Napoleón Bonaparte | Del Directorio a las Guerras Napoleónicas


Este episodio de la serie dedicada a la Historia de 4º de ESO está dedicado a la Convención Termidoriana, el Directorio, el Consulado y el Imperio Napoleónico. Por tanto, si bien se aborda el final de Robespierre y el papel de Barras, el principal protagonista es Napoleón Bonaparte. Además, a la hora de analizar su gobierno, nos detendremos de manera especial en el desarrollo de las Guerras Napoleónicas y sus principales batallas.

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ESTRUCTURA DEL VÍDEO:

  • 0:28. La caída de Robespierre: 9 de Termidor.
  • 1:02. La Convención Termidoriana.
  • 1:33. El Directorio.
  • 2:51. El 18 de Brumario.
  • 4:53. El Consulado.
  • 6:09. La política exterior de Napoleón Bonaparte.
  • 6:54. La coronación de Napoleón.
  • 7:52. El máximo esplendor del Imperio Napoleónico.
  • 9:14. La invasión de España.
  • 10:03. La invasión de Rusia y el desastre militar.
  • 10:50. La Sexta Coalición y la derrota de Napoleón.
  • 11:57. El Imperio de los Cien Días y la Batalla de Waterloo.

BIBLIOGRAFÍA:

  1. Historia Contemporánea; Javier Paredes – Ariel.
  2. Napoleón Bonaparte; Emil Ludwig – Juventud
  3. Historia 4º de ESO – Santillana.
  4. Historia del Mundo Contemporáneo – Oxford.

DIAPOSITIVAS DEL VÍDEO:

Antes de la Revolución…, en «Fouché, el genio tenebroso» de Stefan Zweig


«Los clérigos buscan el contacto con los círculos intelectuales, y esto es lo que ofrece en Arras un círculo social muy especial, llamado «Rosati» (…) A menudo se sienta allí en un ambiente de compañerismo, y escucha cuando, por ejemplo, un capitán del cuerpo de ingenieros llamado Lazare Carnot lee burlones poemas de su propia invención o el pálido abogado de finos labios Maximilian de Robespierre (entonces aún da importancia al de de nobleza) pronuncia un débil discurso en honor del «Rosati». Porque en provincias aún se respiran las últimas bocanadas de la filosofía dieciochesca, el señor de Robespierre aún escribe delicados versitos en vez de sentencias de sangre, el médico suizo Marat aún redacta una novela dulzona y sentimental en vez de furibundos manifiestos comunistas, el pequeño teniente Bonaparte aún se afana en algún lugar de provincias por escribir una novelita que imita el Werther: las tormentas aún son invisibles al otro lado del horizonte. Pero, juego del destino: precisamente con este pálido, nervioso, desenfrenadamente ambicioso abogado De Robespierre hace especial amistad el tonsurado profesor (…) entonces aún no saben nada del jacobismo ni del odio. Al contrario, incluso cuando Maximilian de Robespierre es enviado como diputado a los Estados Generales de Versalles para colaborar en la nueva Constitución de Francia, es el tonsurado Joseph Fouché el que presta al pobrísimo abogado De Robespierre las monedas de oro para pagar el viaje y poder hacerse un nuevo traje».