Tras la detención de los hermanos Scholl, la policía procedió a registrar su vivienda. Allí encontraron el último escrito de este grupo opositor redactado en territorio alemán –desde el exilio continuó, muy debilitada, esta actividad-; se trataba de un boceto firmado por Christoph Probst. Esto sirvió como prueba para el encarcelamiento y la ejecución de este miembro de la Rosa Blanca, pero también como muestra póstuma de la valentía de estos jóvenes. En el siguiente escrito vuelve a surgir la cuestión de Stalingrado, pero con un matiz nuevo. Probst da a elegir a los lectores: levantarse contra los nazis forjando así un futuro esperanzador, o vincularse definitivamente a la locura de Hitler que, de seguro, los ha de llevar a un hundimiento similar al del frente oriental.
¡Stalingrado!
200.000 hermanos alemanes han sido sacrificados en aras del prestigio de un impostor militar. Las condiciones humanas de la capitulación que han impuesto los rusos se han ocultado a los soldados sacrificados. El general Paulus ha recibido, por ese asesinato en masa, el distintivo de mariscal. Altos mandos se han salvado de la batalla de Stalingrado saliendo en avión.
Hitler prohibió a los cercados que se retiraran hacia las tropas de la retaguardia. Ahora, la sangre de los 200.000 soldados sacrificados clama acusando al asesino Hitler.
¡Trípoli! Se entregó sin condiciones al VIII ejército británico ¿Qué hicieron los ingleses? Permitieron que la vida de los ciudadanos continuara su ritmo. Incluso dejaron a la Policía y a los funcionarios en sus cargos. Sólo una cosa la hicieron a fondo: limpiaron la mayor ciudad colonial italiana de todos los falsos cabecillas e infrahombres. Con toda seguridad se abalanzan las fuerzas, muy superiores, de todos los lados. Mucho menos que Paulus capitulará Hitler ¡Ojalá ya no haya escapatoria para él! ¿Queréis ser engañados como los 200.000 hombres que defendieron Stalingrado en puestos perdidos? ¿Ser masacrados, esterilizados o que os quiten a vuestros hijos? Roosevelt, el hombre más poderoso del mundo, dijo el 26 de enero en Casablanca: “nuestra lucha de aniquilamiento no se dirige contra los pueblos, sino contra los sistemas políticos. Sólo luchamos hasta la capitulación sin condiciones” ¿Se precisa reflexionar para tomar una decisión?
Se trata de millones de vidas humanas ¿Ha de sufrir Alemania el mismo destino que Trípoli?
Hoy, toda Alemania esta cercada como lo estuvo Stalingrado. Todos los alemanes serán sacrificados al mensajero del odio y de la voluntad de destrucción. A él, que ha torturado a los judíos hasta la muerte, que ha aniquilado media Polonia, que quiso destruir Rusia, a quien os robó la libertad, la paz, la felicidad de las familias y la alegría y os dio en contra la inflación ¡No puede ser! Hitler y su régimen deben caer para que Alemania siga viviendo. Decidíos: Stalingrado y el hundimiento o Trípoli y un futuro esperanzador. Y cuando os hayáis decidido, actuad.
Bibliografía:
[1] La Rosa Blanca. Los estudiantes que se alzaron contra Hitler; José M. García Pelegrín – Madrid – LibrosLibres – 2006.
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