El régimen daba frecuente satisfacción a aquellos de sus súbditos que querían ser engañados, llegando a veces a organizar ridículos juicios en los cuales unos cuantos de los miles de participantes en la Noche de Cristal -la orgía de saqueo e incendio de propiedades judías que tuvo lugar a escala de todo el país en noviembre de 1938- fueron acusados de allanamiento de morada y robo y condenados a sentencias irrisorias.
El pogrom de noviembre constituyó además un ejemplo de cómo los nazis llegaron a dotar de significados nuevos a palabras y expresiones del idioma alemán, en este caso la palabra “orden”. Las multitudes que contemplaban el atávico espectáculo de las sinagogas en llamas no podías por menos de quedarse impresionados por la eficiencia de los servicios públicos (policía y bomberos) al evitar la extensión de las llamas desde las propiedades judías a las zonas arias adyacentes. “Orden” pasó a significar cada vez más, la minuciosa regulación de la dosis de violencia necesaria a los propósitos del régimen en cada situación concreta.
Richar Grunberger, Historia social del Tercer Reich, p. 33.