La consolidación del nacionalsocialismo XII: la integración social


Como mecanismo de cohesión social en el mercado de trabajo los nacionalsocialistas crearon el Frente del Trabajo, que en el fondo venía a reforzar la posición del empresario y a aumentar el control obrero. Supuso, pues, la victoria de la patronal, de la obediencia y de la jerarquía; se suprimieron los sindicatos, la jornada laboral comenzó a aumentar en número de horas, y se negó el derecho a la huelga. No obstante, entre todas estas desventajas, se le ofrecía al obrero, mediante la asociación ”A la Fuerza por la Alegría”, mejoras en su vida cotidiana y en su tiempo de ocio.

En lo referente a la mujer, hay que señalar que no es del todo cierto el mito de que en la Alemania nazi el papel de esta se veía reducido exclusivamente a la maternidad. En primer lugar es interesante tener en cuenta que, a causa del racismo inherente al régimen, en muchas mujeres se fomentaba el antinatalismo. Además, si bien es verdad que se favorecía la maternidad mediante mediadas pronatalistas en aquellas que pertenecían a la Comunidad Nacional, no es menos cierto que a estas no se les excluyó del mercado laboral. Se desarrollo una política de protección de la familia, que tenía como uno de los pilares básicos la permanencia de la mujer en casa y la revalorización del papel de la madre:

(George Mosse, La cultura nazi) “A la madre ha de asignársele la misma plaza de honor en el pueblo y la comunidad que se le asigna al soldado, ya que ella somete su vida a unos riesgos parecidos para el bien del pueblo y de la Madre Patria, como lo hacen los combatientes en el campo de batalla”.

Sin embargo, las propias necesidades económicas de Alemania acabaron por hacer imposible la exclusión de la mujer del ámbito labora. Por lo tanto, sólo se excluía a las que se consideraba “racialmente inferiores”; hecho que también se producía con los hombres.

Bibliografía:

[1] Historia Universal Contemporánea II; Javier Paredes (Coord.) – Barcelona – Ariel – 2004.

[2] Historia de un alemán; Sebastian Haffner – Barcelona – Destino – 2006.

[3] La guerra del mundo: los conflictos del siglo XX y el declive de occidente (1904-1953); Niall Ferguson – Barcelona – Debate – 2007.

[4] El mundo de ayer. Memorias de un europeo; Stefan Zweig – Barcelona – El Acantilado – 2002.

[5] Hitler: una biografía; Joachim Fest – Barcelona – Planeta – 2005.

[6] Historia social del Tercer Reich; Richard Grundberger – Madrid – Ariel – 1999.

[7] La cultura nazi; George Mosse – Madrid – Grijalbo – 1966.

La esfera pública y la privada: el auge de lo social I

Las leyes de la estadística sólo son válidas cuando se trata de grandes número o de largos periodos, y los actos o acontecimientos sólo pueden aparecer estadísticamente como desviaciones o fluctuaciones. La justificación de la estadística radica en que proezas y acontecimientos son raros en la vida cotidiana y en la historia. No obstante, el pleno significado de las relaciones diarias no se revela en la vida cotidiana, sino en hechos no corrientes, de la misma manera que el significado de un período histórico sólo muestra en los escasos acontecimientos que lo iluminan. La aplicación de la ley de grandes números y largos períodos a la política o a la historia cuando todo lo que no es comportamiento cotidiano o tendencias automáticas se ha excluido como falto de importancia.

Hannah Arendt, La condición humana, p. 53.