Blogueros de la historia


Los alumnos de 1º de bachillerato no tienen cuaderno de papel, sino que las tareas y reflexiones sobre la asignatura quedan plasmadas en sus blogs. Eso permite, por un lado, que los pueda corregir en cualquier momento y desde cualquier lugar, y por el otro que ellos introduzcan fácilmente los cambios que yo les sugiero.

Además, con esta actividad se trabaja la competencia digital, así como una destreza a la que cada vez doy más importancia: la capacidad de difundir. De hecho, a ese último aspecto he dedicado una entrada en este blog (Imagina. Crea ¿Difunde?) y dos artículos en la página The Flipped Classroom (Alumnos creativos: fomentar la imaginación y difundir ideas y La difusión en el proceso de aprendizaje).

Hasta la fecha he dedicado también varios textos en los que explico cómo poner en marcha los blogs, para qué tareas pueden utilizarse y cómo evaluar ese trabajo. En definitiva, la forma de insertar las bitácoras individuales en el desarrollo normal de la asignatura. Todo eso puede leerse en los siguientes enlaces a mi diario de aula, pues hay que predicar con el ejemplo:

Evaluar y acompañar en el proceso de aprendizaje
La construcción del ensayo histórico
El proceso de evaluación de las bitácoras individuales

Son entradas que pueden arrojar luces para ponerlo en práctica con otros cursos o asignaturas, si bien es cierto que algunas cosas de las que aparecen en esos enlaces pueden no entenderse sin leer mi diario completo.

Por último, es importante aclarar que, como en toda buena aula invertida, la mayor parte del contenido de sus blogs se elabora en clase. Mi objetivo es la tarea en casa se reduzca a la transcripción y publicación de los textos que han preparado en papel. Siempre y cuando, claro está, que no contemos con el aula de informática, pues en ese caso también hacemos eso en el propio instituto.

A continuación pondré los enlaces de lo que, sin ninguna duda, es lo más interesante de esta entrada, las bitácoras de mis alumnos:

Benningrado, un cuaderno de Historia
Princess Luci Blog
Memorias Contemporáneas
Nathaly Locke
Nhoa World War
El camino de la historia
Todos somos historia
Tamara TheHistory
Daniel Washington Blog
El blog de Carmen
Arregui Site
El blog de Sheila
El blog de Larisa
Blog de Historia
Sofía Crespo Cítores
Revutimes
El blog de Víctor
El blog de Pilar
Blog de Judy
Sofiamargra
Nerea

Experiencia Blog: la construcción del ensayo histórico


Esta semana mis alumnos se han vuelto a enfrentar a un examen con ensayo histórico. Cuestión sobre la que ya he reflexionado en entradas anteriores de esta bitácora:

La gran novedad en este caso es que, con el fin de solventar errores detectados en ensayos anteriores, he decidido valorar su proceso de elaboración a través de los blogs de mis alumnos. A continuación enumeraré las cuestiones que pretendía corregir, al tiempo que trataré de explicar cómo he evaluado esa parte del examen.

El problema de la información

El principal problema que he encontrado hasta la fecha tiene que ver con el uso de las fuentes. En el primer ensayo del curso descubrí que mis alumnos se contentaban con sacar la información de un único lugar en vez de realizar una búsqueda algo más ambiciosa por la red.

La principal consecuencia de eso era que sus textos, si bien presentaban notables diferencias con la página original, tenían una estructura muy similar a esta. Las palabras no coincidían con las de las fuentes, pero la información y la disposición del texto sí.

Como el objetivo no era únicamente realizar un ejercicio de búsqueda de sinónimos, sino aprender a buscar en la red, mezclar distintas fuentes y construir un texto lo más original posible, entendí que debía cambiar algo de cara al segundo ensayo del curso.

Las bitácoras de la asignatura como solución

Hace tres semanas, al comenzar la elaboración de los ensayos, indiqué a mis alumnos que deseaba ver en sus blogs la evolución de su trabajo en, al menos, cinco entradas. Así, de una forma o de otra, la construcción de sus textos quedaría reflejada allí.

En concreto, pedía un primer post en el que expusieran los motivos que les llevaron a elegir esa temática. La segunda entrada debía referirse a las fuentes utilizadas, haciendo hincapié en algún aspecto destacable de cada una de ellas. A estas debían seguir una serie de publicaciones en las que, de algún modo, quedase reflejada la evolución del texto.

Por último, los alumnos dedicarían un post a la versión definitiva de su ensayo, la que, según nuestro sistema de trabajo, debían escribir en el examen.

La evaluación del proceso de trabajo

Todo lo anterior carecería de sentido si no tuviera unas consecuencias palpables en la nota del examen. Por ese motivo, dentro de los cuatro puntos sobre los que valoro el ensayo, uno y medio están dedicados a ese proceso de elaboración del texto que ha quedado reflejado en los blogs.

En concreto, al terminar el examen, visité las bitácoras de cada uno de mis alumnos con el fin de valorar cómo habían ido construyendo sus ensayos a lo largo de las tres semanas anteriores.

Una vez terminada esa evaluación, valoré el grado de coincidencia entre las versiones definitivas publicadas en los blogs y lo escrito en los exámenes. Esta parte, como bien informé a los estudiantes días antes, contaba un punto de los cuatro dedicados al ensayo.

La restante puntuación –punto y medio- se llevó a cabo partiendo de la rúbrica dedicada a la calidad de la información, que publiqué a principio de curso y que puede ser consultada en uno de los enlaces que hay más arriba.

Blogueros de la Historia: evaluar y acompañar en el proceso de aprendizaje


Esta semana, cada uno de los alumnos de Historia del Mundo Contemporáneo, creó su propio blog en wordpress. La idea es que, de aquí en adelante, ese espacio sirva para que publiquen sus trabajos y reflexiones sobre la asignatura. También podrán añadir noticias, vídeos, imágenes, obras de arte o canciones que guarden relación con la asignatura.

Ahora bien, desde mi punto de vista lo más interesante de esos espacios es que se podrá analizar mejor su proceso de trabajo.

El blog no será únicamente un lugar donde poner el producto final, sino que, en los distintos post, se podrá ver la evolución de sus proyectos. Considero que ese aspecto es clave, pues como docente no pretendo evaluar únicamente los resultados, sino cómo se ha recorrido el camino para llegar a ellos. De igual modo, la lectura de sus bitácoras me permitirá detectar de una forma más rápida y certera sus dificultades y carencias.

Secuencia temporal para trabajar con blogs

Lo cierto es que mi intención era comenzar con los blog en el mes de septiembre. Sin embargo, las dificultades de desarrollar el modelo flipped learning con alumnos nuevos, unidas a la falta de tiempo por mi parte y a la implantación del itinerario libre y abierto, han terminado por retrasarlo todo hasta la segunda quincena de noviembre.

Los pasos a seguir en este proceso son los siguientes:
  1. Una sesión en informática para crear las cuentas de wordpress y explicar aspectos básicos como el diseño, la publicación y edición de una entrada, la inserción de imágenes y vídeos o el modo de eliminar un post.
  2. Repetición de esa operación, a modo de tarea, en casa para comprobar si son capaces de crear una entrada varias horas después y sin ayuda del profesor.
  3. Corrección concienzuda de las publicaciones realizadas en las dos primeras semanas con la intención de ayudarles en sus primeros pasos.
  4. Publicación de, al menos, una entrada semanal que refleje el trabajo de aula. Al margen de esto podrán incluir noticias, obras de arte, enlaces…
  5. Una segunda sesión en el aula de informática (probablemente en el mes de enero) para mejorar sus conocimiento sobre wordpress, de tal modo que eso les permita mejorar la apariencia del blog y su trabajo.
  6. Difusión de algunos de los post más interesantes a través de las redes sociales.
  7. Recopilación de esas publicaciones en un conjunto de iBooks creados con la aplicación Book Creator.

Aspectos a abordar en futuras entradas

No pretendo agotar en este artículo todos los aspectos relacionados con el proyecto que tenemos entre manos, entre otras cosas porque apenas estamos empezando. Sin embargo, tengo intención de publicar en el futuro varios textos sobre la cuestión.

En concreto, considero que sería necesario explicar la conveniencia de evaluar también el proceso de trabajo, y no únicamente los resultados.

De igual modo, como docente que deja constancia de su trabajo y reflexiones en una bitácora, entiendo que debo indicar qué criterios se siguen para evaluar los blogs de los alumnos. A todo esto hemos de añadir un último texto sobre la valoración final del proyecto. Este, como es lógico, no estará disponible hasta el comienzo del verano.

Primeras impresiones de los ensayos históricos


Una de las claves del itinerario libre y abierto que he planteado este curso para la Historia del Mundo Contemporáneo es, sin lugar a dudas, el ensayo histórico. Este elemento, que supone en torno a un tercio de la nota del examen, permite evaluar al mismo tiempo, tanto la capacidad de los alumnos para desarrollar un texto de manera correcta, como su trabajo de recopilación, selección y estructuración de la información.

Ahora bien, al margen de que permita desarrollar, como mínimo, tres competencias clave -digital, lingüística y aprender a aprender-, el ensayo histórico es, fundamentalmente, la piedra angular del sistema libre y abierto.

En su proceso de elaboración, apoyándose en el material aportado por el docente, los alumnos van configurando de forma autónoma su propio itinerario. Este, posteriormente, queda plasmado en un texto que, en base a una rúbrica previamente conocida, será objeto de evaluación por parte del profesor.

Trimestre I: los límites del ensayo

Desde un punto de vista meramente teórico, al menos a mi juicio, los dos párrafos anteriores suenan muy bien. Sin embargo, la realidad suele ser bastante más compleja, la verdad, y más cuando se trata del primer curso en el que sigo el modelo flipped learning con itinerario libre y abierto.

Por ese motivo, me he decidido a escribir este texto, donde expondré algunas de las dificultades que me he encontrado:
  1. La materia prima con la que he trabajado –mis alumnos- llevan años acostumbrados a realizar los trabajos siguiendo un modelo que, desde mi punto de vista, es totalmente inadecuado. Lo que ha hecho la inmensa mayoría es buscar información en una única página de internet (habitualmente Wikipedia) y, con ese material, reelaborar un texto sin apenas trastocar la estructura previa.
  2. Mis ocupaciones –fundamentalmente mi trabajo en la universidad- me han impedido poner a disposición de mi alumnado todo el material que me hubiera gustado, ya sea vídeos, textos o imágenes. El modelo “Elige tu propia aventura” aplicado a la educación ha terminado por fracasar porque la persona que tenía que ofrecer alternativas en los itinerarios no lo ha hecho.
  3. Otros proyectos desarrollados en la asignatura han terminado por quitarle horas a la elaboración del ensayo. De esta manera, en contra de mi intención inicial, los alumnos solo han tenido cuatro horas de clase para desarrollar el trabajo bajo mi supervisión.
  4. El siguiente aspecto negativo a destacar ha de relacionarse en parte con este último y en parte con el primero: hay estudiantes que son incapaces de aprovechar mínimamente el tiempo en el aula. Acostumbrados a clases de historia mayormente pasivas, continúan con la idea de que se trabaja en casa. Es decir, además de ser pocos los días dedicados a la elaboración del ensayo, hay alumnos que no han aprovechado ni la mitad de ese escaso tiempo que se les dio.

Trimestre II: en busca de soluciones

A pesar de todo lo indicado anteriormente, no considero que el trabajo realizado haya sido malo. Evidentemente, no he sido capaz de llevar a término todo lo que tenía en mente, pero en los ensayos que he leído estos últimos días hay más trabajo y aprendizaje de la historia que en cualquiera de las preguntas de desarrollo sacadas del libro de texto.

Por tanto, no me planteo una vuelta atrás: tanto el itinerario libre y abierto como su evaluación mediante un ensayo, me siguen convenciendo.

Únicamente planteo una serie de correcciones con las que espero solucionar algunos de los problemas expuestos anteriormente:

  1. Considero que no he sabido explicar bien a mis alumnos qué es lo que buscaba con el ensayo, así como los pasos que debían seguir para evaluarlo. En el futuro haré especial hincapié en la necesidad de consultar varias fuentes, ya sea un texto o material audiovisual, antes de comenzar a poner los cimientos del texto. Evidentemente, para cerciorarme de que están haciendo eso realmente, haré que lean más en clase y preguntaré en los primeros día de dónde piensan sacar la información. De esta manera será más fácil corregir a los “amigos” de la fuente única.
  2. Aunque tendré tutorías durante el segundo cuatrimestre, mis clases en la universidad terminan el 16 de diciembre. Es decir, en los dos trimestres que quedan de curso tendré más tiempo para ampliar el material a disposición de mis alumnos. Eso permitirá que el número de itinerarios se multiplique.
  3. Con el fin de que dediquen muchas horas a pulir sus ensayos, me he planteado realizar una única prueba con ensayo al final del trimestre. Hasta ahora la idea era que realizaran uno en cada examen; es decir, cada mes y medio. Pero me he dado cuenta de que eso no es posible: es una locura. Pienso que con este nuevo sistema podremos dedicar más sesiones de aula a ese trabajo.
  4. Mis alumnos llevan apenas dos meses con el modelo de la clase invertida. Me parece que, teniendo en cuenta eso, es comprensible que sigan actuando a veces con mentalidad de “aula tradicional”. Haré hincapié en la necesidad de cambiar, pero creo que es lógico que pase un tiempo antes de que se den cuenta de cómo funcionan las cosas en este nuevo sistema. Soy consciente de que no puedo pedirles una adaptación completa en tan poco tiempo.

Cualquier buen observador verá reflejados en estos cuatro puntos los problemas a los que hacía referencia en el epígrafe anterior. Sin embargo, hay una quinta medida que afecta a varios a la vez. Me estoy refiriendo al cuaderno de clase, que mis alumnos elaborar en formato blog. La idea es que, a partir de ahora, este sirva como cuaderno de bitácora de sus ensayos. Es decir, ahí deben publicar la información que les llame la atención, sus reflexiones sobre el tema, sus dificultades…

En definitiva, una herramienta muy interesante para profundizar en su trabajo, al tiempo que a mi me aportará información de primera mano para evaluarles y ayudarles.