Teorías sobre el imperialismo


En términos generales, las corrientes de análisis sobre el fenómeno imperialista pueden agruparse en torno a cuatro variables.

La primera sitúa el énfasis en los aspectos económicos del imperialismo y comprende tanto la posición liberal como la marxista. Se centra en las consecuencia de la crisis de 1870 -medidas proteccionistas, necesidad de mercados y de materias primas- y en las mejoras tecnológicas y los excedentes de producción propios de la segunda revolución industrial.

Objeción a esta explicación: la expansión colonial no es siempre rentable.

La segunda conecta el imperialismo con un complejo ideológico que vincula lo que supone que son actitudes básicas del ser humano. El afán de dominio y la lucha por la supervivencia sustentados por teorías sobre biología, superioridad racial, valores éticos y normas estéticas.

La tercera se sustenta en consideraciones militares y estratégicas ligadas al conjunto de teorías y prácticas comprendidas bajo la noción de “geopolítica”.

La cuarta es puramente ideológica y cultural, y posee connotaciones de tipo mesiánico fundadas en creencias como el providencialismo político, la superioridad de una determinada civilización, la conversión religiosa…

¿Cuáles son las teorías del imperialismo?


[TEORÍAS] SOBRE EL IMPERIALISMO

En términos generales, las corrientes de análisis sobre el fenómeno imperialista pueden agruparse en torno a cuatro variables.

La primera sitúa el énfasis en los aspectos económicos del imperialismo y comprende tanto la posición liberal como la marxista. Se centra en las consecuencia de la crisis de 1870 -medidas proteccionistas, necesidad de mercados y de materias primas- y en las mejoras tecnológicas y los excedentes de producción propios de la segunda revolución industrial.

Objeción a esta explicación: la expansión colonial no es siempre rentable.

La segunda conecta el imperialismo con un complejo ideológico que vincula lo que supone que son actitudes básicas del ser humano. El afán de dominio y la lucha por la supervivencia sustentados por teorías sobre biología, superioridad racial, valores éticos y normas estéticas.

La tercera se sustenta en consideraciones militares y estratégicas ligadas al conjunto de teorías y prácticas comprendidas bajo la noción de “geopolítica”.

La cuarta es puramente ideológica y cultural, y posee connotaciones de tipo mesiánico fundadas en creencias como el providencialismo político, la superioridad de una determinada civilización, la conversión religiosa…

[VÍDEO] SOBRE LA TEMÁTICA

[INFORMACIÓN] PARA AMPLIAR

Exceptuando los territorios mediterráneos y algunos enclaves portugueses en el sur del continente, a comienzos del siglo XIX África un territorio prácticamente desconocido para los europeos. Los primeros que se adentraron en ella fueron los miembros de las expediciones protagonizadas por David Livingstone, Henry Stanley y Pierre Savorgnan de Brazza entre otros. De esta manera, la expansión colonial europea se intensificó dando lugar a la ocupación del interior del continente, siendo las vías de penetración los grandes ríos: los británicos utilizaron el Níger, los franceses el Senegal y los belgas el río Congo. La expansión por el continente africano reavivó las rivalidades entre las potencias imperialistas, sobre todo entre Gran Bretaña y Francia. De entre ellas hay que destacar dos:

  • En primer lugar, la lucha por el control del canal de Suez, que conecta el mar Mediterráneo con el mar rojo y, por tanto, con el Océano Índico. Este, al situarse Egipto en la órbita de Francia, quedó bajo la influencia de ese país. Sin embargo, aprovechando la guerra franco-prusiana y la caída de Napoleón III, los británicos se hicieron con el control de Egipto y, por tanto, del canal de Suez.
  • El segundo conflicto tiene que ver con las aspiraciones francesas y británicas por crear ejes territoriales continuos en África. El Imperio Británico pretendía unir todos sus territorios de norte a sur; es decir, de El Cairo a Ciudad del Cabo. Por su parte, los franceses pretendían hacer lo propio de oriente a occidente. Y, bueno, no hace falta ser muy listo para darse cuenta de que realizar los dos proyectos a la vez es imposible, pues son incompatibles. Por tanto, en algún momento británicos y franceses se iban a encontrar en algún lugar de África, y eso sucedió en el año 1898 en Fashoda. En ese lugar, la expedición británica de Lord Kitchener se encontró con la francesa de Baptiste Marchand, provocando un conflicto diplomático que a punto estuvo de llegar a las manos. Finalmente, a pesar de la oposición de Marchand y de buena parte de la opinión pública francesa, Fashoda quedó bajo el control británico.

[APRENDE] AÚN MÁS:

🔴 ¿Qué pasó en la Primera Revolución Industrial?
🔴 ¿Cuáles son las principales características de la segunda revolución industrial?
🔴 ¿Qué características tenía la sociedad de clases?
🔴 ¿Cuáles son las fases del movimiento obrero?
🔴 ¿Qué diferencia hay entre el marxismo y el anarquismo?

Yihadismo y globalización

El nuevo terrorismo es geopolítico, un producto de la globalización y de las comunicaciones de masas. Al Qaeda, como otras organizaciones yihadistas, mantiene células en múltiples países. Sus objetivos son muy genéricos y extraordinariamente ambiciosos (nada menos que el retorno absoluto de la ley islámica en toda una serie de estados que se extienden desde Pakistán hasta, incluso, el sur de España -la antigua Al Ándalus, hoy conocida como Andalucía-, atravesando todo el norte de África). Además, no duda en hacer uso de la violencia a gran escala si tiene posibilidad. En el peor de los casos, en los atentados del 11 de septiembre en Nueva York y Washington, podrían haber muerto 60.000 personas y no las 3.000 que realmente fallecieron. Los objetivos de Al Qaeda son territoriales, pero no es un Estado. Actúa más bien como una ONG maléfica, impulsada por una conciencia de misión. Difícilmente puede ser considerada una fuerza invasora, pero es, junto a otros grupos radicales, una importante fuente de riesgo para muchos países (sobre todo, si el terrorismo nuclear llega a convertirse en algún momento en una posibilidad real).

Anthony Giddens, Europa en la era global, p. 260.

En torno al imperialismo

Artículo publicado por Historia en Presente el 24 de diciembre de 2008.


Con el inicio de las fiestas navideñas –mis mejores deseos para todos- me voy a permitir el lujo de establecer una analogía entre las jugueterías y la Historia Política. Mis disculpas a todos, porque esto no deja de ser más que una extravagancia literaria. No obstante, puedo asegurar que no es consecuencia del excesivo consumo de cava.

El imperialismo sería en la gran juguetería de la Historia uno de los productos estrella. Deseado y comprado en numerosas ocasiones por los “niños” de los más diversos orígenes: historiadores, políticos, periodistas, demagogos, solidarios, antisistema… El término “imperialismo”, ya sea en su sentido positivo o con tintes peyorativos, es de uso frecuente entre todos ellos (entre todos nosotros, porque yo también me incluyo).

Sin embargo ¿sabemos realmente lo que significa? ¿Somos niños caprichosos que utilizan sus juguetes únicamente el días después de Navidad o de Reyes? ¿Somos de esos que se divierten con el regalo un día y luego lo mandan al baúl de lo que “ya no nos gusta”? Cada uno de nosotros ha de plantearse qué entiende por imperialismo, que concepción tiene de este fenómeno. Porque, si lo tenemos claro, seremos como esos niños que, después de leer el manual de instrucciones, son capaces de disfrutar de su nuevo juguete durante años.

Todos aquellos que hayan sido capaces de aguantar mi infantilidad de los dos primeros párrafos descubrirán a partir de ahora a qué me he venido refiriendo. Los que se hayan quedado en el camino están justificados: en estas fechas hay cosas más importantes que hacer que leer semejantes tonterías. Sea como fuere, mi escritura se torna seria de aquí en adelante.

Sin embargo, no hemos de olvidar el punto de partida: el uso de la palabra “imperialismo” sin apenas conocer su significado.

Este será el primero de los artículos que dedique a la cuestión. Mi objetivo: debatir sobre este fenómeno tan importante en el desarrollo de nuestra Historia. Un compañero de viaje que, desde el siglo XIX, nos ha llevado a los europeos, entre otras cosas, a conquistar el mundo y a dos guerras fratricidas, y que actualmente sigue tejiendo, con sutileza, sus hilos en nuestro mundo globalizado…

El contenido de lo que sigue no es más que la consecuencia de numerosas lecturas, pero de una en particular: Los orígenes del totalitarismo de Hannah Arendt.

Corrientes de análisis sobre el fenómeno imperialista

En futuros artículos intentaré profundizar más en esta cuestión. De momento, permítanme citar, tan sólo, los cuatro aspectos en los que se agrupan las corrientes de análisis sobre el imperialismo:

  • El primero sitúa el énfasis en los aspectos económicos del imperialismo y comprende tanto la posición liberal como la marxista.
  • El segundo conecta el imperialismo con un complejo ideológico que vincula lo que supone que son actitudes básicas del ser humano, es decir, el afán de dominio y la lucha por la supervivencia sustentados por teorías sobre biología, superioridad racial, valores éticos y normas estéticas.
  • El tercero se asienta en consideraciones militares y estratégicas ligadas al conjunto de teorías y prácticas comprendidas bajo la noción de “geopolítica”.
  • El cuarto es puramente ideológico y cultural, y posee connotaciones de tipo mesiánico fundadas en creencias como el providencialismo político, la superioridad de una determinada civilización, la conversión religiosa…[7]

Algunas aproximaciones al concepto de “imperialismo”

El término “imperialismo” se presta a usos ambiguos y equívocos, en tanto que «se emplea a veces como calificativo de actitudes y actuaciones reales que muestran el espíritu de dominio que una determinada comunidad política ejerce sobre otra a la que a menudo ni siquiera reconoce como tal» [7].

Así, Edgard Said en Cultura e imperialismo lo definía como “la práctica, la teoría y las actitudes de un centro metropolitano dominante que rige un territorio distante”. Por su parte, Michael Doyle en Empires afirmaba que “el imperialismo es, sencillamente, el proceso o política de establecer o mantener un imperio”.

«El hecho de trascender la frontera nacionales originarias y el de imponerse a poblaciones que no aceptan voluntariamente tal soberanía son típicos de cualquier política imperialista. Una consecuencia de todo ello es la necesidad del uso de la fuerza por parte de la potencia imperialista, lo que da lugar a comprensibles resistencias y condenas morales. Sin embargo, el dominio no sólo se asegura con medios militares, políticos económicos y sociales, sino también con procedimientos ideológicos y culturales» [7]. A este y otros aspectos dedicaremos los próximos artículos.

Bibliografía.

[1] Historia Universal Contemporánea; Javier Paredes (Coord.) – Barcelona – Ariel – 2004.

[2] La guerra del mundo: los conflictos del siglo XX y el declive de occidente (1904-1953); Niall Ferguson – Barcelona – Debate – 2007.

[3] Postguerra. Una historia de Europa desde 1945; Tony Jutd– Madrid – Taurus – 2006.

[4] Historia del mundo actual; VVAA – Valladolid – Universidad – 2000.

[5] Los orígenes del totalitarismo; Hannah Arendt – Madrid – Alianza -2006.

[6] Historia de las relaciones internacionales; Charler Zorgbibe – Madrid – Alianza Universidad – 1994.

[7] Teoría breve de las relaciones internacionales, Paloma García Picazo – Madrid – Tecnos – 2004.