Planteamiento general del mundo de posguerra (1945-1990)


Al término de la II Guerra Mundial, el mundo se dividió en dos bloques enfrentados: el comunista, dirigido por la Unión Soviética, y el capitalista, liderado por los EE.UU. Se trataba de un enfrentamiento entre las dos grandes cosmovisiones del momento que, además, estaban avaladas por las dos superpotencias.

A su vez, ambos bloques crearon estructuras militares -el Pacto de Varsovia en el caso soviético y la OTAN en el occidental- con el fin de garantizar su seguridad y mantener en vilo al adversario mediante la constante amenaza. La rivalidad entre las cosmovisiones y las propias superpotencias es el mejor reflejo de lo que se ha llamado “mundo bipolar”.

Sin embargo, no se dieron enfrentamientos directos entre los EE.UU. y la Unión Soviética, sino que la pugna se localizó en terceros países: Corea, Cuba, Vietnam o Afganistán entre otros.

La reconstrucción política: un mundo bipolar

La reconstrucción política del mundo fue el resultado de las decisiones tomadas por los dirigentes de los países aliados en una serie de grandes conferencias: Teherán (noviembre de 1943), Yalta (febrero de 1945) y Potsdam (julio de 1945).

Las dos ultimas fueron las más importantes, porque en ellas se decidió la ocupación y partición de Alemania, su desmilitarización, así como la “desnazificación”, basada en la defensa de los principios democráticos.

Precisamente en estas conferencias surgieron las primeras divergencias respecto a la reconstrucción de la Europa de posguerra, los regímenes políticos a instaurar y las nuevas fronteras. Estados Unidos era, desde el final de la I Guerra Mundial, el líder del mundo capitalista.

La URSS era, en ese momento, el único representante del mundo socialista, que veía en la victoria bélica una oportunidad sin precedentes para extender su área de influencia.

La disparidad entre ambas superpotencias, aparecida al acabar la contienda, dio paso a la configuración de dos bloques opuestos, que coexistieron durante casi cincuenta años. La caída de los regímenes comunistas a finales de la década de los ochenta y principios de los noventa puso fin a la política de bloques, dando comienzo a un periodo de indiscutible liderazgo político, económico y militar de los EE.UU.

La reconstrucción económica tras la II Guerra Mundial

Los dos bloques se reconstruyeron económicamente tras el desastre bélico. Los países capitalistas experimentaron un importante desarrollo bajo la creciente influencia de los EE.UU., que penetró en Europa de la mano del Plan Marshall.

Poco después se inició la integración económica europea con la creación del Mercado Común (1957), que dio lugar a la Unión Europea en 1992.

La reconstrucción económica del bloque comunista sea realizó bajo la tutela de la URSS y el organismo creado a tal fin: el COMECON.

El proceso descolonizador

La descolonización es uno de los grandes hechos históricos del siglo XX. Veinte años después de la II Guerra Mundial, los antiguos imperios coloniales habían desaparecido.

En sus vastas posesiones surgieron nuevos países, que constituyen hoy la mayor parte del territorio y de la población mundial. Los nuevos estados fueron captados por uno u otro bloque, aunque algunos pasaron a formar parte de los países no alineados.

Antes de la II Guerra Mundial, ya habían hecho acto de presencia una serie de fenómenos que permitían augurar un rápido desarrollo del proceso de descolonización:

  • La aparición de movimientos nacionalistas en algunas colonias.
  • La influencia de la Revolución Rusa, con su defensa de la autodeterminación de los pueblos y su crítica de la explotación económica colonial.
  • El aumento de las protestas contra los colonizadores, duramente reprimidas.
  • El influjo que ejerció en las colonias la aparición de nuevas naciones europeas después de la Gran Guerra (1914-1918).

Sin embargo, los factores inmediatos de la descolonización fueron básicamente tres: la debilidad de las metrópolis, el apoyo internacional a los movimientos de liberación, y la fuerza creciente de estos en sus propios países.

El nacimiento de las Naciones Unidas

El mundo de posguerra fue testigo también del nacimiento de la Organización de las Naciones Unidas (ONU). El embrión de este organismo surgió en la Conferencia de Yalta (febrero de 1945), para acabar de tomar forma en San Francisco (abril de 1945).

Esta organización internacional surgía con la finalidad de evitar los conflictos bélicos por la vía del diálogo, así como para la promoción de los derechos humanos en todo el planeta.

De hecho, en 1948 la Asamblea General de la ONU aprobó la Declaración de los Derechos Humanos. Dentro del entramado institucional de la ONU cabe destacar la Asamblea General, el Consejo de Seguridad, la Secretaría General y el Consejo Económico y Social.

La deriva política serbia I

La nueva línea opositora se manifestaba a través de una amplia coalición: el Movimiento Democrático de serbia (DEPOS). Las elecciones al parlamento federal -celebradas el 31 de mayo de 1992 y boicoteadas por la “oposición moderada”- apuntaban, de cualquier modo, resultados confusos, por cuanto la pérdida en el peso de la formación política que apoyaba a Milosevic, el Partido Socialista, se veía acompañada del ascenso de una formación nacionalista de corte neofascista -el mencionado Partido Radical de Seselj-, nada contenida en el comportamiento bélico-nacional. Bien es verdad que, pese a lo anterior, los socialistas se hacían con 73 de los 138 escaños en disputa.

José Carlos Lechado y Carlos Taibo, Los conflictos yugoslavos, p. 124.

Abolición de autonomía y resistencia civil VI

Aunque los resultados de las distintas elecciones celebradas en Serbia en el decenio de 1990 generaron alianzas dispares, parece fuera de duda que el Partido Socialista, la fuerza que dirigía Milosevic, en momento alguno perdió, hasta el otoño de 2000, su condición de preeminencia. El principal reto que los socialistas tuvieron que encarar lo fue, en las elecciones celebradas en 1992 y en 1997, el auge del Partido Radical de Seselj, que al cabo se incorporó sin mayores problemas a fórmulas de coalición. En 1992 el Partido Socialista se hizo con 110 escaños, por 71 el Radical, mientras en 1997 la relación fue de 110 -en la cifra se sumaban los diputados socialistas y los de otras dos fuerzas: Izquierda Unida Yugoslava y Nueva Democracia- a 81. En la elección intermedia, la de 1993, el Partido Radical tuvo un mal resultado, toda vez que consiguió tan sólo 39 escaños frente a los 123 del partido de Milosevic. Mientras, y al margen de estas fuerzas, la oposición cosechaba resultados más bien mediocres: 50 escaños para el DEPOS en 1992, 45 para la misma coalición en 1993 y 46 para el Movimiento de Renovación Serbia de Draskovic en 1997 (recordemos que esta última consulta electoral fue boicoteada por los partidos, también opositores, de Vesna Pesic y Zoran Djindjic).

Carlos Taibo, Guerra en Kosovo. Un estudio sobre la ingeniería del odio, p. 101-102.

Sándor Haraszti

Este texto forma parte de un conjunto de breves biografías que he elaborado sobre la Revolución Húngara de 1956. Para ver la lista completa, pincha aquí.


Sandor_Haraszti(1887-1992) Este periodista y político comunista cayó en desgracia en 1951 y se le condenó en un proceso falseado. En 1954 fue puesto en libertad. A partir de ese momento se vinculó estrechamente al grupo de Nagy y durante los días de la insurrección de otoño de 1956 fue jefe de redacción de Szabad Nép. Después de la derrota de la insurrección, Haraszti compartió la suerte de los miembros del grupo de Nagy y en el proceso incoado contra ellos fue condenado a ocho años de cárcel.

György Marosán

Este texto forma parte de un conjunto de breves biografías que he elaborado sobre la Revolución Húngara de 1956. Para ver la lista completa, pincha aquí.


Gyorgy_Marosan(1908-1992) Como vicesecretario general del Partido Socialdemócrata húngaro y comunista “converso”, Marosán desempeñó un importante papel en la unificación de su organización con el Partido Comunista en junio de 1948. Por sus méritos políticos llegó a ser vicesecretario general del partido unificado. Sin embargo, en 1950 cayó en desgracia y fue detenido bajo acusaciones falsas. Rehabilitado en 1956, desde un primer momento se comprometió con el Partido Socialista Obrero Húngaro de Kádár y formó parte de su Comité Central. Kádár le recompensó su apoyo al nombrarlo Ministro de Estado en su Gobierno “patriótico y revolucionario” de noviembre de 1956. Desde su Ministerio, Marosán fue uno de los principales responsables de la represión que siguió a la derrota de la insurrección. En 1962 fue destituido de todos sus cargos en el partido kádárista y tres años más tarde abandonó la organización comunista.