Abolición de autonomía y resistencia civil VII

En un terreno distinto, la relación de los serbios de la calle con el régimen de Milosevic era ambigua. Si por un lado, y sometidos a la influencia de unos medios de comunicación que difundían una imagen visiblemente edulcorada de los ocurrido en Croacia, en Bosnia-Hercegovina y en Kosova, aceptaban genéricamente la versión oficial en lo que a los conflictos correspondientes se refiere, por el otro no podían sustraerse a un conocimiento material de la corrupta condición del régimen y de sus redes. Téngase presente al respecto que la situación económica en la que Serbia se iba degradando de tal suerte que a los efectos de una crisis que venía arrastrándose desde bastante tiempo atrás se sumaban los de la desintegración de Yugoslavia, el embargo internacional y el esfuerzo de la guerra, de tal suerte que ganaba terreno, y visiblemente, un capitalismo mafioso. De resultas, mientras una minoría de la población -de la que participaba, naturalmente, el grueso de la élite política- se enriquecía visiblemente, el poder adquisitivo de los salarios se dividía nada menos que por cinco entre 1989 y 1994, en un escenario marcado por la hiperinflación, la dramática reducción en los niveles de producción de la industria y la extensión del desempleo. Todos estos fenómenos tenían un significado eco en la forma de un creciente rechazo hacia los refugiados serbios procedentes de Bosnia-Hercegovina o de la Krajina.

Carlos Taibo, Guerra en Kosovo. Un estudio sobre la ingeniería del odio, p. 103.

Abolición de la autonomía y resistencia civil I

Para que nada faltase, la política oficial serbia alentó un ambicioso programa de colonización. Una ley del verano de 1991, que apenas tuvo eco, otorgaba cinco hectáreas de tierra a los serbios y montenegrinos que quisiesen instalarse en Kosova. Las guerras en Croacia y Bosnia-Hercegovina proporcionaron poco después, sin embargo, un número de refugiados serbios dispuestos a trasladarse a Kosova. Al respecto se manejaron las cifras de 6.000 serbobosnios, en 1994, y de 20.000 serbios procedentes de la Krajina, en 1995.

Carlos Taibo, Guerra en Kosovo. Un estudio sobre la ingeniería del odio, p. 90.

Antal Apró

Este texto forma parte de un conjunto de breves biografías que he elaborado sobre la Revolución Húngara de 1956. Para ver la lista completa, pincha aquí.


Antal_Apro(1913-1994) Entre 1953 y 1971, durante prácticamente dos décadas, formó parte de los Gobiernos de Hungría, y hasta 1980 permaneció en el Comité Central del Partido Socialista Obrero Húngaro. Durante la revolución del otoño de 1956 estaba al frente de la Comisión Militar del Comité Central del Partido, cuyo objetivo era terminar con las partidas de insurrectos, tarea que no fue respaldada por Imre Nagy mientras fue Primer Ministro. También entró en el Gobierno “revolucionario y patriótico” formado por Kádár el 4 de noviembre.

Tamás Aczél

Este texto forma parte de un conjunto de breves biografías que he elaborado sobre la Revolución Húngara de 1956. Para ver la lista completa, pincha aquí.


Tamas_Aczel(1921-1994) Escritor y periodista. En 1945 ingresó en el Partido Comunista y en la Alianza de Escritores Húngaros. Comprometido con la reforma del sistema, desde 1953 estuvo al lado de Imre Nagy. La derrota de la insurrección de 1956 lo llevó al exilio; instalándose en Londres, colaboró con Irodalmi Újság. A partir de 1966 fue profesor universitario en los Estados Unidos.