El fundamento de la política de dominación era, sin lugar a dudas, el adoctrinamiento. Este ocupaba todos los ámbitos de la vida de los jóvenes alemanes, desde la escuela hasta el grupo de amigos, pasando por el saludo y el culto a la figura del Führer:
(Guy Canonici, Les Témoins de Jehová face à Hitler) “Führer, mi Führer, tú que me has sido enviado por el Señor, / ¡protégeme y custódiame mientras viva! / Tú has salvado a Alemania de la más profunda miseria, / te doy las gracias por mi pan de cada día. / Permanece conmigo siempre, no me abandones, / ¡Führer, mi Führer, mi fe y mi luz! / ¡Heil, mi Führer!”
Por tanto, los dirigentes nacionalsocialistas para formar según su doctrina a las nuevas generaciones se convencieron de que era esencial transformar la educación. Esta reforma se llevó a cabo a través de dos cauces:
1. Transformación de las viejas estructuras educativas: se procedió a la adecuación del profesorado al nuevo régimen, a dotar a los planes de estudio de una nueva orientación, y a la revisión de libros de texto, que pasaron a presentar a los alumnos algunos ejercicios sorprendentes:
(Cit. A. Grosser, 10 leçons sur le nazisme) “Un perturbado cuesta diariamente 4 marcos, un invalido 5,5 marcos, un criminal 3,5 marcos. En muchos casos, un funcionario no cobra diariamente más que 4 marcos, un empleado 3,5marcos, un aprendiz 2 marcos. a) Realiza una gráfica con estas cantidades; b) según prudentes estimaciones, hay en Alemania cerca de 300.000 perturbados, epilépticos, etc., en los asilos. Calculad cuánto cuestan anualmente estos 300.000 perturbados y epilépticos ¿Cuántos préstamos de 1.000 marcos podrían efectuarse a jóvenes matrimonios si se reservara ese dinero?”
2. Desarrollo de un sistema educativo propio: se establecieron escuelas reservadas a las élites con el fin de formar a los futuros dirigentes. Estas estaban divididas en función de la edad de los alumnos y de la finalidad de las mismas: Centros de Educación Político-Nacional (Napola) para jóvenes entre los 10 y los 18 años; Escuelas de Adolf Hitler (AHS), que constituían la puerta de entrada a las carreras universitarias, para lo que era fundamental ser de las Juventudes Hitlerianas; y Castillos de la Orden, reservadas para adultos -más de 25 años- llamados a formar parte de las élites.
Bibliografía:
[1] Historia Universal Contemporánea II; Javier Paredes (Coord.) – Barcelona – Ariel – 2004.
[2] Historia de un alemán; Sebastian Haffner – Barcelona – Destino – 2006.
[3] La guerra del mundo: los conflictos del siglo XX y el declive de occidente (1904-1953); Niall Ferguson – Barcelona – Debate – 2007.
[4] El mundo de ayer. Memorias de un europeo; Stefan Zweig – Barcelona – El Acantilado – 2002.
[5] Hitler: una biografía; Joachim Fest – Barcelona – Planeta – 2005.
[6] Historia social del Tercer Reich; Richard Grundberger – Madrid – Ariel – 1999.