Europa y las patrias


En los siguientes fragmentos Robert Schuman defiende con gran habilidad la idea de que el constructo europeista no es contrario al patriotismo. Es más, el estadista francés asegura que la integración de las diversas naciones dentro de Europa tiende a reforzar su identidad particular; fomentado el desarrollo de cada una de ellas y de la federación en su conjunto. Se trata, pues, de mantener el equilibrio entre el sentimiento nacional y, como indica en el último párrafo, la solidaridad entre los pueblos. Se aprecia en estas líneas el origen alsaciano de Schuman; ese que le permitía ser ciudadano del mundo al tiempo que de su pequeño rincón geográfico.

La política europea, según nuestro pensamiento, no está en absoluto en contradicción con el ideal patriótico de cada uno de nosotros.

(…)

No somos, no seremos jamás negadores de la patria. Pero por encima de cada patria reconocemos cada vez con mayor claridad la existencia de un bien común, superior al interés nacional, ese bien común en el que se fundan y en el que se confunden los intereses individuales de nuestros países.

(…)

La ley de la solidaridad de los pueblos se impone a la conciencia contemporánea. Nos sentimos solidarios unos con otros en la conservación de la paz, en la defensa contra la agresión, en la lucha contra la miseria, en el respeto de los tratados, en la salvaguarda de la justicia y de la dignidad humana.

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