Explicar la historia en imágenes

Y el cine es la gran tentación. El cine, el medio de expresión contemporáneo capaz de tratar el pasado y atraer a grandes audiencias. ¿No parece evidente que éste es el formato en el que elaborar trabajos históricos que lleguen al gran público? ¿Se pueden hacer films históricos que satisfagan a los que hemos dedicado nuestras vidas a entender, analizar y recrear el pasado con palabras? ¿No hará el cine cambiar nuestra concepción de la historia? ¿Estamos dispuestos a ello? La cuestión se resume así: ¿Es posible explicar la historia en imágenes sin que perdamos todos la dignidad profesional e intelectual?

Robert A. Rosenstone, El pasado en imágenes. El desafío del cine a nuestra idea de la historia, p. 30.

La historia como producto intelectual

El pasado es un concepto temporal y en tanto que lleva aparejada una representación, esta es la de un caos; mientras que la Historia es un producto intelectual.

Paloma García Picazo, La sociedad internacional en el cambio de siglo (1885-1919).

La originalidad del historiador

El historiador será aquel que, dentro de su sistema de pensamiento (pues, por amplias que sean su cultura y, como suele decirse, su abertura de espíritu, todo hombre, por lo mismo que adopta una forma, acepta unas limitaciones), sepa plantear el problema histórico del modo más rico, más fecundo, y acierte a ver qué preguntas interesa hacerle a ese pasado. El valor de la historia, y por tal entiendo tanto su interés humano como su validez, se halla, en consecuencia, estrechamente subordinado al genio del historiador -pues, según decía Pascal, «cuanto más talento se tiene, más se encuentra que son numerosos los hombres originales», y más los tesoros por recuperar en el pasado del hombre.

Henri-Irénée Marrou, El conocimiento histórico, p. 54.