El Líbano: de la discordia a la no existencia II

En 1918, tras el fin de los combates de la Gran Guerra, el patriarca maronita exige la proclamación de un Gran Líbano independiente. Pero en 1920 se impondrá el mandato francés, que es confirmado por la SDN en 1922. Ese año Francia concede al país un Consejo representativo, en 1925 una Constitución, pero persiste una dependencia de hecho. A partir de 1925 los nuevos dueños del Líbano deberán enfrentarse a una rebelión de la montaña drusa. El tratado de 1936 firmado por el gobierno del Frente Popular concediendo por fin la independencia, no es ratificado por el Parlamento francés. En 1941 los británicos y la FFL expulsarán a los representantes de Vichy. La Francia libre proclamará la independencia en julio, pero una vez más no se respetarán los hechos. En agosto de 1943 los cristianos maronitas y los musulmanes sunnitas adoptan un acuerdo verbal, conocido con el nombre de Pacto Nacional y que estará en vigor durante cuarenta años. Los maronitas, mayoría, detentarán la presidencia de la República; el presidente del consejo será sunnita y el presidente de la Cámara chiíta. Bechara al Khury, ganador de las primeras elecciones, es detenido enseguida junto con su gobierno por el Alto Comisariado francés. Serán necesarios la firme insistencia de los británicos (más inspirados que en Palestina…) y nuevos disturbios en 1945 para que el país acceda por fin a la plena soberanía en 1946.

Alain Duret, Oriente Medio. Crisis y desafíos, p. 84.

El Líbano: de la discordia a la no existencia I

A finales del XVIII los egipcios establecen su control sobre la región y aplastan una rebelión en 1840; drusos y maronitas, después de la vuelta de la influencia otomana, se separan. La masacre de los cristianos provoca en 1860 la intervención militar francesa. París se da a conocer con el título de «protector de los cristianos del Imperio otomano». Turquía promulga un «reglamento orgánico» que concede al Monte Líbano un estatuto de autonomía, que garantizan las grandes potencias. Un Consejo en el que figuran representantes de diversas comunidades religiosas asesora a un gobernador cristiano.

Alain Duret, Oriente Medio. Crisis y desafíos, p. 82.

Un largo combate por Palestina III

La Asamblea General recomienda al Reino Unido, en calidad de potencia mandataria en Palestina, así como a todos los demás Estados miembros de la Organización de las Naciones Unidas, la aprobación y la puesta en práctica, en lo concerniente al futuro gobierno de Palestina, del plan de reparto con unión económica expuesto más adelante. (…)

1. El mandato sobre Palestina finalizará lo antes posible y, en cualquier caso, el 1 de agosto de 1948 como muy tarde.

2. Las fuerzas armadas de la potencia mandataria evacuaran progresivamente Palestina; esta evacuación deberá estar acabada lo antes posible y, en cualquier caso, el 1 de agosto de 1948 como muy tarde.

La potencia mandataria hará todo lo que esté en su mano para asegurar, en la fecha lo más cercana posible y, en cualquier caso, el 1 de febrero de 1948 como muy tarde, la evacuación de una zona situada en el territorio del Estado judío y que posea un puerto marítimo y suficiente terreno interior para proporcionar las facilidades necesarias con vistas a una inmigración importante.

3. Los Estados independientes árabe y judío, así como el régimen internacional particular previsto para la ciudad de Jerusalén (…), empezarán a existir en Palestina dos meses después de que la evacuación de las fuerzas armadas de la potencia mandataria haya acabado y, en cualquier caso, el 1 de octubre de 1948 como muy tarde.

4. El período que transcurra entre la aprobación por la Asamblea General de sus recomendaciones sobre el problema palestino y el establecimiento de la independencia de los Estados judío y árabe será un período de transición. (…)

Alain Duret, Oriente Medio. Crisis y desafíos, p. 41-42.

Un largo combate por Palestina IV

La contradicción exterior de la URSS es sólo aparente. Si bien, por un lado, Stalin había comenzado a partir de finales de los años 20 una importante depuración del establishment judío soviético (partido, administración, ejército) que continuará hasta la «conspiración de las batas blancas» de 1952; y por otro lado, había reanimado un antisemitismo latente en la sociedad rusa, alimentaba por el contrario intenciones geopolíticas en Oriente Medio, que le llevarán a apoyar al Estado hebreo, pequeño núcleo «socialista» en medio de los «feudos» árabes y única cabeza de puente en la región factible para la URSS en esa época.

Alain Duret, Oriente Medio. Crisis y desafíos, p. 42.

Meditar Yenín III

La más honda paradoja del Cercano Oriente es que Palestina llegara a existir, tal vez, un día sólo porque existe Israel: sin él, jamás hubiera pasado de provincia jordana. O Siria. Y hace mucho que los palestinos hubieran sido globalmente pasados por las armas de sus hermanos musulmanes.

Varios Autores, En defensa de Israel, p. 33.

Meditar Yenín I

Año 2000. Propuesta Barak: devolución del total de los territorios ocupados y formación de un Estado independiente palestino (nota rememorativa: en 1948, fueron los países árabes colindantes quienes vetaron la constitución de ese Estado y ocuparon su territorio). Inmediata, en lo que concierne a la mayor parte de Cisjordania y Gaza. A corto plazo, en lo referente a los asentamientos (nota rememorativa: el encargado de desmontar los del Sinaí a punta de fusil, tras el acuerdo de devolución a Egipto, fue un tal Ariel Sharon). en lo que concierne a Jerusalén, me remito a las palabras del cerebro del plan, Shlomo Ben Ami: «lo que está habitado por judíos es Israel, lo que está habitado por palestinos es Palestina». Punto.

Arafat no acepto. ¿Por qué? Porque en su inconsciente lo único que sigue, de verdad, operando es la vieja mitología de tirar a los judíos al mar y borrar Israel del mapa. Su ceguera ha costado miles de muertos a los suyos, lanzados, como suicidas fanáticos, a una guerra que no tienen la menor posibilidad de ganar. Un dirigente que lanza a sus hombres (y sus niños) a hacerse matar como mártires, sin ton ni son, es lo peor. Lo moralmente obsceno. Sobre todo, si él sigue vivo.

Varios Autores, En defensa de Israel, p. 32.