Los objetivos de Rusia


Tras analizar las relaciones de Alemania y la Unión Soviética con Polonia, Sebastián Haffner nos explica por qué los rusos entraron a colaborar con la Reichswehr. La respuesta la encontramos en el siguiente fragmento:

“Lo que la Rusia de los años veinte buscaba en la alianza con Alemania no era riesgo, evasión y una aventura conjunto, sino protección, estabilidad, el puro provecho mutuo. Necesitaba capital y ayuda técnica para la industrialización, recomendaciones militares y profesionales para el Ejército Rojo, un contrapeso diplomático contra la presión inglesa y francesa, que se reavivaba periódicamente. Alemania le podía proporcionar todo esto”.

Fueron las necesidades de la Unión Soviética las que le llevaron a colaborar con el ejército alemán. Sin embargo, los motivos de esta eran bien distintos a los de los germanos. Alemania, nos dice Sebatian Haffner, seguía sumergida en sus aventuras expansionistas propias del militarismo prusiano. Por el contrario, los soviéticos no buscaban más que mantenerse vivos en el convulso y hostil contexto internacional. Esto nos lleva de nuevo a Rapallo. Allí los rusos entendieron que su única posibilidad de sobrevivir era una alianza con los alemanes. El pacto que ofrecían los británicos era una trampa para la revolución; de eso se dieron cuenta bien pronto los representantes soviéticos.

Bibliografía:

[1] El pacto con el diablo; Sebastian Haffner – Barcelona – Destino – 2007.

[2] Historia Universal Contemporánea II; Javier Paredes (Coord.) – Barcelona – Ariel – 2004.

[3] La guerra del mundo: los conflictos del siglo XX y el declive de occidente (1904-1953); Niall Ferguson – Barcelona – Debate – 2007.

La República de Weimar y la cooperación militar con la Unión Soviética


Continuando con nuestro estudio de las relaciones entre la Reichswehr y el Ejército Rojo, cabe plantearse otra pregunta: ¿cómo fue posible la colaboración, de manera tan estrecha y en los años veinte y treinta, de un régimen democrático con la Unión Soviética? Sorprende ver a una democracia tan avanzada en cuestiones constitucionales enrolada en semejante colaboración militar. Además, hay que tener en cuenta que el alemán era un estado que para sobrevivir había tenido que derrotar a los comunistas en su propio territorio.

¿Qué sucedió para que todo esto fuera posible? ¿Qué llevó a la República de Weimar a romper lo que de manera sincera pactado en Versalles? Realmente, tal como nos dice Sebastián Haffner, no paso nada. No fueron los políticos republicanos los que suscribieron semejantes acuerdos. Ellos firmaron, no sin cierto cargo de conciencia, los papeles de Rapallo, nada más. Fue el ejército el que se mostró partidario de la colaboración con la Unión Soviética. Y lo pudo hacer porque, gracias a las maniobras de Erich Ludendorff al término de la Gran Guerra, la Reichwerh era un estado dentro del propio estado. Veamos como explica esto el autor:

“…durante la República de Weimar, el ejército alemán fue un estado dentro de otro estado hasta tal punto que, protegido frente al Parlamento y el gobierno podía llevar a cabo su propia política: una empresa del calibre de la política militar en Rusia por parte de la Reichwehr no hubiera sido posible de forma totalmente independiente de la política general”.

Bibliografía:

[1] El pacto con el diablo; Sebastian Haffner – Barcelona – Destino – 2007.

[2] Historia Universal Contemporánea II; Javier Paredes (Coord.) – Barcelona – Ariel – 2004.

[3] La guerra del mundo: los conflictos del siglo XX y el declive de occidente (1904-1953); Niall Ferguson – Barcelona – Debate – 2007.

[4] Sociedad y cultura en la República de Weimar: el fracaso de una ilusión; José Ramón Díez Espinosa – Valladolid – Universidad – 1996.

Criando la sierpe en el seno


El milagro militar alemán operado desde la llegada al poder del líder nacionalsocialista en enero de 1933 no hubiera sido posible sin los años de trabajo paciente y escondido de los altos mandos de la Reichswehr en lo más profundo de Rusia. Sebastián Haffner se muestra plenamente convencido de ello tal como se ve en el siguiente fragmento:

“…en seis años, entre 1933 y 1939, crear de la nada las más potentes fuerzas aéreas y la artillería más combativa del mundo de entonces hubiera resultado imposible incluso para el mayor genio de la organización militar. El aparente milagro militar del rearme bajo el gobierno de Hitler sólo fue posible porque durante los once años anteriores se sentaron las bases para ello mediante un trabajo paciente e incesante. En Rusia”.

Si esta era la situación real, cabe plantearse el porqué del empeño soviético por facilitar a los alemanes la ocultación de su rearme ante las potencias vencedoras de la Gran Guerra. Lógicamente, detrás de esto estaban las necesidades económicas del régimen soviético; sin duda uno de los factores fundamentales también del acuerdo alcanzado en Rapallo. Sin embargo, sorprende que Stalin no se diese cuenta de que, dentro de su propio territorio se estaba levantando una maquinaria militar que en pocos años iba a invadir el país de los soviets.

Bibliografía:

[1] El pacto con el diablo; Sebastian Haffner – Barcelona – Destino – 2007.

[2] Historia Universal Contemporánea II; Javier Paredes (Coord.) – Barcelona – Ariel – 2004.

[3] La guerra del mundo: los conflictos del siglo XX y el declive de occidente (1904-1953); Niall Ferguson – Barcelona – Debate – 2007.

[4] Sociedad y cultura en la República de Weimar: el fracaso de una ilusión; José Ramón Díez Espinosa – Valladolid – Universidad – 1996.

El ejército alemán y el Ejército Rojo


Nos adentramos en un nuevo capítulo de El pacto con el diablo, sobre él podrán leer los siguiente artículos: Criando la sierpe en el seno, Centros de fabricación e instrucción : testimonio de Ernst Köstring, El precio puesto por Moscú, La República de Weimar y la cooperación militar con la Unión Soviética, Una Europa pacificada salvo en la cuestión polaca, Los objetivos de Rusia, El papel de la aristocracia prusiana, El Partido Comunista Alemán y los “socialfascistas”, La Unión Soviética ante el ascenso de Hitler, y La ruptura de la cooperación militar.

“Tal como se subrayó una y otra vez, conforme a la verdad, el Tratado de Rapallo no contenía ninguna cláusula militar secreta. Sin embargo, en la práctica sí dio como resultado una cooperación militar secreta entre Rusia y Alemania más estrecha que la que jamás hubo entre dos estados, incluso entre aliados”.

Sebastian Haffner resalta la colaboración entre la Reichwerh alemana y el Ejército Rojo durante el periodo de entreguerras en el capítulo que nos ocupa. Deja claro desde el primer momento que esta no estaba contenida en lo pactado en Rapallo. Sin embargo, el entendimiento germano-soviético surgido tras ese tratado facilitó notablemente la colaboración de tipo militar. Hemos de recordar que la inclinación alemana hacia el ámbito ruso fue fruto del triunfo de los conservadores pro-orientales sobre los partidarios del entendimiento con Occidente. Sin esto, tal como indicaba el autor en el capítulo anterior, Rapallo hubiera sido imposible.

A lo largo de los próximos artículos trataremos de explicar en qué consistió esa colaboración, qué ganaba cada una de las partes en la misma, y cómo acabo por romperse ese entendimiento entre el Ejército Rojo y la Reichswehr.

Bibliografía:

[1] El pacto con el diablo; Sebastian Haffner – Barcelona – Destino – 2007.

[2] Historia Universal Contemporánea II; Javier Paredes (Coord.) – Barcelona – Ariel – 2004.

[3] La guerra del mundo: los conflictos del siglo XX y el declive de occidente (1904-1953); Niall Ferguson – Barcelona – Debate – 2007.

[4] Sociedad y cultura en la República de Weimar: el fracaso de una ilusión; José Ramón Díez Espinosa – Valladolid – Universidad – 1996.