Luego también los oráculos se convertirían en un recurso de la comunidad para afrontar determinadas cuestiones relacionadas con las innovaciones en materia de culto o temores de insólita cólera divina: permitirían que un dios se expresara sobre asuntos que fueran competencia de los propios dioses. En la época de la aristocracia sirvieron además de apoyo para las propuestas de establecer nuevos asentamientos en el extranjero o de introducir cambios importantes en el ordenamiento político. A su vez, el resultado de esas empresas vino a realzar su prestigio: “no cabe la menor duda de que al principio la colonización fue más responsable del éxito de Delfos, que Delfos del éxito de la colonización”.
Robin Lane Fox, El mundo clásico. La epopeya de Grecia y Roma, p. 92.