En este segundo fragmento de la quinta hoja los autores buscan aprender del pasado para construir un futuro mejor. Sacan sus conclusiones de los dos grandes conflictos del siglo XX, y eso les lleva a ver la necesidad de enterrar dos peligrosos fantasmas: el imperialismo y el militarismo prusiano. Además, también vislumbran la futura cooperación europea y el federalismo alemán.
¿Qué nos enseña el desenlace de esta guerra, que nunca fue una guerra nacional?
La idea imperialista, venga de donde venga, ha de ser desterrada para siempre. Nunca más debe llegar al poder un militarismo prusiano. Sólo en la cooperación generosa de los pueblos europeos se han de sentar las bases sobre las que será posible un nuevo comienzo. Todo poder centralista, como ha intentado ejercerlo en Estado prusiano en Alemania y en Europa, ha de ser ahogado en su germen.
La futura Alemania sólo puede ser federalista. Sólo un sano orden federalista es capaz de dar nueva vida a una Europa debilitada. Los trabajadores han de ser liberados de su estado de ínfima esclavitud por un socialismo racional. El espejismo de la economía autárquica ha de desaparecer de Europa ¡Todos los pueblos, cada persona individual tiene derecho a los bienes de la tierra!
Libertad de expresión, libertad de confesión, protección del ciudadano individual frente a las arbitriariedades de los Estados violentos y criminales: esta es la base de la nueva Europa.
¡Apoyad el movimiento de resistencia, repartid las hojas!
Bibliografía:
[1] La Rosa Blanca. Los estudiantes que se alzaron contra Hitler; José M. García Pelegrín – Madrid – LibrosLibres – 2006.