Don Juan Carlos tiene un excelente don de gentes, que genera confianza cuando se le trata, es un gran deportista; y tiene una gran capacidad para las relaciones internacionales -se le ha llamado “el mejor embajador de España”-. Y además tiene “baraka”. Pero Don Juan Carlos no es un intelectual, ni una figura mediática, ni un político con carisma electoral… Es, ante todo, un hombre con profundo “sentido de Estado y de la Historia”.
Salvador Sánchez-Terán, La Transición. Síntesis y claves, p. 253.