Las claves de la Transición VI

De todas la grandes instituciones presentes en la vida española -Gobierno, Justicia, Ejército, Fuerzas de Seguridad, banca, grupos o partidos políticos, Iglesia, etc.-, seguramente, la Iglesia católica era la mejor preparada para afrontar el advenimiento de la Monarquía, la Transición a la democracia.

Y ello por dos motivos fundamentales: el primero, porque bastante antes de la transición política, la Iglesia había hecho ya su propia «triple transición» -religiosa, cultural y política-, tal como la ha definido José María Martín Patino; y el segundo, porque tuvo un líder de excepcional calidad, el cardenal Tarancón, plenamente compenetrado en la línea eclesial a seguir con el papa Pablo VI y muy bien ayudado por el excelente nuncio de su Santidad, monseñor Dadaglio.

Salvador Sánchez-Terán, La Transición. Síntesis y claves, p. 270.

Las claves de la Transición V

Debemos, no obstante, afirmar que el golpe de Estado del 23 F fracasó, en principio, por su descabellada concepción y organización política -el «misterioso caballo blaco», que se nos anunció a los diputados que estábamos en el Congreso, no llegó nunca a aparecer- y, sobre todo y definitivamente, porque el Rey ejerció en plenitud sus funciones de jefe supremos de la Fuerzas Armadas y abortó personalmente el golpe en sus conversaciones telefónicas con el golpista Milans del Bosch y con otros tenientes generales proclives, dubitativos o contrarios al golpe.

Salvador Sánchez-Terán, La Transición. Síntesis y claves, p. 267.