Puerilismo II

Señalemos de paso ese espíritu de parada y desfile militar que se ha apoderado del mundo. Las naciones movilizan cientos y miles de hombres; no hay plaza que sea bastante grande para contener el país entero, formado en filas, como soldaditos de plomo. Y el espectador extranjero no puede eludir la sugestión. Esto parece grandeza, parece poder; es una niñería. Una forma vana crea la ilusión de un fin valioso. Quien sepa reflexionar comprende que nada de esto tiene valor alguno. Sólo revela la proximidad en que viven el heroísmo popular de camisas coloreadas y manos en alto y el puerilismo general.

Johan Huizinga, Entre las sombras del mañana, p. 155

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