento de estas revueltas desvaneció el sueño bolchevique de una revolución mundial.

La URSS inició en solitario la construcción del socialismo, contando solo tras la II Guerra Mundial con la colaboración y subordinación de otros regímenes socialistas.